sábado, 18 de diciembre de 2021

HAIKUS CALIENTES

¿Has oído hablar del haiku? Si no es así, te aclaramos lo que es. El haiku o haikú es un tipo de poesía japonesa que consiste en un poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Su temática primordial es la naturaleza o la vida cotidiana, y a menudo incluyen una referencia a una época o momento del año en concreto (kigo). El haiku es una pequeña cápsula cargada de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente, dicen algunos.

Según Octavio Paz, el haiku es un organismo poético muy complejo ​y su misma brevedad obliga al poeta a significar mucho diciendo lo mínimo. Lo llaman "la poesía de la sensación"; es más, podría definírselo como poesía de la sensación desnuda, que no pretende oscurecer algo con las palabras, sino iluminarlo. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y la emoción que produce en el poeta la contemplación ante la realidad.

Pues eso mismo es lo que vamos a intentar nosotros, desnudarlo y llenaros de asombro y emoción. En el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela vamos a darle otra vuelta de tuerca al tradicional haiku y lo vamos a centrar en una temática totalmente distinta, el universo erótico. Si ya de por sí es difícil transmitir la belleza de la naturaleza, o de un instante, en tan solo tres versos, nosotros nos proponemos transmitir emoción, deseo, amor..., vamos, caldear el ambiente.

Rafa Núñez Rodríguez

Lenguas hambrientas
siembran pieles calientes,
nacen orgasmos.


Sal en tu boca.
Nuestros cuerpos desnudos.
Sal en mi boca.


Te meces lento
y te lleno de fuego,
ardemos juntos.


Cande Molina Mostazo

Quiero perderme
en tus sábanas blancas,
llenarme de ti.


José A. Ortega Cuadra

Pasión en mi ser
calor en tu mirada
roces sin pudor.


Deseo por ti
caricias tuyas en mí,
follamos sin fin.



Benet da Silva

Hablan las manos
la piel acaricia
prende el fuego.


Montse Martínez Serrano
Manos hábiles,
clítoris paltitante,
me toca a mí.


Mª Carmen Jiménez Aragón
Manos inquietas
bajo la ropa buscan
tu lento gemir.

martes, 14 de diciembre de 2021

VI. ME LO DICES O ME LO CUENTAS



      Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

      Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son once las palabras propuestas para incluir en las historias: ESTIGMA, CENIZA, LÍDER, BITÁCORA, TANGO, ABRIGAR, FRÍO, RETAHÍLA, SENOS y PARCO.
      Esperamos que disfrutéis de la lectura.

Montse Martínez Serrano
BENDITA VENGANZA
En el seno de una familia madrileña creció el hijo de la Chari, la prima segunda del pueblo. Ser hijo de una prostituta fue un estigma de dimes y diretes y, después de quince años, regresaba a casa de su madre para enterrarla. Abrigaba el anhelo del olvido, pero durante la ceremonia un sin cesar de murmullos y dedos índices lo crucificaban. Un parco cura cedió la palabra a un hombre. Después de gimotear una retahíla de recuerdos, abrazó la urna y comenzó a bailar un tango, el baile favorito de la difunta. En un cambio de dirección, el pie líder trastabilló. Un grito coral reverberó en la fría iglesia cuando las cenizas cayeron sobre los feligreses. Allí mismo sacó su cuaderno de bitácora, lo abrió y escribió: “Madre, gracias a Dios, ya no te recordarán más como la puta que tuvo un hijo con el alcalde, sino como la muerta que se esparció por los aires”.

M Carmen Jiménez Aragón
DESENFRENO HOY, LAMENTOS PARA MAÑANA
El incesante tango que es la vida le había hecho dar giros indebidos y había grabado sobre su cuerpo una retahíla de estigmas imborrables.
Tal como hace un capitán de navío en su cuaderno de bitácora, los años anotaron en ella la ceniza en sus cabellos, la parca turgencia de sus senos y las muchas ramblas surcando su rostro, a una edad aun muy temprana.
Si algún día abrigó la idea de que su atractivo físico juvenil sería líder eterno en las pasarelas, poco después la fría realidad le demostraría que los excesos y adicciones terminan pasando factura, y que aquellos diablos no le habían explicado bien el pacto.

Lourdes Sánchez Jiménez
FUEGO
Junto a ella se sentía el líder del universo y ella a su lado se dejaba llevar cual bitácora a su timón, sintiendo ambos el tango que producían sus corazones cuando estaban juntos.
Todas las noches contemplaban los estigmas y senos que el tiempo había provocado la longeva vida a la luna.
Él permanecía parco escuchando las retahílas de ella sobre el universo, mientras ella se dejaba abrigar por él para no pasar frío, eso sí..., teniendo sumo cuidado para no convertirse en cenizas por el fuego de su amado. Aquella noche del solsticio de verano pasó rápidamente teniéndose que despedir ambos hasta la noche siguiente. Ella quedó sumida en la oscuridad mientras él se alejaba para iluminar otra parte de aquel planeta llamado Tierra.

Dori Calderón Ramos
EL PASO DEL TIEMPO
Un frío intenso recorrió su cuerpo.
Cubrió sus hombros con su maltrecha capa hasta protegerse los senos, pero era obvio que aquel parco tejido no servía ya para abrigar el paso por el bosque.
Sus pasos se asemejaban a los de un tango, que igual avanzan que retroceden sin encontrar el camino correcto.
Como bitácora ante el timón de un barco, la retahíla de sus pensamientos buscaba una excusa para no volver a realizar aquel trayecto que los años tiñeron de color ceniza.
Hacía mucho que su historia no era líder, dejó de ser la más contada, pues el paso de los años dejó un estigma demasiado obvio en ella, ya no era una niña inocente.
Llego a la casa, y como siempre encontró a su abuela en la cama, y armándose de valor le dijo:
-Abuelita, tenemos que dejar este cuento, el lobo murió hace mucho tiempo.

Mercedes Rodríguez Silvente
MANIOBRA SEDUCTORA
Era la líder del departamento de la sección de sociedad en un periódico online. Aquella noche hacía frío, me abrigué y preparé un café. Escribía en mi bitácora sobre el último desfile de moda, mientras la ceniza se acumulaba en el cenicero. Mis pensamientos volaron hasta mi compañero de trabajo, era tímido y parco en palabras, pero tenía en la mirada ese estigma de niño travieso que tanto me excitaba. 
Una tarde le propuse una cita, la cual aceptó. Cuando llegué al lugar acordado, con galantería me ofreció su brazo, y nos adentramos en el local. Con mi retahíla intentaba romper su timidez. Aproveché que sonaba un tango para invitarle a bailar. Me sorprendió su soltura y sus sensuales movimientos, además de descubrir sus disimuladas miradas al escote de mi vestido, que dejaba ver parte de mis senos. Aquel hombre que manejaba mi cuerpo a su antojo, en nada se parecía al chico retraído que invité a salir. Siempre me quedará la duda de si su timidez, no fue una maniobra de seducción. 

Jose A. Ortega Cuedra
LA LLEGADA A CASA
El barco se dirigía rumbo a nuestro hogar. Argentina, la tierra de Gardel y del tango.
El capitán, hombre parco en palabras, pero líder ejemplar, daba indicaciones a su grumete para que apuntara en el cuaderno de bitácora toda una retahíla de datos que después, el pobre marinero, tenía que trasladar.
El capitán fumaba dejando las cenizas esparcidas allá por donde pasaba. A veces me gustaba pensar en lo cómico que sería verlo con una pata de palo y un parche en uno de los ojos, cual pirata en el mar Caribe.
Estábamos ansiosos de llegar cuanto antes a nuestro destino. Ushuaia, tierra fría en el sur del país, donde todos abrigaríamos nuestros cuerpos al calor de los senos de nuestras mujeres, novias, amantes o, simplemente, cualquier meretriz en los bares del puerto.
Al llegar, vimos bajar al Capitán nada más posar el portalón en el muelle. Al otro extremo, dos niñas y una mujer mayor, tal vez su abuela o una institutriz. Su estigma estaba presente en esa imagen. Su esposa falleció poco antes de zarpar en esta navegación, teniendo que dejar solas a sus hijas, sin poder calmar su aflicción.

Rafa Núñez Rodríguez
FLORES SECAS
Ella tenía ceniza en la mirada, y no porque sus ojos pintasen tonos grises, ella había ardido por dentro. Sintió la vida mientras se dejaba abrigar por el amor, y ahora solo frío.
Bueno, frío y una retahíla de besos cuajados que no sabían a nada, que se le clavaban en la piel como estigmas zurcidos con prepotencia y autoridad.
Hace tiempo, su corazón partió escondido en la bitácora de un barco lleno de tangos y risas, de caricias y senos palpitantes, de flores que nacían de su boca, y palabras dulces de esas que acariciaban los oídos.
Hace tanto tiempo de todo, que ahora hasta el reloj se ha vuelto parco en su tic tac.
Y vuelve el frío. Entonces, la voz del líder de la secta la saca de sus pensamientos...
-Vístete, y llama a la siguiente.

Laura Pérez Alférez
A LA DERIVA
Los cuerpos flotan a escasos metros de la costa, ya han dejado de nadar, nadie intenta alcanzar la orilla. El agua me escupe envuelto en una ola furiosa.
Con las pocas fuerzas que me quedan y aterido de frío, voy reptando por la arena hasta dejarme abrigar al cobijo de unas rocas. Debo salir de ahí antes del amanecer.
Siento tierra firme bajo los pies, camino despacio tropezando con varios cuerpos inertes.
Una nebulosa de cenizas envuelve mi cabeza con una retahíla de parcos susurros, sin cuaderno de bitácora intento encajar las piezas. Un niño llora abrazado a unos senos oscuros arrullado por las olas, al vaivén de un tango que mece la barca.
Alguien debe echarme de menos o llorar mi ausencia en otro lugar. El chaleco salvavidas y mi piel clara delatan mi incierto origen, el estigma de falso líder se perfila en mi memoria.

Benet da Silva
BÚSQUEDA 
Mientras su cigarrillo se convierte en ceniza, sus pensamientos son una retahíla de recuerdos y se pregunta el motivo de aquella agradable sensación de felicidad. Una infantil voz, desde su interior, le invita a girar su mirada, diciéndole: «ella es el motivo». La miró un instante y la abrigó con su cuerpo, contempló la sonrisa que asomaba en sus labios, sus senos marcaban un relajado compás. Para ellos, las frías noches en soledad, habían llegado a su fin. 
Tres meses antes… 
No se conocían, tropezaron en una de esas causalidades ante las que la vida nos coloca. Pero reconocieron en el otro, aquello que Nietzsche denominó como; el estigma de Caín. Ambos tenían la mirada de quien atendiendo a sus más bajos instintos y desafiándose a sí mismo, subió a la barca de Caronte, bailó un tango con Azrael y escapó. Dos corazones parcos en palabras y errantes en busca de la bitácora que les guie hasta ese etéreo e intangible líder, llamado amor.  

Cande Mostazo Molina
SIEMPRE HAY ALGUIEN QUE TE RESCATA DEL ABISMO
Estás perdida por completo cuando tu caja de bitácora está vacía; cuando tu libro, escrito de retahílas, ya no te habla; cuando solo ves tinieblas a lo largo del camino y la tristeza se ha tatuado, como estigmas, por tu piel; cuando no hay líderes que construyan las veredas y sientas el frío del Norte entumecer tu ser. Intentas buscar un rayito de luz y ves el cielo oscurecido de ceniza. Estás perdida por completo, no hay duda. Entonces, cansada y abatida, cuando lo das todo por perdido, escuchas un tango a lo lejos, los acordes y las notas te llevan hasta un sendero de tulipanes aterciopelados y unos ojos verdes te invitan a bailar, tus senos palpitan al abrigarse con un cálido cuerpo que te hace estremecer en una nube de música que gira y gira, como un carrusel. Y, justo en ese momento, sabes que hay una salida.