La Semana Cultural de La Viñuela, que con tanto mimo organiza el Excmo. Ayuntamiento de La Viñuela, es todo un acontecimiento para el Club de Lectura y Teatro, ya que incluye un concurso de microrrelatos, ejercicio de escritura en el que participamos una gran parte de este grupo. En esta ocasión estamos muy contentos por el resultado, pues el ganador ha sido nuestro compañero y amigo Rafa Núñez Rodríguez con su microrrelato titulado VIAJES. En este espacio compartimos el micro ganador y los pertenecientes al club, para que queden en el recuerdo de todos.
VIAJES
Anra le cepilla esos finos hilos blancos de memoria que la coronan, Luisa le sonríe, se apoya en su bastón y salen de casa caminando tranquilamente hacia el parque.
Su rostro se ilumina como el de quien embarca por primera vez, cada tarde es un viaje nuevo, junto a alguna amiga y sus cuidadoras.
Ya ha llegado Graciela, que baila tangos con Manuela y su silla de ruedas junto al monumento que soporta el peso de la molienda, allí pasan las tardes.
Vidas que están llegando al ocaso, junto a otras que han llegado para simplemente poder vivir.
Hoy Anra tiene añoranza y les habla de su pueblo, las lleva de viaje por los grandes zocos, entre olores a té y especias.
Sonrisas y ojos cerrados, imaginando lugares nuevos,
Arrugas que no han sentido más que el calor malagueño, y sin embargo en el atardecer de sus días, viajan cada tarde desde La Viñuela a Marruecos, Argentina o Perú.
Al oscurecer, todas vuelan nuevamente al parque y vuelven despacio a sus casas, recordando esos lugares que acaban de conocer, acompañadas por las personas que han venido desde lejos, para cuidarlas y viajar con ellas, lejos, tan lejos como puedan imaginar.
Rafa Núñez Rodríguez
LA SONRISA ES UN LENGUAJE UNIVERSAL
La conozco, nuestros hijos van a la misma escuela infantil.
A Dora le faltan unos céntimos. El niño llora esperando sus aspitos. Está nerviosa. No sé si está entendiendo a la dependienta.
―Ponlo en mi cuenta.
Las miradas de impaciencia de los testigos ahora tornan en incredulidad.
―Grassiass ―me dice sonriente mientras le abre el paquete al pequeño. Es tan guapo. Es tan guapa.
Días más tarde corre detrás de mí con una bolsa blanca de plástico y me la ofrece.
―Gracias ―le sonrío muy sorprendida.
Llego a casa cargada, no tardo en lavarlos y freírlos, y mientras me como los mejores pimientos de mi vida pienso: sonreímos igual.
Lidia Molina Zorrilla
EN MITAD DE LA NOCHE
Fue en una noche de fuerte marejada, un viaje eterno y sin retorno en el que tenía poco que perder a mis diez años. Fue la noche más larga de mi vida, en la que me debatía, al son de las olas, entre lo pésimo conocido y lo humano por conocer.
Al llegar a tierra todo fue diferente. Nos esperaban con mantas en mano.
Una inmensa paz relajó todo mi ser después de vomitar hasta las entrañas y noté cómo una mano aferraba la mía queriéndome ayudar. Me dejaron descansar, allí tumbada en la arena y arropada hasta la cabeza, mientras trasladaban a los demás a cubierto.
Gema Frías Luque
PASO A PASO
Aquellos mocasines americanos se movían inquietos bajo la silla, zigzagueaban estudiando el terreno como curiosos aborígenes.
Diligentes, entraron en la sala dos babuchas árabes puntiagudas, sus brillos y colores hipnotizaban. Se colocaron frente a las albarcas de don Damián, una pegada a la otra, dejando asomar un bello tatuaje de henna.
En la reunión también se encontraban los zuecos holandeses del ebanista. Sorprendían por su rigidez, aunque él asegurara, socarronamente, que las apariencias engañan.
Finalmente, fueron las chancletas hippies, con los dedos al descubierto, las que dieron el primer paso colocándose en el centro del círculo.
—Ya sabéis de qué va esto. El proyecto “Paso a paso” se pone en marcha, todo está listo en el centro de operaciones.
Dos sillas a la izquierda, alguien se estiraba los blancos calcetines alemanes dentro de las sandalias de cuero, impaciente.
La chica prosiguió diciendo:
—Se puede aportar calzado y ropa de cualquier talla y temporada, también complementos. Nuestro objetivo es ayudar, paso a paso, a los vecinos del pueblo que lo puedan necesitar.
—¿Empezamos? —sugirió el de los oxford de charol.
Mª Carmen Jiménez Aragón
UNA PRIMERA IMPRESIÓN ENGAÑOSA
Al entrar en la sala, miró a su alrededor y un gesto de preocupación se adueñó de su rostro, ante él tenía un reto mayúsculo. No sería tarea fácil conseguir aportar algún matiz a aquel heterogéneo conjunto.
Conforme avanzaba la mañana, desaparecía la infundada inquietud que le invadió al principio gracias a que aquel grupo de alumnos, de tan solo doce o trece años, fuera al unísono en atención, siendo a la vez, respetuosos con sus compañeros, además de contar con una disposición a interactuar encomiable, siempre desde la máxima consideración, tal y como pudo observar en pequeños, pero muy importantes detalles en el desarrollo de la actividad.
Una vez finalizada su labor, y en el trayecto de vuelta, analizó la experiencia vivida. La conclusión fue que el futuro estaba en buenas manos, tanto en lo concerniente a los orfebres que lo moldeaban como en la materia prima de la que disponían.
No obstante, el hecho de que aquella amalgama de etnias, culturas, nacionalidades y géneros revelaran una sola alma compuesta por las cualidades antes mencionadas, y que los hacía iguales en su diversidad, era lo que más alegría y confianza le produjo.
Benet da Silva
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