martes, 28 de abril de 2020

II ACTIVIDAD DE CONFINAMIENTO.


La creación de un microrrelato a raíz de unas palabras propuestas es la idea del artículo de hoy. Ya hemos venido desarrollando a través de este espacio actividades de confinamiento y hoy proponemos las siguientes palabras: VALOR, COBIJO, CANSADA, CÁPSULA, ALINEAR, ALMENDRO, FORTALEZA Y LIBRO, con las que cada escritor ha elaborado un microrrelato inédito a partir de estas siete palabras. Las hemos enlazado de modo que quedan totalmente integradas en el texto pasando totalmente desapercibidas, desarrollado una historia apasionante, completamente diferente y novedosa.


PRIMAVERA SIN PRIMAVERA
Este año los almendros están floreciendo en silencio, tímidos y sin querer hacerse notar. Yo era de los que solía buscar el cobijo de sus sombras y disfrutar de un libro mientras veía el tiempo pasar. Todo era tan simple, el aire me removía el pelo y entraba a mis pulmones llenándolos de esencias de verdes hierbas que lo inundaban todo y de aromas de flores por abrirse. A veces ponía mi cara casi a ras del suelo, me llamaba la atención observar aquellos pequeños ejércitos de hormigas que volvían a su fortaleza, siempre con el esfuerzo de su trabajo a las espaldas. Me gustaba enfadarlas un poco, intentaba alinear su camino sin sentido ni forma, pero siempre me descubrían la trampa y volvían al universo de su almendro seco.

Respiro hondo, y vuelvo aquí, junto a ti.

Estás cansada de esta situación, de los árboles callados que no te hablan, de esos que se llenan de valor y siguen floreciendo, pero que no llenan nuestros ojos, y piensas que nos han robado esta primavera, entonces yo te traigo una rosa y mientras te abrazo te susurro que esta noche te soñaré y entraremos en una cápsula del tiempo, de esas en las que siempre es primavera.


RAFAEL NÚÑEZ RODRÍGUEZ

OTRO DÍA MÁS

Me levanté al amanecer. ¡Qué agustito se está bajo el cobijo de las mantas, ¡qué cansada terminé anoche!

Me meto en la ducha de un salto, echándole todo el valor del mundo. ¡Dios mío, no recordaba que el calentador estaba estropeado! Esto sí que es despertarme de golpe.

Salgo temblando, me pongo ropa interior cómoda, vaqueros ajustados, jersey amplio y comienzo a preparar el desayuno.

Alineo en la bandeja la taza con el café, la tostada y el paquete de cigarrillos.

Diez minutos después salgo por la puerta con una fortaleza inquebrantable y con mi libro de la suerte apretado en el pecho.

Conduzco rápido, la belleza de los almendros en flor me hacen por un momento despistarme, pero enseguida vuelvo a acelerar. No quiero llegar tarde.

Treinta y cinco minutos después voy subiendo las escaleras del hospital. Saco de mi bolso una cápsula roja y con rapidez la trago. Sabe amarga, pero sé que una vez más, me va a hacer olvidar.


MARÍA JESÚS CAMPOS ESCALONA

QUERÍA SER FLOR DE ALMENDRO

Cansada, cada día un poco más, de esforzarse en maquillar aquellos obsequios que no pedía, se tiró a la calle sin saber bien que rumbo tomar. Deambuló con la mirada perdida bajo la lluvia, que arreciaba desde hacía rato, y calada hasta los huesos buscó cobijo bajo ese libro que aún mantenía en su mano. Le había llamado la atención el título y los almendros en flor de la portada. Le recordaban a los campos se su 'no tan lejana' niñez.

Sin darse cuenta detuvo el paso frente a una gran fortaleza con una enorme puerta de madera y decenas de ventanas desperdigadas en su muralla. Había llegado la hora de echar valor. Se recompuso, alineó la raya de sus pantys empapados y levantó la mirada mientras cruzaba el umbral donde ponía 'Comisaría de Policía'.

-Vengo a poner una denuncia por violencia de género, -dijo.

Y la mariposa terminó de salir de su cápsula.


MARÍA DEL CARMEN JIMÉNEZ ARAGÓN

 ESENCIAS
Al entrar noté que pertenecía a ese lugar. Indelebles colores, verdes, amarillos, rosas, violetas, rojos, naranjas..., me devolvían a mi infancia. Recuerdos desencadenados evocando aromas guardados en un rincón de la memoria. El cansancio se disipó y una añorada sensación de valor y fortaleza iluminó mis recuerdos. Una mujer se empeñaba en alinear una estantería congestionada de vasijas de barro, cestos de mimbre y cápsulas de cristal. Ahí estaba yo, casi cuarenta años después envuelta en un cúmulo de sensaciones, provocadas por olores de un mundo apenas olvidado de jazmines, rosas, hierbabuena, azahar, flores de almendro, claveles, romero, lavanda, albahaca... En el mostrador de la floristería un libro y la prensa del día.
-¿Qué desea, señora?
- Oler.

LAURA PÉREZ ALFÉREZ

HUESOS ALINEADOS  
Tras abrir la cápsula del tiempo hallada en el jardín, bajo las raíces del almendro, la policía se dio cuenta que la víctima conocía a su verdugo, presentía su muerte tras el acoso que venía sufriendo en los últimos tiempos. Tras leer el libro, la autoridad entendió que Inés había reunido las pruebas suficientes y el valor necesario para aclarar su asesinato. Ella buscaba cobijo en casa de sus tíos paternos, estaba cansada de aguantar tanta presión en su trabajo, pero siempre buscaba la fortaleza suficiente para seguir luchando.
Después de dos años fueron encontrados mis huesos alineados en el cruce de ramas de un ficus centenario, no sé cómo no encontraron la relación mucho antes, yo salía a caminar todas las noches pero nadie pudo verme. Por suerte fui dejando pistas certeras, no podía irme definitivamente sin dejar el asunto zanjado. Yo he muerto, pero tú sufrirás mi ausencia.

GEMA FRÍAS LUQUE

EL EXAMEN

Había dormido poco y se levantó cansada, cogió una cápsula de café y la puso en la cafetera.

Aquella noche dio cobijo a su hija en sus brazos hasta la madrugada, dándole valor y calmando nervios para el examen del día siguiente, cerró el libro y le dijo:

- Solo tienes que alinear en tu mente esas palabras que has estudiado y todo saldrá bien.

Su hija sintió la fortaleza que le trasmitía su madre y se durmió.

Ahora, mientras tomaba el café, podía ver el almendro en flor que había en el jardín, y estando con la mirada ausente sonó el teléfono

-¿Cómo ha ido el examen, cariño? ¿Sobre qué te ha tocado hablar?

-¡Ha sido Fantástico, mamá! Me han preguntado, ¿por qué te gusta leer? Y claro, he comenzado diciendo: My mother is a librarian...... El resto de palabras han salido solas.


DORI CALDERÓN RAMOS

ABRIL EN PRIMAVERA
Me gusta mucho pasear por la ruta del río, es un enclave precioso. Hoy me he dado cuenta que la primavera se ha instalado en el campo, las mariposas danzan de flor en flor al son de las melodías de los pájaros, que cantan y cantan sin descanso. El olor a hierba fresca perfuma los sentidos, entre pasos pausados descubres el valor de las pequeñas cosas que pasan a tu alrededor. 
De vez en cuando pierdo la noción del tiempo, he encontrado unas abejas revoloteando, las miro detenidamente y observo como se acomodan en el almendro en flor y se llevan poco a poco el néctar de sus flores hasta su pequeña y pobre fortaleza.
Su reina está allí esperando sus cápsulas de jalea real, ellas bailan mientras aman y copulan con sus amantes zánganos que mueren de amor. Suspiro mientras vuelvo de mi pensamiento, las abejas siempre me han fascinado, son tan increíbles y maravillosas. 
Sigo caminando y me acerco hasta el hueco de la piedra grande, allí siempre hay algún libro de bolsillo, coges uno y dejas otro, una bonita iniciativa de la joven bibliotecaria del pueblo. Me gusta alinear los libros por orden alfabético, cosas raras mías. 
Sigo mi paseo, aunque hoy estoy un poco cansada y mientras recibo una ráfaga de brisa primaveral, ojeo el libro que he cogido. Me sorprendo porque entre las páginas hay una nota, con una letra peculiar y bonita: "¿Crees en el amor a primera página? Me he dado cuenta que ahora brilla más el Sol y que los días son más largos, me encanta como colocas los libros. El mes de abril es nuestro mes, sabía que elegirías este libro. ¿Ves cómo te conozco bien? Te quiero".

CANDE MOLINA MOSTAZO

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