sábado, 30 de octubre de 2021

MIEDOS de Rafa Núñez


Cualquier excusa es buena para ponerse a escribir o leer, a decir verdad no hacer falta tener ninguna excusa. Pero lo cierto es que, aprovechando la celebración de Halloween, que tanto ha arraigado en nuestro calendario, nuestro compañero, Rafa Núñez, ha escrito un texto de lo más terrorífico y sobrecogedor. Para que ahondara más en nuestras entrañas la semilla horripilante del miedo, nuestra compañera, Montse Martínez, se ha encargado de narrar, de viva voz, ese texto y ponerle música y efectos sonoros. El resultado ha sido espeluznante. Y para compartirlo con todos vosotros y que disfrutéis de este espectáculo agónico y paralizante, Mª Carmen Jiménez se ha encargado de añadir unas imágenes y elaborar este aterrador video.
El Club de Lectura y Teatro de La Viñuela os desea un macabro y sangriento Halloween. 

viernes, 29 de octubre de 2021

Presentación de la novela "La dama dormida" de Daniel Clavero Toledo.

 







29/10/2021 - Club de Lectura y Teatro de La Viñuela

Hoy, a las 18:30h, ha tenido lugar la presentación de la novela de Daniel Clavero titulada "La dama dormida". El acto ha estado presentado por Rafael Núñez Ruiz en la Biblioteca Municipal de Periana.

Un nutrido grupo de asistentes se ha encontrado cara a cara con el autor y, con la ayuda de su presentador, han podido desentrañar todas las dudas que contenía su lectura.

Su autor ha argumentado que han sido, principalmente, recuerdos de su infancia y juventud lo que inspiraban sus ideas y escenas para la novela, en donde mezcla datos reales con una imaginación prodigiosa.

Ha sido una cita muy esperada tras el parón por la covid-19 y tenía  un público entregado que esperaba con ganas el momento. Intervenciones, material audiovisual y la interactuación de los asistentes han conseguido una presentación dinámica y amena.

Recomendamos, sin dudarlo, la lectura de esta novela llena de misterios, secretos familiares, mucha leyenda popular y giros sobrecogedores. Y, cómo no, deseamos a Daniel Clavero toda la suerte del mundo, mientras esperamos ya, con ansiedad, su próximo libro.

lunes, 18 de octubre de 2021

DÍA INTERNACIONAL DE LAS ESCRITORAS.

 


Hoy se celebra el Día de las Escritoras 2021, conmemoración puesta en marcha por la Biblioteca Nacional y asociaciones de mujeres de carácter cultural y empresarial, en el año 2016, con el objetivo de reivindicar la labor y el legado de las escritoras a lo largo de la historia. Como en ediciones anteriores, la fecha elegida es el lunes más cercano a la festividad de Teresa de Jesús, que se conmemora el 15 de octubre.

Así pues, celebramos este lunes 18 de octubre, desde el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela, el tesoro que nos dejaron, y siguen dejando, tantas escritoras. Aportamos con una pequeña contribución para dedicar a todas ellas nuestro reconocimiento y orgullo.

Varios miembros del club han querido festejar este día con distintos poemas y escritos dedicados a este día que, para nosotros, es tan especial.

Rafa Núñez Rodríguez
ESCRITORAS
Como una caracola que absorbe todo un océano,
para después dejarlo escapar
como un susurro de aire y sal.
Así son ellas,
una amalgama de palabras, momentos, historias por nacer,
y otras moribundas,
esperando el punto final.
Manos manchadas de tinta,
antaño escondidas bajo guantes del poder varonil.
Hojas en blanco que brillan en sus miradas,
esbozos de cambios cumplidos,
de pasos que igualar,
y estanterías que llenar.
Mentes que gritaban en silencio,
que escribían a escondidas
ante la indiferencia de la sociedad.
Suerte que escribieron a oscuras,
que no partieron los lápices, ni quemaron las plumas.
Nombres de mujeres que se escriben con las mayúsculas,
de la libertad,
de la igualdad,
de la necesidad de desarrollar
las palabras que manan de sus corazones.
Escritoras,
que llenan las páginas,
de momentos eternos
y otros eternos como un parpadeo,
pero libres para escribir
y regalarnos sus palabras.


ELLAS
El lápiz se posó con ternura sobre el papel
y no fueron letras agrupadas y,
quizás algo atolondradas, lo que apareció.
El papel se vistió de sueños,
algunos terroríficos,
con un hombre especial, nacido de la muerte,
y lleno hermosos sentimientos en su mudo corazón.
O se escuchan sonrisas de esas cuatro hermanas
que sueñan con la vida,
con los sueños que se reflejan en las nubes
que inexorablemente siguen sus caminos.
Tertulias de filosofía entre poemas
que las llevan a la Gloria de las carcajadas
y los bonitos sentimientos.
Y se llenan las hojas
que ramifican sobre las miradas de los ávidos lectores.
Historias, vidas,
todas ellas siempre llenas por la esencia femenina,
llenas de sentido y sensibilidad.

Mª Carmen Jiménez Aragón
LA BATALLA DE LAS LETRAS

Desenfundó su pluma
y alzó la voz
para derrotar a los gigantes
y allanar el escalón.
Palabras y sentimientos salieron
disparados a discreción,
colándose en calles oscuras
o en grandes historias de amor.
Viajando por todo el mundo,
sembrando la confusión,
ella iba descargando
en el papel su munición.
Y eran muchos al principio
los que ansiaban acallarla,
el menosprecio y la injusticia
de sus letras se burlaban.
Pero lo que es, es.
Y no hay mas vuelta que darle,
el talento no tiene sexo
ni exclusiva autoría el arte.
Ardua batalla ganó
la literata de antaño
para ver sus obras escritas
y seguir vivas mil años.

Montse Martínez Serrano
ABRAZOS DE ESCALERA
     Escribo y borro a continuación. Ya son siete veces las que repito el proceso y no paso de un par de insulsas líneas. “Maldito puntero parpadeante, deja de mirarme”. Cierro el ordenador. Ayer pensaba que tenía un buen título para una historia. Como cada mañana, bajo las escaleras de casa, con mi hijo tomado en brazos. Y bajando el primer escalón extiende sus bracitos, apoya su cara en mi cuello y me abraza. La felicidad en 16 escalones. Pero a mitad de camino una punzada en el corazón me avisa de que un día aquello acabará. Entonces le susurro lo mucho que lo quiero y lo aprieto contra mi cuerpo queriendo grabar el instante en nuestra memoria recordable. Llegará el momento en que te hagas mayor y no podré cogerte en brazos, tu no recordarás nuestros abrazos de escalera y yo quizá los haya olvidado, pero entre libretos, ficheros y carpetas, encontraremos lo que hizo que se rompiera la página en blanco.

Dori Calderón Ramos
MIS SUEÑOS EN UN PAPEL
     Cada tarde vuelve del colegio a saltos, tirando de la cartera y soñando que ella es una guerrera que subirá en su caballo en cuanto llegue a casa.
     Sus trenzas saltan al unísono de sus pies y su imaginación vuela al compás de su mirada.
     Merienda con prisas para salir a jugar a la calle con los niños, pero alguna tarde sus travesuras le valen un castigo, pero lo que no saben en casa es que las tardes castigadas son las mejores.
    Esas tardes en vez de correr por las calles vuela por mundos imaginarios con un lápiz y un papel, viaja en un barco hasta Júpiter y se baña con las olas de un mar de Venus.
     Oye la voz de mamá con un poco de culpa por el castigo que la llama a cenar... ¡Pobre mamá, no sabe aún que ella será escritora!


Mª Jesús Campos Escalona
A FLOR DE PIEL
     No sé si soy una escritora mala, buena o regular. Solo sé que me gusta escribir, que siendo una niña ya llenaba renglones con historias de fantasía que me iluminaban la sonrisa. Y más adelante, sentí la necesidad y la comprensión de que entre páginas y lápices encontraba mi mejor refugio. Un refugio calentito donde guarecerme de la lluvia.
     Hoy, que me ha envuelto el fino manto que te da la madurez, sigo reconfortada escribiendo; me da paz y alegrías cuando la inspiración me llega a borbotones, y dolores de cabeza cuando la busco y no la hallo.
     Y a pesar de todo..., ¡te amo incondicionalmente! No sé si soy una escritora buena o mala..., solo sé que te llevo en mis adentros.

IV. ME LO DICES O ME LO CUENTAS


      Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

      Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son once las palabras propuestas para incluir en las historias: AUTOCONTROL, PERSEIDAS, CARTA, VETAR, ESPLIEGO, SUSPENSIÓN, TELA, VITÍLIGO, CACHORRO, SOBRE y DELEITE.

     Esperamos que disfrutéis de la lectura.


Benet da Silva
¿A ELLOS O A NOSOTROS?
     Aún resonaban en su cabeza, le vetaron el deleite de observar la lluvia de perseidas que alumbraban la noche y el olor a espliego que desprendía la hoguera. El autocontrol y frialdad que mostraban las palabras de aquel niño le impresionaron, e hicieron que se preguntara: “¿A quién debemos educar?, ¿a ellos o a nosotros?”
     Tras leer la carta, decidió dejar sus vacaciones en suspensión y viajó hasta Mali. Su camarada lo esperaba junto a varios muchachos del poblado. Comenzó a repartir algunos juguetes. Intentó darle uno a un chico que mostraba síntomas de vitíligo y vestía una túnica de tela, pero este lo despreció, le preguntó algo en idioma propio y se marchó. Unos minutos después regresó, dejó sobre la mesa un fusil y dijo algo en su lengua.
     A continuación, su compañero le contó que, aquel infante fue uno de los cachorros de las milicias, los llamados “niños soldado”, además, tradujo la pregunta y posterior respuesta del chaval.
     Según él, aquella peonza no servía para defender a su familia, en cambio el fusil, sí.


Cande Molina Mostazo
ESENCIAS
     Suspiró con deleite mientras contemplaba las perseidas tumbada en la hamaca. Justo en ese instante mágico pidió un deseo, lo escribió en un trozo de tela y lo metió dentro del sobre. A pesar de sentirse en paz no pudo evitar que sus ojos negros llorarán como los de un cachorro triste y asustado.
     No estaba pasando por su mejor momento, fue suspendida en su trabajo y las facturas se acumulaban. Para vetar a sus miedos, cada mañana se ponía unas gotitas de aroma de espliego en el cuello. Y con todo el autocontrol del que disponía se dirigió a la entrevista de trabajo. Cuando escucho “gracias, ya le llamaremos”, se remangó la manga del jersey, dejando ver su vitíligo en la parte superior de su brazo, y le entrego una carta.

  Se despidió muy amablemente y se marchó. Justo a los diez minutos sonó su teléfono, mañana debía ir para firmar su contrato de trabajo.

    Todo el mundo le pregunta que había escrito en esa carta y su respuesta siempre es la misma: “a veces los deseos se hacen realidad”.


Mª Carmen Jiménez Aragón
MI VIDA ES MÍA
     Cuando observó que el autocontrol de aquel indeseable brillaba por su ausencia, decidió poner sus cartas sobre la mesa y pasar a la acción. Con las vaporosas telas bailando en suspensión y el incienso de espliego haciendo su trabajo, el borrachín se sumió en el placentero deleite de Morfeo, momento que aprovechó la bailarina para sustraer el sobre de su chaqueta. Con los documentos en su poder, tendría a los peces gordos cogidos por el cuello y podría vetar la entrada a esa mafia explotadora.
   Y mientras él soñaba con las perseidas, ella lo miraba, comparándolo con un rechoncho cachorro dálmata, por los rastros de vitíligo que asomaban por sus manos, y se decía:
     -Perro que come perro, es porque aprendió la lección a hierro.


Lourdes Sánchez Jiménez
LA CARTA
     Metió la carta dentro del sobre, posándola en la almohada junto a un tallo de espliego.
     Por fin nadie la votaría nunca más, porque ahora, ella y solo ella, tripulaba y tenía el autocontrol del barco de su vida, una vida llena de mareas y tempestades. Por eso, llegó el momento de navegar hacia la libertad, provocándole un deleite, el cual hacía mucho tiempo no vivía. Allí estaba, tumbada, viendo a los lejos las Perseidas, cuando un frío invadió su cuerpo, como el que siente un cachorro recién nacido al salir, en pleno invierno, del vientre de su madre.
     Escuchó el desgarre de las telas de su camisón y sentía la presión intermitente de unas manos en su pecho, marcado por el vitíligo como si la sal del mar de su vida lo hubiese marcado.
     Una paz la invadió y, tras la suspensión de aquéllas manos en su pecho, supo que había llegado el momento de su ansiada libertad.


Dori Calderón Ramos
EL GRAN HOMBRE
     Disfrutaba mirando las perseidas desde su cama, perdiéndose entre las telas de las sábanas para embriagarse del olor a espliego con el que su madre las aromatizada, allí se sentía como cachorro mimado.
     Hallándose en este deleite recordó que hoy mostraría gran autocontrol ante el comité de dos empresas que pretendían unirse, vetando esta fusión por no ser beneficiosa para el consorcio con el que trabajaba.
     Redactó la carta que presentaría esa mañana ante los socios, pensando que sería ardua tarea la suya, pero la fuerza de su voz y su dura mirada no dejarían opciones a sus interlocutores.
     Subió los veinte pisos en ascensor y entró en la acristalada sala donde lo esperaban, entregó el sobre con la propuesta a una desagradable mano con vitíligio y oyó el sonido de un mensaje de su móvil.
     -Te quiero en casa a las dos, - leyó
     -Si mamá, - contestó.


Mercedes Rodríguez Silvente
MOMENTO MÁGICO
     Con un gran deleite decidí escribirle una carta donde le explicaba mi marcha, la introduje en un sobre y la deposité en su mesita.
     Corría el mes de agosto, me senté bajo aquel espliego que había frente a mi casa. Era de noche, pude contemplar una lluvia de luminosas perseidas. Mis pensamientos se quedaron en suspensión, fue un momento mágico.
     No estaba en la mejor época de mi vida, vivía con mi padre y no teníamos buena relación. De pronto vi un cachorro junto a un contenedor, me di cuenta que padecía de vitíligo, a pesar de ello lo llevé a casa y lo arropé con una tela. Mi padre me vetó quedarme con aquel animalito. Mi autocontrol me ayudó a no discutir.
     Durante la noche tomé la decisión de quedármela y llamarla Dori. La mañana siguiente cogí a mi cachorrita, mis pertenencias y comencé mi nueva vida. Aún hoy tras cuatro años sigo disfrutando de su compañía y sus cuidados.


Jose A. Ortega Cuadra
VISITA AL TEIDE
     Tenía preparado el sobre y solo necesitaba escribir la carta para contarte mi última aventura en el Teide. Demasiadas expectativas, mitigadas con ejercicios de autocontrol, aunque tal vez exageraba un poco.
     Llevaba tiempo planificando esta excursión. Fui con mi cachorro envuelto en una tela, al que llamo Viti, por unas manchas en el contorno de los ojos, vitíligio que afecta a personas y animales en su piel.
     Quería ir temprano para no encontrarme con retenciones o la posibilidad que pudieran vetar el acceso al parque por masificación en el mismo. No quería arriesgarme a la suspensión de la aventura.
     La excusa para la visita al parque nacional era la luvia de las perseidas. En realidad, quería encontrar algún ejemplar de espliego. Había averiguado que, aun siendo de la familia de la lavanda, las propiedades entre ellas son totalmente opuestas. Para mi deleite, pude encontrarla. Lo siguiente era disfrutar de la lluvia de estrellas.


Rafa Núñez Rodríguez
CORAZONES
Me duele el corazón derecho,
sí, ese que suele estar en silencio,
el que te servía de almohada
cuando apoyabas tu cabeza en mi pecho.
Ese que notaba el placer de las yemas de mis dedos
navegando sobre tu cuerpo,
disfrutando de la palabra vitíligio nacida en tu piel,
rozando tus parches blancos
para luego adentrarme en tu universo de piel oscura,
y buscaba perseidas bajo tu ombligo,
incluso cuando me vetabas el camino,
yo te miraba como un cachorro añorando tu cariño.
Ahora, el espliego de la ventana secándose,
la tela de la sábana en suspensión para no tocarme,
las cartas se vuelven amarillas, las pocas que llegan,
mientras yo sigo llenando un sobre
con el poco olor tuyo que queda en casa.
Hoy por fin me veo con suficiente autocontrol
y me atrevo a salir a la calle.
Abro la puerta y observo, con extraño deleite,
que gran parte de los caminantes,
van con la mano izquierda apretando su parte derecha del pecho.
Y entonces pienso, mientras busco tu mirada,
que hoy también me duele corazón derecho.


Mª Jesús Campos Escalona
GUERRERA
     Mi autocontrol me hace ser fuerte. Soy una mujer decidida y valiente que veta la entrada a su corazón, a todo aquel que osa pegar en la puerta. Me gusta dejarlos en vilo, en suspensión, para que luego caigan al infinito vacío, sin sentir ni un ápice de piedad.
     Pero no siempre fui así. Recuerdo que hace muchos años me sentí como un cachorro, necesitada de cariño. En silencio, me deleito con aquella tarde de verano, el olor a espliego y romero inundándome los sentidos. El anochecer nos trajo miles de perseidas que iluminaban tus ojos y cómo acabó todo con una simple carta. Un sobre en blanco que marcó mi destino. Estaba embarazada.
     Hoy, arropo a mi niño con telas de amor propio y confianza. ¡Cómo ha crecido mi príncipe! Acaricio con ternura su piel llena de manchas, el vitíligio va en aumento. El camino no se presenta fácil. Pero aquí está tu reina, le susurro, para guarecerte de toda tempestad.


Laura Pérez Alférez
PIROMANÍA
     Mientras quemaba unos viejos sobres de cartas con ramitas de espliego seco, descubrió que el fuego está vivo y que siempre tiene hambre.
     Le gustaba mirar cómo ardientes lenguas bailaban hasta apagarse, pero la sequía había dejado demasiado matorral seco y una lluvia de perseidas en suspensión prendieron la hojarasca. La tímida danza de una pequeña hoguera se convirtió en una frenética coreografía de cachorros en llamas, que brincaban por la maleza seca, rugiendo, devorando, avanzando sin parar con furiosa alegría.
     La voracidad del fuego le hipnotizaba, perdía el autocontrol hechizado en el vaivén de agitadas telas de lumbre. Cada vez sentía más placer, ocasionar un incendio se convirtió en un deleite imposible de vetar.
     Ahora, tras unos barrotes, observa con nostalgia el vitíligo de sus manos, pensando en la mejor forma de hacer arder la cárcel.