domingo, 14 de febrero de 2021

ESCRIBIMOS AL AMOR

 

Hoy, 14 de febrero, celebramos el día de San Valentín, día dedicado al amor y a la amistad.

Existen multitud de maneras de expresar el amor, amor a la pareja: romántico, alocado, frenético...; amor a los amigos y amigas: sanador, reconfortante, confidente...; amor a un padre, a un hijo: eterno, incondicional, inmenso... AMOR, ese sentimiento que produce sensaciones tan indescriptibles, capaz de alterar nuestra mente, nuestro organismo, nuestra percepción de lo que nos rodea... Amor inquebrantable, amor a primera vista, amor maduro, amor pasional, amor pragmático, amor obsesivo..., todos ellos presentes a nuestro alrededor y dispuestos a cambiarnos la vida

En este día tan especial, los miembros del Club de Lectura queremos dar la bienvenida a una nueva compañera en el grupo, LOURDES SÁNCHEZ JIMÉNEZ. Su amor por las palabras, sus inquietudes y curiosidad por el mundo literario la ha llevado a asomarse a esta ventana que ofrecemos con la humilde esperanza de aportar nuestro granito de arena a la cultura. Deseamos que se encuentre como en casa y que disfrute con las actividades.

Como no podía ser de otro modo, hoy os dedicamos nuestros escritos relacionados con el Día del Amor y la Amistad, deseamos que deis y recibáis todo el amor posible y que disfrutéis con nuestros textos.

 

Lourdes Sánchez Jiménez

LAS LLAVES

Solo escuchar el sonido de las llaves en la cerradura de la puerta de entrada a casa, salía corriendo con una pantufla en cada mano para ponerlas en sus pies todos los días, cuando llegaba tan cansado, noche tras noche, de su trabajo.

Sentía que le faltaba el aire y el dolor de sus mandíbulas, cuando él, después de la cena,  la premiaba con un ataque de cosquillas en el sofá.

Seguía sintiendo ese dolor en su pecho por la falta de aire, acompañado de una presión que no podía describir. Sus mandíbulas estaban casi desencajadas. Cuando su mirada, perdida, enfocó a su mano apoyada en aquella caja de cedro oscuro, supo que nunca más escucharía las llaves de su Padre en aquella cerradura.


Dori Calderón Ramos

CADA DÍA

Como cada día sale a pasear por el pueblo. Es un paseo lento y sin prisas, el pueblo no es muy grande y sabe que más pronto que tarde se cruzará en su camino.

A pesar de los años y que este paseo sea una rutina, no puede evitar salir a la calle con ilusión, pues él es feliz solo con verla y un leve saludo es suficiente para vivir un día.

Se sorprende al verla venir calle arriba, aún no ha conseguido controlar esas burbujas en su estómago cuando la ve.

Conserva esa gracia natural al andar y él procura respirar el aire que mueve su presencia mientras su sonrisa le acelera el corazón.

La mira mientras se acerca, un sonoro "Buenos días" y un callado "Hasta luego mi amor" se cruzan en la calle.

Ella camina calle abajo buscando su hogar, la espera su familia, y él termina el paseo volviendo a casa. Mientras la llave da vueltas en la cerradura se puede oír una trémula voz que dice:

-Mañana te veo, princesa.

 

Rafa Núñez Rofríguez

GLOBOS

Susurro palabras que saben a canela,

esas son para los globos azules, 

a los rojos les hablo de ti,

los verdes, simplemente, los rozo con mis ilusiones

y los blancos,

uf, en los blancos pongo mis emociones,

mis ansias de escucharte,

de sentir tu sonrisa,

de tu mirada que refleja un cielo cubierto de globos de colores.

 

Y lo que  sueño con ver

Es, simplemente, un sendero,

uno ondulante con piedras envueltas en musgo,

con las sombras de árboles callados,

sí, de esos que sonríen al verte pasear.

 

Tú, la que bailas buscando globos de colores,

la que nunca  sintió  un latido acelerado

y, sin embargo, la que me sonríe

cada vez que te regalo un globo.

 

Tú, la que derrama palabras a cada paso que das,

la mayúscula detrás de cada punto.

Así eres, 

un arroyo lleno de palabras envueltas,

de esas que se posan sobre las aguas frescas

y que, cuando explotan, 

siempre hablan de ti.

Y mi voz llenará los silencios

de los momentos perdidos,

de los que están por llegar,

de los que se esconden

dentro de esos globos de colores,

que sin más remedio, se pierden río abajo.

 

Mª Jesús Campos Escalona 

LAS MIL Y UNA

Como cada noche vienes, 

me cuentas una historia y te vas. 

Como cada noche yo espero con ansia 

tus caricias, tus besos, 

y esos caminos que serpentean 

con fuego mi piel.

Quiero que esos momentos 

inmortalicen mi existencia, 

que no escapes de madrugada 

y que al amanecer sean 

tus labios los que 

me despierten al día.

Tu voz ronca 

me dice al oído que me ama, 

pero tus largas ausencias 

me dejan en desvelo 

y cuando vuelves, 

entre locura y pasión, 

me haces olvidar los días 

de anhelos.

Como cada noche vienes, 

me cuentas una historia y te vas. 

Y como cada noche suplico 

para que la aurora no despierte al día, 

y esta sea la historia 

más larga jamás contada. 

Y entre besos y rosas, 

sueños y fuego, 

te haga olvidar 

incluso de tu partida.

 

Laura Pérez Alférez

MIRADAS

Jugaban a mirarse, se buscaban y no paraban de encontrarse. Así se podían pasar horas, cada uno desde su orilla, como dos desconocidos que jugaban a verse sin buscarse.

Apareció en su vida y se la puso del revés, en el momento más inesperado.

Descubrió que no podía mirar a nadie como le miraba a él y se odiaba por ello; empezaba a acomodarse, a tenerlo todo bajo control y, con su llegada, todo se descontroló.

Se despertó a su lado y se preguntó dónde estaría su ropa, después se acordó que la perdió aquella noche junto a sus miedos.

 

Cande Molina Mostazo 

Tú, mi olor preferido, mi bella canción,

mi taza de café, mi libro por leer,

mi pesadilla perfecta. 

Mi sueño encantado, mi amigo fiel, 

mi abrazo dulce, mi tostada de miel. 

Mis caricias de terciopelo, 

mis sábanas blancas 

y tus dedos dibujando mi piel.

Tú, mi bella casualidad, 

mi loca desesperación, 

mi cielo lleno de color. 

Mis cosquillas al amanecer, 

mi nube de tranquilidad, 

mi amante al atardecer.

Tú, mi sonrisa ideal, 

mi conjuro, mi talismán, 

mis noches de luna, mi mar. 

Mi tormenta, mi tempestad, 

mi amargo pastel, 

mi luz y mi oscuridad.
 

Tú, mi mundo y mi verso de amor.

 

HUELE A AMOR

Entre retamas y olivos
yo camino con mis cabras,
con mi honda y mi talega,
mi cantimplora y mis albarcas.

El viento me trae tu aroma
al pasar con tu canasta.
Adiós cabrero, me dices,
¡qué mal huelen las cabras!

Y yo te miro sonriente
y te regalo una naranja,
Y te digo con salero:
no es motivo para el llanto,
las perfumamos con azahar
y un tallito de cilantro,
canela y romero si hace falta,
que yo por ti muero
morena de mis entrañas.

Entonces tú sonríes
y me regalas una mirada,
y me dices a lo lejos:
¡No, si al final me gustará
el olor de tus cabras! 

 

Montse Martínez Serrano

VERDE QUE TE QUIERO VERDE

Te miro.

Las canas alborotan tu pelo chino. Las arrugas dejaron de ser una expresión para surcar tu piel porosa. Las ojeras, que ya no escondes bajo el corrector, delatan noches veladas. A veces no reconozco tu piel que dejó de ser suave en algún momento. Hasta tu olor cambió. Me pregunto cómo devendrás anciana y si la luz de tus ojos se opacará bajo una tela de araña enmarañada. Me veo.

Confiada, segura de mis pasos plomizos, voluptuosa como una diosa.

Me desnudo.

Más allá de mi cuerpo están las entrañas, arrullo del alma. Verde que te quiero verde.

Me desvelo.

 

Mª Carmen Jiménez Aragón

EL PRIMER AMOR

Dime niña,quién te quita el sueño 

en las noches de verano 

y te sube en volandas 

a ese cielo ensartado 

de luceros y lavandas.

Dime niña, 

quién distrae tu hambre 

en esos largos días 

y te llena la entrañas 

con enjambres y jaurías 

de ilusiones y musarañas.

Dime niña, 

quién guía tus pasos 

en el camino hacia la dicha 

y te lleva por senderos 

que a tu inocencia encapricha

con promesas y boleros.

Gástate cuidado, niña, 

que es terreno pantanoso 

este del amor, 

pues ni duermes, ni comes, ni eres, 

y se hace inmenso el dolor 

cuando llegas a sentir que mueres.

 

Gema Frías Luque

BENDITO AMOR

Aquella estrella fugaz trajo el deseo que necesitaba Romeo, sus manos estaban deseosas de entregar aquella rosa a la cual él mismo quitó una a una sus espinas. Su mente, en mitad de la noche, deliraba  promesas y sueños incompletos, su corazón acelerado paseaba sin querer por grandes desfiladeros que lo situaban siempre al borde entre el amor y el desamor.

Hasta el momento no conocía su figura. Pero su corazón latía cada vez más fuerte y miraba a su alrededor sin saber dónde ir. Ese día se rindió al ver su sonrisa, aquella mirada caló en lo más profundo de su alma haciendo que se detuviera el tiempo.

Poniendo su vida patas arriba, descubriendo, con el vello erizado, que el amor es el sentimiento más fuerte que existe en el mundo.

¿Cuántos dedos señalarían el poderoso amor que sentían?

      

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