Hoy, 14 de febrero, celebramos el día de San Valentín, día dedicado al amor y a la amistad.
Existen multitud de maneras de expresar el amor, amor a la pareja: romántico, alocado, frenético...; amor a los amigos y amigas: sanador, reconfortante, confidente...; amor a un padre, a un hijo: eterno, incondicional, inmenso... AMOR, ese sentimiento que produce sensaciones tan indescriptibles, capaz de alterar nuestra mente, nuestro organismo, nuestra percepción de lo que nos rodea... Amor inquebrantable, amor a primera vista, amor maduro, amor pasional, amor pragmático, amor obsesivo..., todos ellos presentes a nuestro alrededor y dispuestos a cambiarnos la vida
En este día tan especial, los miembros del Club de Lectura queremos dar la bienvenida a una nueva compañera en el grupo, LOURDES SÁNCHEZ JIMÉNEZ. Su amor por las palabras, sus inquietudes y curiosidad por el mundo literario la ha llevado a asomarse a esta ventana que ofrecemos con la humilde esperanza de aportar nuestro granito de arena a la cultura. Deseamos que se encuentre como en casa y que disfrute con las actividades.
Como no podía ser de otro modo, hoy os dedicamos nuestros escritos relacionados con el Día del Amor y la Amistad, deseamos que deis y recibáis todo el amor posible y que disfrutéis con nuestros textos.
Lourdes Sánchez Jiménez
LAS LLAVES
Solo escuchar el sonido
de las llaves en la cerradura de la puerta de entrada a casa, salía corriendo
con una pantufla en cada mano para ponerlas en sus pies todos los días, cuando
llegaba tan cansado, noche tras noche, de su trabajo.
Sentía que le faltaba
el aire y el dolor de sus mandíbulas, cuando él, después de la cena, la premiaba con un ataque de cosquillas en el
sofá.
Seguía sintiendo ese
dolor en su pecho por la falta de aire, acompañado de una presión que no podía
describir. Sus mandíbulas estaban casi desencajadas. Cuando su mirada, perdida,
enfocó a su mano apoyada en aquella caja de cedro oscuro, supo que nunca más
escucharía las llaves de su Padre en aquella cerradura.
Dori Calderón Ramos
CADA DÍA
Como cada día sale a
pasear por el pueblo. Es un paseo lento y sin prisas, el pueblo no es muy
grande y sabe que más pronto que tarde se cruzará en su camino.
A pesar de los años y
que este paseo sea una rutina, no puede evitar salir a la calle con ilusión,
pues él es feliz solo con verla y un leve saludo es suficiente para vivir un
día.
Se sorprende al verla
venir calle arriba, aún no ha conseguido controlar esas burbujas en su estómago
cuando la ve.
Conserva esa gracia
natural al andar y él procura respirar el aire que mueve su presencia mientras
su sonrisa le acelera el corazón.
La mira mientras se
acerca, un sonoro "Buenos días" y un callado "Hasta luego mi
amor" se cruzan en la calle.
Ella camina calle abajo
buscando su hogar, la espera su familia, y él termina el paseo volviendo a
casa. Mientras la llave da vueltas en la cerradura se puede oír una trémula voz
que dice:
-Mañana te veo,
princesa.
Rafa Núñez Rofríguez
GLOBOS
Susurro palabras que
saben a canela,
esas son para los
globos azules,
a los rojos les hablo
de ti,
los verdes, simplemente,
los rozo con mis ilusiones
y los blancos,
uf, en los blancos
pongo mis emociones,
mis ansias de
escucharte,
de sentir tu sonrisa,
de tu mirada que
refleja un cielo cubierto de globos de colores.
Y lo que sueño con ver
Es, simplemente, un
sendero,
uno ondulante con
piedras envueltas en musgo,
con las sombras de
árboles callados,
sí, de esos que sonríen
al verte pasear.
Tú, la que bailas
buscando globos de colores,
la que nunca sintió
un latido acelerado
y, sin embargo, la que
me sonríe
cada vez que te regalo
un globo.
Tú, la que derrama
palabras a cada paso que das,
la mayúscula detrás de
cada punto.
Así eres,
un arroyo lleno de
palabras envueltas,
de esas que se posan
sobre las aguas frescas
y que, cuando
explotan,
siempre hablan de ti.
Y mi voz llenará los
silencios
de los momentos
perdidos,
de los que están por
llegar,
de los que se esconden
dentro de esos globos
de colores,
que sin más remedio, se
pierden río abajo.
Mª Jesús Campos Escalona
LAS MIL Y UNA
Como cada noche vienes, me cuentas una historia y te vas.
Como cada noche yo espero con ansia
tus caricias, tus besos,
y esos caminos que serpentean
con fuego mi piel.
Quiero que esos momentos
inmortalicen mi existencia,
que no escapes de madrugada
y que al amanecer sean
tus labios los que
me despierten al día.
Tu voz ronca
me dice al oído que me ama,
pero tus largas ausencias
me dejan en desvelo
y cuando vuelves,
entre locura y pasión,
me haces olvidar los días
de anhelos.
Como cada noche vienes,
me cuentas una historia y te vas.
Y como cada noche suplico
para que la aurora no despierte al día,
y esta sea la historia
más larga jamás contada.
Y entre besos y rosas,
sueños y fuego,
te haga olvidar
incluso de tu partida.
Laura Pérez Alférez
MIRADAS
Jugaban a mirarse, se
buscaban y no paraban de encontrarse. Así se podían pasar horas, cada uno desde
su orilla, como dos desconocidos que jugaban a verse sin buscarse.
Apareció en su vida y
se la puso del revés, en el momento más inesperado.
Descubrió que no podía
mirar a nadie como le miraba a él y se odiaba por ello; empezaba a acomodarse,
a tenerlo todo bajo control y, con su llegada, todo se descontroló.
Se despertó a su lado y
se preguntó dónde estaría su ropa, después se acordó que la perdió aquella
noche junto a sus miedos.
Cande Molina Mostazo
TÚ
Tú, mi olor preferido, mi bella canción,
mi taza de café, mi libro por leer,
mi pesadilla perfecta.
Mi sueño encantado, mi amigo fiel,
mi abrazo dulce, mi tostada de miel.
Mis caricias de terciopelo,
mis sábanas blancas
y tus dedos dibujando mi piel.
Tú, mi bella casualidad,
mi loca desesperación,
mi cielo lleno de color.
Mis cosquillas al amanecer,
mi nube de tranquilidad,
mi amante al atardecer.
Tú, mi sonrisa ideal,
mi conjuro, mi talismán,
mis noches de luna, mi mar.
Mi tormenta, mi tempestad,
mi amargo pastel,
mi luz y mi oscuridad.
Tú, mi mundo y mi verso de amor.
HUELE A AMOR
Entre retamas y olivos
yo camino con mis cabras,
con mi honda y mi talega,
mi cantimplora y mis albarcas.
El viento me trae tu aroma
al pasar con tu canasta.
Adiós cabrero, me dices,
¡qué mal huelen las cabras!
Y yo te miro sonriente
y te regalo una naranja,
Y te digo con salero:
no es motivo para el llanto,
las perfumamos con azahar
y un tallito de cilantro,
canela y romero si hace falta,
que yo por ti muero
morena de mis entrañas.
Entonces tú sonríes
y me regalas una mirada,
y me dices a lo lejos:
¡No, si al final me gustará
el olor de tus cabras!
Montse Martínez Serrano
VERDE QUE TE QUIERO
VERDE
Te miro.
Las canas alborotan tu
pelo chino. Las arrugas dejaron de ser una expresión para surcar tu piel
porosa. Las ojeras, que ya no escondes bajo el corrector, delatan noches
veladas. A veces no reconozco tu piel que dejó de ser suave en algún momento.
Hasta tu olor cambió. Me pregunto cómo devendrás anciana y si la luz de tus
ojos se opacará bajo una tela de araña enmarañada. Me veo.
Confiada, segura de mis
pasos plomizos, voluptuosa como una diosa.
Me desnudo.
Más allá de mi cuerpo
están las entrañas, arrullo del alma. Verde que te quiero verde.
Me desvelo.
Mª Carmen Jiménez
Aragón
EL PRIMER AMOR
Dime niña,quién te quita el sueño
en las noches de verano
y te sube en volandas
a ese cielo ensartado
de luceros y lavandas.
Dime niña,
quién distrae tu hambre
en esos largos días
y te llena la entrañas
con enjambres y jaurías
de ilusiones y musarañas.
Dime niña,
quién guía tus pasos
en el camino hacia la dicha
y te lleva por senderos
que a tu inocencia encapricha
con promesas y boleros.
Gástate cuidado, niña,
que es terreno pantanoso
este del amor,
pues ni duermes, ni comes, ni eres,
y se hace inmenso el dolor
cuando llegas a sentir que mueres.
Gema Frías Luque
BENDITO AMOR
Aquella estrella fugaz
trajo el deseo que necesitaba Romeo, sus manos estaban deseosas de entregar
aquella rosa a la cual él mismo quitó una a una sus espinas. Su mente, en mitad
de la noche, deliraba promesas y sueños incompletos,
su corazón acelerado paseaba sin querer por grandes desfiladeros que lo
situaban siempre al borde entre el amor y el desamor.
Hasta el momento no
conocía su figura. Pero su corazón latía cada vez más fuerte y miraba a su
alrededor sin saber dónde ir. Ese día se rindió al ver su sonrisa, aquella
mirada caló en lo más profundo de su alma haciendo que se detuviera el tiempo.
Poniendo su vida patas
arriba, descubriendo, con el vello erizado, que el amor es el sentimiento más
fuerte que existe en el mundo.
¿Cuántos dedos
señalarían el poderoso amor que sentían?