martes, 18 de julio de 2023

XX. ME LO DICES O ME LO CUENTAS

    Buenas, lectores y lectoras del mundo. Aquí tenéis otro ejercicio de microrrelatos por palabras. Para quien no conozca las pautas a seguir, las recordamos: se trata de elaborar un microrrelato de 180 palabras como máximo (sin contar las del título), en el que incluyamos diez términos, elegidos al azar por miembros del club. 

    Dependiendo de la función que desempeñe cada término deberemos tener en cuenta las siguientes objeciones: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo); igualmente no se puede utilizar "amado" cuando la palabra a incluir es "amar", deberíamos poner, en todo caso, "había amado" (tiempo verbal).

    Para este ejercicio los términos elegidos han sido: HIGUERA, DESPROPÓSITO, ASOLAR, TEMPERAMENTO ALMA, GUITARRA, LUMINISCENCIAS, ICONO VELAR y ACARICIAR.

    Os animamos a practicar este ejercicio y nos encantaría que compartierais con nosotros el resultado. Si os apetece podréis verlo publicado justo debajo de estas líneas, junto a los nuestros, que os servirán como ejemplo. Que disfrutéis de la lectura.

Maite de la Cámara
RAÍCES
    Aquel día de verano, bajo un árbol, Manuel tocaba la guitarra. Al fondo,  se escuchaban las máquinas de la constructora que había adquirido el terreno y que asolarían, tristemente,  aquel bello paisaje.
    Manuel dejó de tocar ante ese despropósito. Él siempre tuvo un carácter fuerte y de gran temperamento, pero sabía que no podía hacer nada ante esa vil injusticia. Pensó, que ya no vería las luciérnagas brillar en la noche y que en su lugar,  vería algunos iconos de tráfico  que reflectarían su luminiscencia con las luces de algún coche.
    Ese sería el último día en el que estaría junto a la higuera que había plantado su abuelo. La abrazó, la acarició y la veló toda la noche,  hasta que Morfeo,  lo acunó y lo llevó hasta un sueño profundo.
    Al día siguiente, la excavadora arrancó las raíces de la higuera y junto a ellas, el alma de Manuel.

Rafa Núñez Rodríguez
HERIDAS
    Acaricio la piel de la higuera, una cicatriz a mitad del tronco con un corazón, tus iniciales y las mías.
   Un icono de algo que debimos velar y no supimos. El temperamento tuyo o mío, da igual, todo se convirtió en un despropósito de sábanas revueltas y palabras hirientes, tu luminiscencia y mi opacidad fueron creciendo tanto que se llegaron a asolar mutuamente.
   Silencio, el levante se llevó la música, las guitarras se quedaron agrietadas, con las venas rotas. Entonces es cuando saco el cuchillo, atravesando la piel del árbol intento borrar tus iniciales y, en ese momento, de uno de los cortes más profundos, unas gotas blancas comienzan a brotar, un llanto callado, el alma rota de un corazón eterno tallado sobre un amor que no lo fue tanto.

Laura Pérez Alférez
NARCISISTA
    Él nunca se equivocaba. En su despropósito, amaba ser el centro de atención; cuando alguien le increpaba su comportamiento, se hacía la víctima y acababa haciendo culpables a los demás.
    Hablaba de empatía y humildad, pero no las practicaba, eran los demás los que debían hacerlo con él. Su dogma era "el fin justifica lo medios, no existen principios ni ética, solo resultados".
    El temperamento de su alma calenturienta pretendía asolar la luminiscencia de los otros, aquellos que podían velar su egocentrismo. O, si era conveniente, acariciaba egos ajenos con lisonjas fingidas.
    Igual que las raíces invasivas de la higuera, que pueden romper el suelo de hormigón, es de necesidad ubicar a este ser lo más lejos posible.
    Se amaba tanto a sí mismo, que llenó su mansión de espejos, y si no le gustaba su reflejo, le añadía filtros y sones de guitarra. Un día al salir de casa se miró en uno de ellos, pero su reflejo le daba la espalda. ¿Cómo era posible? Rechazado por su propio reflejo. Icono de nada.

Benet da Silva
ICÓNICA FRAGANCIA
    Fue un día de verano, después de una de esas breves, pero intensas, tormentas veraniegas tras la cual el sol toma de nuevo el mando. Pequeñas chispas de humedad caían del árbol creando minúsculas luminiscencias que, al estallar, se trasformaban en un aromático vapor que me acariciaba el alma con un suave aroma. Aquella mágica fragancia y una melódica música de guitarra que sonaba de fondo, apaciguaron mi temperamento y, durante unos minutos, me olvidé de los despropósitos que asolaban mis pensamientos pudiendo contemplar la esbelta figura que se aproximaba. 
    Desde entonces, cada noche al reunirnos en casa, iniciamos el ritual: mientras suenan en el reproductor canciones de Paco de Lucía, ella se acerca, se sienta a mi lado y me arrulla con su cantarina voz. Cruzamos nuestras miradas y nuestros labios se unen en un cálido beso, nuestras manos recorren los cuerpos velando por la ardiente pasión que aquella tarde de verano bautizaron pequeñas gotas de agua que caían de la higuera que hoy es icono de nuestro amor.

Monse Martínez Serrano
TRABAJO SUCIO
    Para velar aquel despropósito de entierro, un cuarteto de guitarra interpretaba canciones de los Beatles. Permanecía bajo la higuera, cual icono voyeur, acariciando las escasas escenas de duelo con la mirada. Un niño, de temperamento inquieto, asolaba los ramos de flores fúnebres que encontraba a su alcance. Una mujer mayor, con rostro pálido, competía con la luminiscencia de las luciérnagas. Las almas de los asistentes vagaban sin rumbo, cruzando susurros y risas ahogadas. Cuando acabó de sonar Let it be, con la pala en la mano, salió del abrigo del árbol y comenzó a soterrar el ataúd rosa del caniche.
    Por fin, aquella noche, podría romper las acostumbradas cenas lúgubres en familia con una gran historia de enterradores.

Encarni Navas
VOLVER
    Una vez más, se ha sentado bajo el árbol que, durante tantos veranos, veló sus juegos infantiles, acariciando a través de sus sombras y luminiscencias los secretos de su pequeña alma, las tristezas o temores que le asolaban y allí acudía en busca de refugio. Bajo las frondosas hojas de la higuera se forjó su temperamento soñador, imaginativo y sensible hasta que, empujado por la vida, abandonó su protección para enfrentarse a ella por sí mismo.
    Hoy, después de setenta años de ausencia, ha sentido el deseo de volver, el despropósito de rescatar lo que fue. Sin embargo, ya nada queda de eso, solo un tronco seco, agujereado, retorcido, unas ramas como mástiles de guitarra que no verdean como entonces. Pero este tronco es sagrado, el icono de su patria y allí, ha decidido, permanecerá para siempre.


Mª Carmen Jiménez Aragón
NOCHE EN VELA
    Bajo aquella higuera, rasgaba el silencio de la noche la guitarra mientras velaban el alma de Federico. Fue todo un despropósito alzar la voz en aquellos tiempos, pues la barbarie asoló el mundo de las letras arrebatándonos el icono andaluz por excelencia.
    Su compadre acariciaba las cuerdas que parecían gritar, con tal temperamento, que su muerte no sería en vano, pues llegaría el día en que inundaría de libertad a todos y de luminiscencia a los ciegos de entendimiento.
    Y en el camino estamos.

Lidia Molina Zorrilla
UNA NOCHE DE VERANO
    ¿Cuándo has crecido tanto? Sostengo en mis brazos este cuerpecillo de guitarra sin saber cuándo será la última vez. Acaricio tu rostro y velo tu sueño. Llevas unas noches en las que solo te duermes en el patio; con ese temperamento que sacas sería un despropósito no hacerte caso.
      La luminiscencia que arrojan al hueco los reflejos de las farolas, es lo único que nos alumbra.  
      Y ahí me quedo, respirándote.
    Un ruido interrumpe mi calma. Un higo que cae de la higuera. Los tres milisegundos que tardo en darme cuenta de lo que significa ese sonido se me hacen eternos y me asolan el alma. 
    Miro el móvil y en la pantalla un punto rojo en el icono del "whatsaap": —¿Te hago una infusión?
      Entramos y el día parece que ya acaba.

Dori Calderón Ramos
EL GUARDIÁN 
    Justo en el límite donde cada día el levante lucha con el poniente, se encuentra la casa que me vio crecer. Ante ella, la gran higuera que asombra la terraza con forma de guitarra, que caprichosamente quedó así tras partir lindes con los herederos del tío Manuel. Aquel reparto de herencia resultó un despropósito, pues pretendían asolar nuestra hacienda, pero el temperamento del abuelo lo impidió.
    A pesar de que su voz parecía quererte acariciar, no dejaba dudas de que lo que decía era lo correcto, era el icono que todos admirábamos, el guardián de la familia.
    Algunas noches, bajo las luminiscencias de las estrellas, creo ver su presencia sentada bajo el viejo árbol. Quizás sea su alma velando la casa que decide qué viento hará hoy.

viernes, 7 de julio de 2023

III VELADA POÉTICA "LA VIÑUELA BAJO LA ESTRELLAS"

 




























    La noche del viernes 7 de julio se aunaron el clima, las estrellas y las emociones para brindarnos una mágica velada. Siendo precisamente ese el tema, “Las Emociones”, afloraron entre los asistentes sensaciones únicas. Este año el recital de poesía ha crecido en cantidad, calidad, incluso presentando un teatrillo con el cual se abrió la gala.

    En definitiva, se dieron todas las condiciones para que esta III Velada Poética “La Viñuela bajo las estrellas” se quede grabada en la memoria de cada uno de los que allí estuvimos. Valga este pequeño poema de Rafa Núñez evocando el evento.

Cuando duele el ruido,
lo mejor es el susurro de la poesía
caminando sobre las cuerdas de una guitarra.
Las velas bailando al son de una suave brisa
y los sentimientos salpicándolo todo.
Cuando duele el ruido,
nos queda el refugio de las palabras,
de la amistad,
de los momentos creados,
de los compartidos.
Siempre bajo las estrellas.

lunes, 3 de julio de 2023

LO BUENO SI BREVE, DOS VECES BUENO

     

    Nos atrevemos con un nuevo ejercicio. Basándonos en un reto que ha lanzado @irenegpunto en instagram, le damos otra vuelta de tuerca a los microrrelatos y los reducimos a veinte palabras como máximo. Acostumbrados a las ciento ochenta palabras, esto se puede poner difícil, pero el que no arriesga no gana.

    Las reglas son las siguientes:

-Expresa lo que te hace sentir una caricia, qué sucede en tu cuerpo y en tu mente cuando una persona querida te acaricia.

-Utiliza un máximo de veinte palabras para expresarlo.

-No hace falta que le pongas título.

    Disfrutadlos y animaos a mandarnos los vuestros.


Carmen

Tu mirada reposa sobre la mía, como almohada suave, blanda, de ingenua ternura. Es tu profunda mirada redonda un refugio.


Maite de la Cámara

Los poros de mi piel se convierten en un volcán sintiendo tus manos con un alto voltaje de mis dendritas.


Rafa Núñez Rodríguez

Se posan en ti con suavidad, palabras húmedas con las que pinto tu cuerpo, tu calor, despacio, despacio...


Laura Pérez Alférez

Acariciaste mi alma con susurros anhelados y elevaste mis sentidos, tatuando en mi piel un verso inconcluso.


Benet da Silva

Durante un segundo tuve la sensación de que el mar me acariciaba, me confundió la profundidad de aquellos verdes ojos.


Cande Molina Mostazo 

Suspiro en tu cuello, surco tus olas y acaricio con los dedos tus labios y entonces me lleno de ti.


Monse Martínez Serrano

La levedad de tus caricias  recorre mi cuerpo. Y tibio de anhelos,  con el paso del tacto, se expande.


Encarni Navas

Lo sé. Llegaste. Percibo la calidez que extiendes, sentidos que despiertas, piel que erizas, corazón que palpita. Destino: próximo paraíso.


Mª Carmen Jiménez Aragón

Mi vello se eriza y la electricidad viaja por todo mi cuerpo. Mensaje descifrado: mi felicidad empieza contigo.


Lidia Molina Zorrilla

Miro hacia abajo y te veo acariciar el cuerpo que he abandonado en un viaje con orgasmo de equipaje.

                                        _________

Tu mano acariciando mi hombro durante una conversación cualquiera me transporta a un sofá bajo una ventana treinta años atrás.


Antonio García Gallego

Olvidarás el regreso, jamás la llegada. Tu ilusión persistirá, nunca tu decepción. Tus palabras se fueron, mis ganas nunca.


Dori Calderón Ramos

Tus manos sobre mi cara y tus primeras palabras del día acariciando mi oído: ¡Mami, ya desperté!

Solo puedo sonreír.





domingo, 2 de julio de 2023

XIX. ME LO DICES O ME LO CUENTAS

 

    Buenas, lectores y lectoras del mundo. Aquí tenéis otro ejercicio de microrrelatos por palabras. Para quien no conozca las pautas a seguir, las recordamos: se trata de elaborar un microrrelato de 180 palabras como máximo (sin contar las del título), en el que incluyamos diez términos, elegidos al azar por miembros del club. 


    Dependiendo de la función que desempeñe cada término deberemos tener en cuenta las siguientes objeciones: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo); igualmente no se puede utilizar "amado" cuando la palabra a incluir es "amar", deberíamos poner, en todo caso, "había amado" (tiempo verbal).

    Para este ejercicio los términos elegidos han sido: AREOLA, NOCTURNAL, FILETE, FILIGRANA, SESIÓN, MERCADILLO, FÚTBOL, JIRAFA, REENCARNACIÓN y ABUELA.

    Os animamos a practicar este ejercicio y nos encantaría que compartierais con nosotros el resultado. Si os apetece podréis verlo publicado justo debajo de estas líneas, junto a los nuestros, que os servirán como ejemplo. Que disfrutéis de la lectura.

Dori Calderón Ramos
EL PASO DEL TIEMPO
    Sentada ante el filete que me sirven, miro al espejo y descubro a una mujer con cuello de jirafa que me mira sorprendida, es una abuela que parece la reencarnación de la bruja del cuento de Blancanieves, sobre todo por esa pústula con areola en la punta de la nariz.
    Ahora comprendo por qué mi marido se ha negado a acompañarme a esta sesión nocturnal del "Club de las Inmortales", su excusa ha sido el fútbol, pero sé que odia nuestras reuniones, a cambio ha prometido acompañarme al mercadillo del domingo.
    Comienza la entrega de premios y la presidenta,  ante el micrófono, dice mi nombre. ¡Por fin soy elegida "Miss Longeva" tras cien años en el club!
    Haciendo filigranas me levanto sobre mis tacones, alisando mi pomposo vestido y, casi sin querer, miro al espejo donde veo la imagen de la mujer jirafa que también se ha levantado... ¡¡Dios mío, soy yo!!

Rafa Núñez Rodríguez
LAS RECETAS DE LA ABUELA 
   Hace un año que te conocí,  sonreías al ver mi cara de sorpresa cuando me dijiste  que  eras abuela. 
    Dices que pareces la reencarnación de tu yo de veinticinco, pero con el doble de edad.
   Ahora, mientras en la cocina preparas el aliño para los filetes,  te bajo las bragas con suavidad, llevas las estampadas  con  jirafas, compré un lote en el mercadillo para llenar de animalitos tu jungla.
   Tu piel comienza a temblar, me miras con deseo, mis dedos hacen filigranas pintando tus areolas y rozando tus pezones. Mi cabeza va bajando con calma, la lengua comienza a navegar por las estrías de tu vientre, pequeños hilos rosados  me van guiando hacia tu vello. Abres  más las piernas y comienzo ese nocturnal viaje en tu interior, buscando el nacimiento de tu humedad. Y así acompasamos los movimientos hasta que comienzas a gemir, con la necesidad de la rapidez y nuevamente en la cocina huele a felicidad.
   Ahora es tu mano la que me busca. Miras el reloj, todavía quedan unos minutos para que los nietos vuelvan de su sesión de fútbol.

Laura Pérez Alférez
LA GÜIJA
    Le sorprendió, no esperaba la invitación de la chica nueva para ver el fútbol en su casa. Él era su jefe de sección y, en su fuero interno, sabía que no era ético ir más allá de una relación meramente  profesional, pero reconocía que se sentía atraído por la chica.
    Y allí se encontraba ella, invitándole a pasar con una insinuante sonrisa. A pesar de que intentaba hacer filigranas con los ojos, no conseguía apartar la vista de las areolas rosadas que se adivinaban a través de las transparencias de la blusa. En su nocturnal fantasía ya se había imaginado dándose el filete entre gol y gol. 
    En estas cavilaciones se encontraba cuando vio aparecer una viva reencarnación de Cleopatra, de cien años, envuelta en una túnica estampada con dibujo de piel de jirafa. 
  —Semejante horterada solo puede haberla encontrado en el mercadillo —pensó.
   —Abuela, te he traído el regalo que te prometí, para ti y tus amigas. Después de  la sesión de güija, utilizadlo para lo que surja.

Benet da Silva
EL MUNDO AL REVÉS
    Cuando era un niño una de mis distracciones preferidas eran las sesiones nocturnales de historietas contadas por la abuela. En particular aquellas en las que narraba alguna reencarnación de las que, según ella, había vivido. La más divertida fue aquella en la que, entre otras paradojas, las jirafas hacían filigranas en la pista de baloncesto y, aunque sobrepasaban la altura de la canasta, los marcadores solían ser escuetos. Por su parte, las brujas pintaban areolas alrededor de sus verrugas para resaltar su belleza y las gacelas solían darse festines a base de filetes de algún incauto felino.     Un loco mundo en el que demostraba su gran imaginación. Después siempre acababa las sesiones contando que su actual vida era el último ticket de reencarnación de los que había adquirido hacía muchos siglos en un mercadillo temático dedicado a la magia.

Cande Molina Mostazo
¡QUÉ DOLOR!     
    Todo sucedió en un partido de fútbol nocturnal. De noche todos los gatos son pardos, pero este creo que era una jirafa. En la segunda sesión nos estábamos dando el filete cuando me tiró un bocado de la areola, le agarré la filigrana de la camisa de mercadillo que le compró su abuela y, del dolor, se la arranqué. Salí corriendo deseándole que en su reencarnación fuera el macho de una mantis  religiosa.

Monse Martínez Serrano
COMPRAS Y DELEITE
    La pareja se estaba dando el filete cuando apareció una jirafa nocturnal. Con su caminar desgarbado parecía la reencarnación de la abuela Paquita, conocida en el pueblo por sus filigranas en el campo de fútbol. Entretenidos entre manoseos, pellizcos y lametazos fueron quitándose la ropa. Aquella sesión de 'striptease' estaba endureciendo las areolas de los asistentes al evento. Sin duda alguna, la animación estaba siendo la mejor de  las XXI ediciones celebradas del mercadillo de La Viñuela.

Encarni Navas
CALIFA
    El favorito de los libros de mi infancia era uno que mi abuela compró en el mercadillo. Al abrir sus tapas doradas descubrí un mundo de fantasía y a una esclava que, en infinitas sesiones nocturnales, narraba cuentos a su califa intentando salvarse de la muerte. La reencarnación de Sherezade me sentí desde ese momento y, como ella, quise escribir, narrar y contar para salvarme de la monotonía, de la rutina, para captar tu atención y atraerte hacia mí, que prefirieras siempre dibujar filigranas en la areola de mis pezones a tu afición por interminables partidos de fútbol en compañía de esos que llamas amigos, a los pesados filetes de carne que engulles como cena. Todo difícilmente digerible (filetes y amigos).
    Te preferiría, para salvarte yo a ti, esclavo de mi mundo de fantasía y herbívoro como las jirafas.

Mª Carmen Jiménez Aragón
PREMIO: GASTOS PAGADOS Y ALOJAMIENTO INDEFINIDO
    En esta sesión le hablé sobre mi familia, confesando que con quien más congenio es con mi abuela, es la viva reencarnación de Amy Winehouse. Su voz, su estilo, incluso los “peercing” y esas filigranas que se tatuó en las areolas son idénticas a las de ella.
  Le expliqué que, en realidad, todos en mi familia han sido siempre muy modernos y singulares: mi tía abuela, que fue monja, creó el primer equipo de fútbol eclesiástico y una liga entre conventos y monasterios, ahí nació la expresión ‘casarse de penalti’. Y mi prima Clara tiene un puesto en el mercadillo de juguetes eróticos de segunda mano, totalmente innovador.
    Ya le dije al doctor que en mi vida familiar no estaba la razón de mi fobia a los filetes de carne y al agua sanguinolenta que sueltan. Yo creo, más bien, que todo viene a raíz de mis encuentros nocturnales con mis compañeros del zoológico, para mí que la jirafa nos echa algo en las bebidas.

Gema Frías Luque
LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA
    Disfrutando de una agradable primavera en su austera casa, una abuela se deja mecer sigilosamente sentada en su vieja butaca de mercadillo. Un duermevela la atrapa antes de alcanzar las horas nocturnales mientras piensa en las filigranas que tendrá que hacer al día siguiente para llevarse algo a la boca. Esta sesión se repite día tras día, un simple filete es un manjar que no puede disfrutar cuando quiere, ¡ni que fuera carne de jirafa!
  Comienza un extravagante sueño en el que ve su propia reencarnación. Ahora es un gran jugador de fútbol, de primera división, y se puede dar todos los caprichos del mundo. Viaja en jet privado y su azafata personal le sirve un pastel de carne. De postre un café.
    —No nos queda leche en cocina —susurra la chica mientras le pellizca la areola a la abuela.
    —¡Quita, quita, ya no puede una ni soñar tranquila!

Lidia Molina Zorrilla
HASTA QUE ÉL Y YO QUERAMOS
    Desde el inicio de la calle os vi llegar.
    Traías una mano cogida de la mano de la abuela, era ella la que te había llevado a la sesión de entrenamiento de fútbol porque yo últimamente salía cansadísima de los turnos de noche. Nocturnal e infernal casaban demasiado bien.
    En la otra, una jirafa obtenida, seguramente, en el mercadillo gracias a esa cara de corderito que tan bien pones cuando quieres algo, hecha de lana con minuciosa filigrana.
    Te abalanzaste sobre mí con la boca abierta cogiendo el pezón, la areola y casi media teta.
    —¿No estás grande para teta ya, bonito? —dijo una señora que por allí pasaba con el espíritu de ser la reencarnación de Jorge Javier Vázquez.
    —No señora, comer filetes nunca estuvo reñido con la lactancia materna que no solo alimenta, cuida y protege y refuerza el vínculo. Siga usted su camino con su mala leche —le dije mientras miraba tu cara de felicidad.
    Qué bien sienta, de vez en cuando, poner a la gente en su lugar.

Lourdes Sánchez Jiménez
AREOLA
    Nocturnal aquel trabajo, era un gran suplemento a su miserable sueldo como entrenador de fútbol de aquellas reencarnaciones  de minidiablillos, con ello conseguiría independizarse de la casa de su abuela. Mientras arrancaba con su boca, como jirafa arranca con su lengua las hojas de los árboles, las bragas de filigrana de su compañera, las cuales seguro compró en un mercadillo, sentía como la piel de ella ardía como filete cocinado a fuego lento. Mientras observaba como su areola delataba que, para ella, esto no era solo una sesión de fotos más.