viernes, 10 de febrero de 2023

I. ¿QUÉ TE CUENTA UNA IMAGEN?



El ejercicio que desarrollamos a continuación consiste en escribir un microrrelato sobre lo que te transmita una fotografía.

Para ello, lo primero que hicimos algunos miembros del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela fue hacer una visita al Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Vélez-Málaga, donde se exponía una serie de fotografías arquitectónicas denominada Poéticas del espacio. Cada uno de nosotros eligió la imagen que más le llamó la atención y aquí están los resultados.


Mª Carmen Jiménez Aragón
ME ADAPTO A LOS CAMBIOS
    De nuevo ese ruido como piedras rodando bajo el agua, como arena que engulle el mar. Con lo que me apetecía a mí unas tostadas con mermelada… Pues no, cereales con leche.
    Me doy una ducha, me seco el pelo y… Vuelve ese ruido. Vale, me quitaré los pantys, hoy tocan vaqueros.
    Los oídos me zumban, pero ya están acostumbrados, y los ojos también. Esta cadencia ayuda, aunque pueda parecer increíble. Leve sonido y vibración y saludo al marido de Clara, la del 5ºA, que se tapa con las sábanas, sobresaltado.
    Antes de salir para el trabajo necesito esperar al siguiente cambio, por si viene el pastor alemán del ático en vez de las tortugas del 2ºB, a él no le gusta la comida de mis peces. Y, ojalá hoy no tarde más de cuatro horas en salir del bloque, si no de qué me sirve no pagar hipoteca…, vaya solución nos dieron los de la promotora.


Gema Frías Luque
CAMBIO DE CICLO
    Aquella tarde había sido especialmente complicada para mí, después de volver del veterinario tuve que asimilar que, tras el accidente, mi querido e inseparable perro no podía seguir viviendo y había que sacrificarlo. Salí caminando con el firme propósito de volver para la cena. Tras un paso ligero, descubrí un lugar desconocido para mí. Desorientada y aturdida, miré hacia todos los ángulos sin llegar a reconocer el espacio en el que me encontraba. A lo lejos una casa en ruinas. Tras dejar mi mente vacía durante unos minutos, reconocí el tronco por el que me deslizaba desde mi habitación para escaparme de madrugada a contemplar las estrellas fugaces. Reconocí la buhardilla donde escondía todo aquello que no quería compartir con nadie.
    Aquellos recuerdos me devolvieron mi paz y sosiego asimilando que, cada momento en nuestras vidas, es una etapa más que superar para continuar disfrutando de otras.



Lourdes Sánchez Jiménez
OSCURIDAD
    Allí estaba ella, pensando en qué momento llegó a aquel lugar lleno de pensamientos oscuros, abstractos y sin conciencia. En qué momento dejó de ser el títere que se alejo de aquel camino marcado para reinterpretar al resto de aquella sociedad. Esa sociedad que no le hacía brillar con la elegancia de la mariposa que era, obligándole a ser una polilla más de aquel enjambre.
    Allí, agazapada en aquel sitio abandonado, llorando cual plañidera junto a las pocas pertenencias que fue recogiendo en la calle, se sentía como portapapeles posado en las páginas vacías de su vida.


Dori Calderón Ramos
MI ÚLTIMA MORADA
    Veo mi cuerpo tendido e inerte, también veo a mi familia sin que ellos se percaten de ello.
    Comprendo que llegó mi final y me alegro de haber adquirido el hermoso mausoleo para descansar en un distinguido lugar.
    Mi familia no lo entendió, pero siempre vivimos en la mejor casa del pueblo y ahora toca descansar en lo más ostentoso del cementerio.
    Llegan los de la funeraria y conversan con mi familia, merodeo entre ellos, pues hablan tan bajo que no les entiendo.
    Pero... ¿Qué dicen? ¡Incineración! ¡Y van a vender el mausoleo! ¡Serán hijos de...!


Jose A. Ortega Cuadra
NEW SCANDALO
    Fue un día de trabajo intenso, la gente no paraba de pedirme cañas. Tal vez fuera porque era la cerveza más popular del evento.
    Cuando te vi, nuestras miradas se cruzaron y algo provocó una leve chispa encendiendo mi curiosidad por ti.
    No sé si fueron tus ojos, negros azabache, penetrantes, de mirada intensa y seductora; o tus labios, rojos y carnosos, brillantes a causa del pintalabios. Me clavaste la mirada y no dejé de pensar toda la noche en ti.
    No esperaba encontrarte después de cerrar el stand. Ahí estabas, en el New Scandalo, único garito del lugar abierto. Jugabas al billar y al ir a darle a las bolas, tu mirada se volvió a cruzar con la mía. Sonreíste, el taco le dio a la bola blanca, te acercaste y tus labios susurraron a mis oídos:
¿Quieres jugar? —me preguntaste.
Sí —respondí escuetamente.
    En ese momento, la bola negra entró en la tronera de la mesa y tu adversario soltó el taco. Con actitud enfadada, se dio la vuelta y se marchó de la sala.


Rafa Núñez Rofríguez
AZULEJOS LLENOS DE VAHO
    Las paredes comienzan a temblar y los primeros ramilletes besan el suelo, junto a otros azulejos en blanco, sin recuerdos.
    Ya no suenan nuestras risas chapoteando en la bañera, salpicando alegría, ni el olor a crema de afeitar y la brocha sobre el lavabo.
    Ya no huelen nuestras primeras colonias, mientras susurrábamos los secretos de primeros amores al callado espejo del 'romi'. Ni la voz de mami con sus tarareos de las coplas de moda, mientras parecía zurcir con la aguja la cal de la alcachofa de la ducha.
    Ahora solo suena la máquina derrumbándolo todo, gritando sobre los momentos que ya no volverán, sobre la historia de nuestra familia. Sobre cincuenta años de cuatro vidas alrededor de unos azulejos de flores, una cocina con olores a potajes y un salón con aromas a tabaco.
    Ahora todo eso queda en nuestras mentes y alguna foto para no olvidar.
    Y la máquina sigue trabajando.


Mª Jesús Campos Escalona
RESURGIR
    Desnuda el alma, la piel, los sentidos, el corazón. Ese que ahora late con tanta fuerza que se me quiere salir del pecho. Aquí, desubicada, retumbando aún los ruidos, golpes, gritos y llantos de niños.
    La ciudad se ha vuelto un caos; a mi alrededor todo está en ruinas, aunque me parece oír una voz. Empiezo a respirar entrecortadamente. El sonido me es familiar, ¿o quizá es mi mente?     Alzo la mirada y la voz se concentra más y la oigo con mayor certeza.
    Ana, ¿eres tú?



Laura Pérez Alférez
EL FIN DEL MUNDO
    Era divertido, le encantaba el juego de encajables de construcción que le había regalado su abuela. Se entretenía creando y experimentando diferentes formas y colores.
    En su imaginación, creía poder cumplir sus sueños de ficción. Sus dedos infantiles moldeaban pequeñas figuras de plastilina y diminutos seres animados, que adornarían su obra de arte.
    Su mente infantil creaba mundos paralelos donde, de manera extraordinaria, florecía la vida, llena de alegría.
    Pero los sueños, sueños son. Las piezas no acababan de encajar, las pretendidas columnas que sostenían aquel universo de fantasía eran bastante inestables y se tambaleaban.
    El dios niño, frustrado, de una patada, derribó su pequeña creación.


Benet da Silva
RECONSTRUCCIÓN
    Observó, a través de la ventana, aquel enorme edificio del que tan solo quedaba fachada y esqueleto. Había apostado todo, y a ciegas, en aquella reconstrucción, conforme avanzaban los días su confianza en conseguirlo mermaba. Después de varios minutos, se apartó de la cristalera y se asomó al espejo, llevaba meses sin hacerlo, este le devolvió una tétrica imagen compuesta de piel y esqueleto, ¨igual que el edificio¨, pensó.
    A la mañana siguiente, se dirigió a una floristería, compró once rosas amarillas y solicitó el envío a domicilio, después escribió una nota:
    ¨Dicen que las rosas amarillas anuncian un adiós, estas once representan los meses que he tardado en aceptar que nunca construiríamos nada sólido y el tiempo que tardaré en olvidarte. La única duda es si serán meses o años¨.
    Se la entregó al dependiente y se encaminó a la salida mientras pensaba: ¨hoy comienza mi reconstrucción¨.


Encarni Navas
ELLA
    Franquea el fondo que ofrece la fina frontera.
    Define las formas femeninas y fíjate en su fisonomía, en el frágil fulgor que oferta su figura perfecta.
    Fíate del reflejo que al final se filtra como biforme manifestación, de un físico flotante, inflexión.
    Disfruta de este fenómeno fortuito que la fortuna te facilita y aférrate al fuerte influjo que defiende el faro flexionado, fuegos fluctuante en la fosca amplificados.
    Frota esta atmósfera inflamada y difunde, transfiere su perfume, su fragancia de fresas como de euforia, inferencia.
    Sin fingir, afila, afina, afianza ofrecimientos factibles que conformen, que fragüen esta fábula y confirmen la profecía.
    Febo conferirá profundo significado a la frases, Hefesto forjará un desfile, una profusión de flechas en formación que perforarán, fracturarán de frente la confusión, la frialdad, la porfía. Firmes ferros sin defectos, de formidables efectos.
    Confía en Afrodita y afronta el desafío.
    ¿No es fascinante el trofeo y el afecto de ELLA el triunfo?
    Rectifico, reformo, modifico el fallo inferior y lo transformo en irrefutable afirmación.
    Verificada la información.
    Firma: la interfecta, una indiferente flor camuflada.


Monse Martínez Serrano
TE PERSIGO
    Cabizbaja, mira las puntas de los zapatos juntándolas como niña chica. Es la primera vez que lo hace, hasta ahora había fijado la vista en el techo, como si dibujase figuritas de gotelé. Raramente busca mis ojos, quizá teme que vea los tentáculos negros del monstruo abisal que la mora. Llega la hora y se despide con un adiós a medio mascar. Traspasa la puerta acompañada de su luz, sin embargo su sombra, deformada, se queda en mi despacho olvidada. Ella se marcha, sin girar la cabeza para mirarla. Pasados unos minutos, una llamada: “voy a dejar la terapia”. Me levanto, recojo su sombra extraviada y la guardo en el cajón junto a la oscuridad de Juan, María Alberto y Paula.

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