viernes, 25 de septiembre de 2020

HOMENAJE AL OTOÑO.


La llegada del otoño trae consigo nuevas historias, nuevas palabras, nuevos colores..., y en esta ocasión, nuevos participantes dispuestos a compartir sus creaciones y su modo de expresarse. Los miembros del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela damos la bienvenida a Montse Martínez Serrano, y le adelantamos que estaremos encantados de poder disfrutar de sus escritos. Este artículo hemos querido dedicarlo a esa estación del año que nos provoca tantas emociones encontradas, que nos regala esa paleta de colores tan nostálgicos, pero que a la vez nos invita a disfrutar de las cosas cotidianas del la vida... Un chocolate caliente en compañía de una buena conversación, una película con manta y sofá en una tarde de frío, un paseo por el campo disfrutando de los aromas de la naturaleza,... Cada persona vive esta estación desde una perspectiva y le provoca emociones diversas. Lo cierto es que el otoño no deja a nadie indiferente, y así lo hemos plasmado, ya sea en microrrelato o poema, para dar un homenaje a estos días del año, en que los rayos de sol se agradecen y la pluma no se cansa de arrojar creatividad.

Esperamos que disfrutéis con la lectura.

Montse Martínez Serrano

EL TIEMPO PASADO

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y ocho dieciséis…, resuena aquella cancioncilla de mi infancia mientras barro las hojas secas de la terraza. Hace fresco y ya no se escuchan las cigarras. La corteza de la parra se desconcha a jirones y las moscas moribundas se aferran a mi piel como el veranillo de san Miguel al otoño. Pronto será tiempo de leña y chimenea. De días cortos y noches ambiguas. Quizá mañana no barra para escuchar el quiebro de las hojas amontonadas en el suelo al pisarlas. Me siento en el muro y miro al cielo. Los colores y las nubes del atardecer me estremecen, o quizá es la llegada del frío. Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y ocho dieciséis…

Mª Carmen Jiménez Aragón
MAR NARANJA EN CALMA
Mar naranja en calma,
la brisa lo va meciendo
y tiritan desnudas las ramas
que lloran con desaliento
por esas hijas perdidas
que se las arrebata el tiempo.
Que bellas lucían ayer
mientras desafiaban al viento,
orgullosas de su entereza,
flexibles como sarmientos.
No sabían que, al ir y venir,
el viento las iba hiriendo
y yacerían junto a las piedras,
y polvo terminarían siendo.

Llora el castaño
lágrimas color tierra,
y se defiende con espinas
igual que la esparraguera.
Llora el granado
lágrimas color sangre,
y en mil pedazos ha quedado
su corazón de enjambre.
Y mientras el sol, cansado,
acaricia el frío manto,
de entre el mar anaranjado
suaves níscalos van brotando.
Es el tiempo de los locos,
cuna de melancolía
en que vida y muerte puedes ver
hablándose con cortesía.

Gema Frías Luque
CONSPIRACIÓN UNIVERSAL
Aquella mañana ya se notaban caer las primeras hojas del otoño, la cálida brisa ahuyentaba las duras temperaturas del verano.
Una pandilla de desalmados viajaba por el universo destruyendo el otoño de todos y cada uno de los planetas que se encontraban a su paso.
Unos seres despreciables, a mi juicio, odiaban incansablemente el paisaje de tonos rojizos, amarillos y dorados, los amaneceres cálidos… Bajo el lema “hundamos el universo otoñal”, lucharon contra los árboles hasta destruirlos a todos, viajaron por Marte, Saturno, Urano…, ya solo quedaba la Tierra…, y en el año 2020 arrasaba la Pandemia Covid19. Pensábamos que ya no podría pasar nada peor, pero una mañana el cielo amaneció rojo, los medios de comunicación nos alarmaron que no saliéramos de casa bajo ningún concepto…, nadie esperaba la terrible tragedia. Todos los árboles habían desaparecido de la faz de la Tierra… y con ello el otoño desaparecería para siempre...

Dori Calderón Ramos
PASEO OTOÑAL
Cada mañana, con los primeros rayos de sol, salgo a dar un largo paseo, es una costumbre que adquirí casi sin darme cuenta y que se ha convertido en algo imprescindible.

Nada más entrar en el pueblo, tomo el sendero que me lleva a la ribera del río, es una senda tranquila, hermosa y agradable, que se vuelve presuntuosa con la llegada del otoño.

Hoy es uno de esos días dorados y tenues, en los que los reflejos brillantes de los árboles que se deshacen de sus hojas te hacen entrecerrar los ojos y respirar hondo, y así de paso, sentir el olor a mastranto que crece jugando con el agua.

Los tonos rojizos de los granados llaman mi atención, y me muestran orgullosos su fruta coronada, que algún jilguero atrevido osa picotear levantando el vuelo al oír mis pasos.

Llego a la altura del puente que cruza el río, y un leve aire de levante abanica mi rostro, respiró hondo mientras contemplo  alguna vid que ya luce dorada tras habernos regalado su fruto.

A partir de allí, el camino se vuelve empinado y difícil y unas gotas de agua mojan mi piel anunciando un chapetón otoñal, así que retorno el camino a casa, mientras el olor a petricor me inunda el alma.

Rafa Núñez Rodríguez

TRISTES PARAGUAS

Todo gira, para que todo siga igual,
nubes que reflejan pequeños cielos de lastimosos paraguas,
uniformemente se mueven al ritmo de las prisas,
y sin embargo, a veces
alguien siente
los violines ahogando su pelo,
ojos marrones que viven la melancolía de los árboles somnolientos,
y baila,
moviendo las manos al son del crepúsculo.

Su figura se pierde engullida por las brumas de los castaños.
Sonriente, acariciando tradiciones y aromas,
su senda,
alfombra de sentimientos
de esos que sobreviven a las frías y extrañas estaciones.


Laura Pérez Alférez

Ml ESTACIÓN FAVORITA

Como cada año llegó discretamente, sin hacer ruido, compartiendo aún días de bochorno con el pasado verano.

Generosa estación, apareció regalándonos increíbles paletas de colores del mejor pintor. Amarillos, ocres, rojos, naranjas..., dibujando mágicas estampas otoñales en nuestro maravilloso entorno, bello a rabiar, donde las montañas y el río forman paisajes impresionantes.

Recuerdos de un pasado no muy lejano de uno de los paisajes más espectaculares, con sus viñas asomados vertiginosamente en pendientes laderas.

Una imagen que, probablemente en otoño, se vuelve más bella, si cabe. El color púrpura de las uvas se mezcla con el verde de los pámpanos, que se tornan en amarillo, primero, y posteriormente en tonos ocres y rojos antes de desprenderse. El resultado es una mezcla alucinante de colores a lo largo de cerros y lomas que escoltan nuestro valle, antaño poblado de olivos y almendros.

Quiero un otoño de colores intensos, de puestas de sol con cielos naranjas en atardeceres encendidos y el bálsamo refrescante del anochecer.

Esta es mi declaración de amor tardía al otoño, estación a la que me atreví a mirar con el corazón.

El transcurrir del tiempo y el sosiego de los años declina en emociones, en ocasos dorados después del verano, otrora mi estación favorita.


Cande Molina Mostazo
SECRETOS DE OTOÑO
Los paisajes se han teñido de ocre y las melancolías bailan con los rojizos  atardeceres, los últimos rayos de sol saludan al pasar mientras el cielo habla con las nubes.
Al caer la tarde sus pupilas se llenan de pasión, mientras ella ajena en su cocina. Él recuerda su primer amor, mientras saltan sobre las hojas caídas, mira sus labios rojos amaranto y cuando cierra los ojos para unir sus labios con los suyos, una voz: "la cena está lista" lo trae de vuelta.
Los suspiros vuelan como la brisa otoñal.
Los anhelos brillan como estrellas fugaces. En silencio y en secreto la vida sigue y pasa, y con el alba aparecen aromas de añoranzas de lo que pudo ser y no fue.

María Jesús Campos Escalona
OTOÑO
Sendero de luz tardía
hojas secas que lleva el viento.
Tonos de luz rojizos
llenan mis tardes plácidas,
¡cuánto amor desprendes en tus rayos de sol furtivos!

Puro es el aire que exhalas 
de tus entrañas sombrías,
me gusta el olor a petricor,
tonos caramelos y naranjas
me llenan de ti en cada atardecer.

Eres luz, vida, sombra y sol...
llenas mis ojos
con la amalgama perfecta.
Suave vereda de hojas escarchadas
que se van abriendo camino
al paso de mis pies.

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