En esta ocasión, nuestro reto literario Microrrelatos al Azar, nos ha llevado a elaborar historias, con un máximo de 150 palabras, en las que incluyamos los siguientes términos propuestos por cada compañero participante y elegidos al azar: TINTA, BALANZA, PULPO, ELOGIOS, HISTRIÓNICO, MAESTRA y REZUMAR. Diccionario en mano y con mucho entusiasmo, le hemos echado valor y aquí tenéis el resultado de este nuevo ejercicio. Originalidad, imaginación y variedad son los ingredientes de nuestros textos. La energía, nos la da el deseo de aprender y superarnos. La recompensa a nuestra pasión por las letras, saber que llenamos vuestro tiempo. Esperamos que los disfrutéis.
Rafa Núñez Rodríguez
PARTE DE MÍ
La tinta me rezuma la piel, como pequeñas gotas que
manan de mi corazón.
Esbozos que no aspiran a recibir elogios, ni a
hacerme parecer algo histriónico. Un pulpo que no para de pintar mis
sentimientos sobre la piel.
Líneas maestras que hablan por mí, que hablan de mí. Y, ante la duda de las
miradas, la balanza siempre vuelca hacia el lado del corazón.
Mª Jesús Campos Escalona
DÍAS DE COLEGIO
Aquella mañana llovía sin descanso y mi ropa
rezumaba a tierra mojada, al calor de mi cuerpo y salpicones de barro
propiciados por mi bici. ¡Hoy me hubiese encantado tener coche!
Aunque si ponía en una balanza mi economía, creo que irremediablemente hubiese volcado
hacia la bicicleta.
Sacudí mi ropa, ajusté mis horquillas y, con voz
histriónica y sin esperar ningún elogio, entré en el aula y saludé a mis alumnos:
-¡Buenos días mis pequeñuelos!
Todos contestaron con alegría. Me senté y saqué
mi boli, ¡uffff, de nuevo sin tinta!
Me dirigí a
la clase y pregunté:
-Bueno, a ver Manuel, ¿has hecho los deberes? Dime, ¿qué animal de compañía has escogido?
El niño
sonrió con picardía.
-Maestra, he hecho mi redacción sobre el pulpo.
QUIMERAS
Desde la ventana del hotel observé el ir y venir apresurado de la gente.
Aquel distrito de la ciudad con sus grandes y concurridas avenidas se asemejaba a un gran pulpo de enormes tentáculos, obra maestra del intelecto humano.
Multitud de hormigas giraban enloquecidas en un frenesí demencial, donde todas parecían tener prisa por llegar a ninguna parte.
Cada día, un histriónico y viejo melodrama en el que cada actor representaba su obra maestra escrita con tinta borrosa, sopesando elogios y adulaciones en su propia balanza.
En aquella extraña habitación me sentí ajeno a todo.
Desperté y te vi, tú estabas allí. El mal sueño quedaba atrás. El día acababa de empezar.
Tu mirada transparente rezumaba claridad, estabas a mi lado, la pesadilla terminó.
Cande Molina Mostazo
PASIÓN POR LA RUBIA
No puedo dejar de mirarte, ese rubio platino me
vuelve loco, quién me lo iba a decir a mí que me han gustado siempre las morenas, hasta que un día nos presentaron
y, aunque la balanza está casi equilibrada, tengo que reconocer que tiende a
bajar un poco hacia ti, rubia de mis ojos, maestra de doble lúpulo. Todos los
elogios del mundo serían pequeñeces en
un día de calor, cuando calmas mi sed
y embriagas mi cuerpo. Es palpar tu
rezumar y llenarme de placer, tanto que no me importa convertirme en un ser
histriónico. Fíjate que hasta he pensado
tatuar mi piel de tinta donde te
recuerde siempre. Así, por las noches al acostarme, un poco subido de grados, me
abrazaría como un pulpo a ti. Mi querida
rubia, siempre serás mi birra por excelencia.
Mª Carmen Jiménez Aragón
PATÁN
La balanza había oscilado en su contra. En su afán
por acaparar la atención y todos los elogios de la concurrencia, perdió su
norte, traspasó la línea maestra que ella le había marcado como el límite de su
paciencia. Y se dio cuenta tarde. Su esposa lo miraba desde su asiento mientras
le rezumaba la vergüenza por los ojos. No podía tolerar ese comportamiento
extremadamente histriónico en un momento como aquel. ¿Cómo iban a entender los
dolientes que se abrazara al ataúd como un pulpo, con brazos y piernas,
mientras gritaba desconsoladamente, cuando apenas conocía al difunto?
Ella se levantó, le aclaró en voz baja que los
sentimientos que un día tuvo por él se habían convertido en tinta, y su abogado
se encargaría de hacérselos llegar y se fue a casa, aliviada de sacar a ese
payaso de su vida.
Gema Frías Luque
Dori Calderón Ramos
Gema Frías Luque
MI CALVARIO
Las rendijas de mi alma rezumaban un halo de desamor
histriónico, la balanza estaba muy descompensada, en un lado estaban los
elogios, en el otro los insultos que aún a día de hoy nos propinábamos con
terrible maestría. Ríos de tinta y lágrimas eran derramados cada día y mi pobre
corazón se lamentaba cada momento de la terrible situación que estábamos
atravesando, sin poder escapar de tan desmesurada situación, estaba atrapada en
mi vida como un pulpo atrapa a su presa, y los tentáculos me succionaban hasta
el infierno, sin remedio alguno. Esta experiencia fue mi maestra, y todas sus
enseñanzas las oculté en el fondo de mi
corazón. Un día explotarían y me propulsarían hasta la superficie, donde podría
respirar al fin.
LA HORA DEL CUENTO (Incluido en la selección de mejores microrrelatos del Diario Sur del día 29/08/20).
Como cada tarde, mi maestra se sentaba en un rincón
de la alfombra y nosotros, esparcidos por la misma, esperábamos a que comenzase
a contarnos un cuento.
No necesitaba tinta de libros, ni elogios de nadie
para convertirse en el personaje del día, su carácter histriónico la hacía
rezumar sentimientos de todo tipo, en su justa medida, creo que los colocaba en
una balanza antes de comenzar.
Y nosotros escuchábamos, embelesados, sus palabras
convertidas en susurros o gritos de terror, en voces eufóricas o en pura poesía.
Y al final, cuando abría sus brazos como pulpo
acaparador, todos corríamos hacia ella, y el éxtasis de un abrazo
multitudinario nos embargaba.
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