sábado, 18 de diciembre de 2021

HAIKUS CALIENTES

¿Has oído hablar del haiku? Si no es así, te aclaramos lo que es. El haiku o haikú es un tipo de poesía japonesa que consiste en un poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Su temática primordial es la naturaleza o la vida cotidiana, y a menudo incluyen una referencia a una época o momento del año en concreto (kigo). El haiku es una pequeña cápsula cargada de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente, dicen algunos.

Según Octavio Paz, el haiku es un organismo poético muy complejo ​y su misma brevedad obliga al poeta a significar mucho diciendo lo mínimo. Lo llaman "la poesía de la sensación"; es más, podría definírselo como poesía de la sensación desnuda, que no pretende oscurecer algo con las palabras, sino iluminarlo. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y la emoción que produce en el poeta la contemplación ante la realidad.

Pues eso mismo es lo que vamos a intentar nosotros, desnudarlo y llenaros de asombro y emoción. En el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela vamos a darle otra vuelta de tuerca al tradicional haiku y lo vamos a centrar en una temática totalmente distinta, el universo erótico. Si ya de por sí es difícil transmitir la belleza de la naturaleza, o de un instante, en tan solo tres versos, nosotros nos proponemos transmitir emoción, deseo, amor..., vamos, caldear el ambiente.

Rafa Núñez Rodríguez

Lenguas hambrientas
siembran pieles calientes,
nacen orgasmos.


Sal en tu boca.
Nuestros cuerpos desnudos.
Sal en mi boca.


Te meces lento
y te lleno de fuego,
ardemos juntos.


Cande Molina Mostazo

Quiero perderme
en tus sábanas blancas,
llenarme de ti.


José A. Ortega Cuadra

Pasión en mi ser
calor en tu mirada
roces sin pudor.


Deseo por ti
caricias tuyas en mí,
follamos sin fin.



Benet da Silva

Hablan las manos
la piel acaricia
prende el fuego.


Montse Martínez Serrano
Manos hábiles,
clítoris paltitante,
me toca a mí.


Mª Carmen Jiménez Aragón
Manos inquietas
bajo la ropa buscan
tu lento gemir.

martes, 14 de diciembre de 2021

VI. ME LO DICES O ME LO CUENTAS



      Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

      Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son once las palabras propuestas para incluir en las historias: ESTIGMA, CENIZA, LÍDER, BITÁCORA, TANGO, ABRIGAR, FRÍO, RETAHÍLA, SENOS y PARCO.
      Esperamos que disfrutéis de la lectura.

Montse Martínez Serrano
BENDITA VENGANZA
En el seno de una familia madrileña creció el hijo de la Chari, la prima segunda del pueblo. Ser hijo de una prostituta fue un estigma de dimes y diretes y, después de quince años, regresaba a casa de su madre para enterrarla. Abrigaba el anhelo del olvido, pero durante la ceremonia un sin cesar de murmullos y dedos índices lo crucificaban. Un parco cura cedió la palabra a un hombre. Después de gimotear una retahíla de recuerdos, abrazó la urna y comenzó a bailar un tango, el baile favorito de la difunta. En un cambio de dirección, el pie líder trastabilló. Un grito coral reverberó en la fría iglesia cuando las cenizas cayeron sobre los feligreses. Allí mismo sacó su cuaderno de bitácora, lo abrió y escribió: “Madre, gracias a Dios, ya no te recordarán más como la puta que tuvo un hijo con el alcalde, sino como la muerta que se esparció por los aires”.

M Carmen Jiménez Aragón
DESENFRENO HOY, LAMENTOS PARA MAÑANA
El incesante tango que es la vida le había hecho dar giros indebidos y había grabado sobre su cuerpo una retahíla de estigmas imborrables.
Tal como hace un capitán de navío en su cuaderno de bitácora, los años anotaron en ella la ceniza en sus cabellos, la parca turgencia de sus senos y las muchas ramblas surcando su rostro, a una edad aun muy temprana.
Si algún día abrigó la idea de que su atractivo físico juvenil sería líder eterno en las pasarelas, poco después la fría realidad le demostraría que los excesos y adicciones terminan pasando factura, y que aquellos diablos no le habían explicado bien el pacto.

Lourdes Sánchez Jiménez
FUEGO
Junto a ella se sentía el líder del universo y ella a su lado se dejaba llevar cual bitácora a su timón, sintiendo ambos el tango que producían sus corazones cuando estaban juntos.
Todas las noches contemplaban los estigmas y senos que el tiempo había provocado la longeva vida a la luna.
Él permanecía parco escuchando las retahílas de ella sobre el universo, mientras ella se dejaba abrigar por él para no pasar frío, eso sí..., teniendo sumo cuidado para no convertirse en cenizas por el fuego de su amado. Aquella noche del solsticio de verano pasó rápidamente teniéndose que despedir ambos hasta la noche siguiente. Ella quedó sumida en la oscuridad mientras él se alejaba para iluminar otra parte de aquel planeta llamado Tierra.

Dori Calderón Ramos
EL PASO DEL TIEMPO
Un frío intenso recorrió su cuerpo.
Cubrió sus hombros con su maltrecha capa hasta protegerse los senos, pero era obvio que aquel parco tejido no servía ya para abrigar el paso por el bosque.
Sus pasos se asemejaban a los de un tango, que igual avanzan que retroceden sin encontrar el camino correcto.
Como bitácora ante el timón de un barco, la retahíla de sus pensamientos buscaba una excusa para no volver a realizar aquel trayecto que los años tiñeron de color ceniza.
Hacía mucho que su historia no era líder, dejó de ser la más contada, pues el paso de los años dejó un estigma demasiado obvio en ella, ya no era una niña inocente.
Llego a la casa, y como siempre encontró a su abuela en la cama, y armándose de valor le dijo:
-Abuelita, tenemos que dejar este cuento, el lobo murió hace mucho tiempo.

Mercedes Rodríguez Silvente
MANIOBRA SEDUCTORA
Era la líder del departamento de la sección de sociedad en un periódico online. Aquella noche hacía frío, me abrigué y preparé un café. Escribía en mi bitácora sobre el último desfile de moda, mientras la ceniza se acumulaba en el cenicero. Mis pensamientos volaron hasta mi compañero de trabajo, era tímido y parco en palabras, pero tenía en la mirada ese estigma de niño travieso que tanto me excitaba. 
Una tarde le propuse una cita, la cual aceptó. Cuando llegué al lugar acordado, con galantería me ofreció su brazo, y nos adentramos en el local. Con mi retahíla intentaba romper su timidez. Aproveché que sonaba un tango para invitarle a bailar. Me sorprendió su soltura y sus sensuales movimientos, además de descubrir sus disimuladas miradas al escote de mi vestido, que dejaba ver parte de mis senos. Aquel hombre que manejaba mi cuerpo a su antojo, en nada se parecía al chico retraído que invité a salir. Siempre me quedará la duda de si su timidez, no fue una maniobra de seducción. 

Jose A. Ortega Cuedra
LA LLEGADA A CASA
El barco se dirigía rumbo a nuestro hogar. Argentina, la tierra de Gardel y del tango.
El capitán, hombre parco en palabras, pero líder ejemplar, daba indicaciones a su grumete para que apuntara en el cuaderno de bitácora toda una retahíla de datos que después, el pobre marinero, tenía que trasladar.
El capitán fumaba dejando las cenizas esparcidas allá por donde pasaba. A veces me gustaba pensar en lo cómico que sería verlo con una pata de palo y un parche en uno de los ojos, cual pirata en el mar Caribe.
Estábamos ansiosos de llegar cuanto antes a nuestro destino. Ushuaia, tierra fría en el sur del país, donde todos abrigaríamos nuestros cuerpos al calor de los senos de nuestras mujeres, novias, amantes o, simplemente, cualquier meretriz en los bares del puerto.
Al llegar, vimos bajar al Capitán nada más posar el portalón en el muelle. Al otro extremo, dos niñas y una mujer mayor, tal vez su abuela o una institutriz. Su estigma estaba presente en esa imagen. Su esposa falleció poco antes de zarpar en esta navegación, teniendo que dejar solas a sus hijas, sin poder calmar su aflicción.

Rafa Núñez Rodríguez
FLORES SECAS
Ella tenía ceniza en la mirada, y no porque sus ojos pintasen tonos grises, ella había ardido por dentro. Sintió la vida mientras se dejaba abrigar por el amor, y ahora solo frío.
Bueno, frío y una retahíla de besos cuajados que no sabían a nada, que se le clavaban en la piel como estigmas zurcidos con prepotencia y autoridad.
Hace tiempo, su corazón partió escondido en la bitácora de un barco lleno de tangos y risas, de caricias y senos palpitantes, de flores que nacían de su boca, y palabras dulces de esas que acariciaban los oídos.
Hace tanto tiempo de todo, que ahora hasta el reloj se ha vuelto parco en su tic tac.
Y vuelve el frío. Entonces, la voz del líder de la secta la saca de sus pensamientos...
-Vístete, y llama a la siguiente.

Laura Pérez Alférez
A LA DERIVA
Los cuerpos flotan a escasos metros de la costa, ya han dejado de nadar, nadie intenta alcanzar la orilla. El agua me escupe envuelto en una ola furiosa.
Con las pocas fuerzas que me quedan y aterido de frío, voy reptando por la arena hasta dejarme abrigar al cobijo de unas rocas. Debo salir de ahí antes del amanecer.
Siento tierra firme bajo los pies, camino despacio tropezando con varios cuerpos inertes.
Una nebulosa de cenizas envuelve mi cabeza con una retahíla de parcos susurros, sin cuaderno de bitácora intento encajar las piezas. Un niño llora abrazado a unos senos oscuros arrullado por las olas, al vaivén de un tango que mece la barca.
Alguien debe echarme de menos o llorar mi ausencia en otro lugar. El chaleco salvavidas y mi piel clara delatan mi incierto origen, el estigma de falso líder se perfila en mi memoria.

Benet da Silva
BÚSQUEDA 
Mientras su cigarrillo se convierte en ceniza, sus pensamientos son una retahíla de recuerdos y se pregunta el motivo de aquella agradable sensación de felicidad. Una infantil voz, desde su interior, le invita a girar su mirada, diciéndole: «ella es el motivo». La miró un instante y la abrigó con su cuerpo, contempló la sonrisa que asomaba en sus labios, sus senos marcaban un relajado compás. Para ellos, las frías noches en soledad, habían llegado a su fin. 
Tres meses antes… 
No se conocían, tropezaron en una de esas causalidades ante las que la vida nos coloca. Pero reconocieron en el otro, aquello que Nietzsche denominó como; el estigma de Caín. Ambos tenían la mirada de quien atendiendo a sus más bajos instintos y desafiándose a sí mismo, subió a la barca de Caronte, bailó un tango con Azrael y escapó. Dos corazones parcos en palabras y errantes en busca de la bitácora que les guie hasta ese etéreo e intangible líder, llamado amor.  

Cande Mostazo Molina
SIEMPRE HAY ALGUIEN QUE TE RESCATA DEL ABISMO
Estás perdida por completo cuando tu caja de bitácora está vacía; cuando tu libro, escrito de retahílas, ya no te habla; cuando solo ves tinieblas a lo largo del camino y la tristeza se ha tatuado, como estigmas, por tu piel; cuando no hay líderes que construyan las veredas y sientas el frío del Norte entumecer tu ser. Intentas buscar un rayito de luz y ves el cielo oscurecido de ceniza. Estás perdida por completo, no hay duda. Entonces, cansada y abatida, cuando lo das todo por perdido, escuchas un tango a lo lejos, los acordes y las notas te llevan hasta un sendero de tulipanes aterciopelados y unos ojos verdes te invitan a bailar, tus senos palpitan al abrigarse con un cálido cuerpo que te hace estremecer en una nube de música que gira y gira, como un carrusel. Y, justo en ese momento, sabes que hay una salida.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

LA VIOLENCIA DE GÉNERO VIVE ENTRE NOSOTROS



     El 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, lo celebramos acudiendo a marchas teñidas de violeta, le damos visibilidad con concentraciones silenciosas o lucimos en nuestra solapa el lacito que conmemora ese día, que nos recuerda que la lacra sigue viviendo entre nosotros.

     En el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela hemos elaborado un ejercicio especial para concienciar a la sociedad de que no hay que normalizar ciertas conductas. Bien por tener una edad algo inmadura, o por todo lo contrario, por tener una edad en la que se piensa que ya es tarde para cambiar los parámetros adquiridos hace décadas, o por temor a violar la privacidad ajena, o por no darle la importancia que debiéramos al asunto,... Las causas pueden ser muchas para que la sociedad, en su conjunto, no haga lo suficiente para acabar con esta injusticia. Y las consecuencias, cada año, son desoladoras.

     El ejercicio consiste en que basándonos en una situación familiar hipotética, común para todos los componentes del club, cada uno ha escrito un microrrelato desde el punto de vista en que verían el problema las personas que rodean esa situación de maltrato. Y ahí entramos todos, desde el propio maltratador y maltratada, hasta los hijos, pasando por demás familiares, amigos, instituciones...

     En la mayoría de los microrrelatos hemos querido reflejar esas líneas rojas que jamás se deben alcanzar pero que, por causas diversas como hemos mencionado anteriormente, no sabemos ubicar, y que en ningún caso justifican un maltrato a la mujer, ya sea físico o psicológico. Valga este ejercicio para abrir un poco más los ojos y actuar en consecuencia.

     Las premisas que hemos tomado todos como referencia son las siguientes:

Carmen y Antonio están casados desde hace 20 años, viven actualmente en un pueblo del interior de la geografía ibérica. Carmen tiene 45 años y Antonio 42 años. Tienen 2 hijos, una niña de 14 años, llamada Nerea, y un niño de 7, llamado Diego. Siempre hubo una relación de superioridad de Antonio con respecto a Carmen, que dio lugar a maltrato verbal y psicológico, y en los últimos 5 años, después de que él perdiese su trabajo, se ha convertido también en maltrato físico. Ella ha trabajado intermitentemente, de forma esporádica, por lo que tiene una clara dependencia de su marido.


ASISTENTE SOCIAL
     Veo a Carmen sentada frente a mí y no puedo evitar sentir compasión. Moveré todos los hilos necesarios, pero es muy difícil entrar al mundo laboral con cuarenta y tantos años, experiencia cero, dos hijos menores y sin vehículo.
     Me ha explicado la mala racha que atraviesa su marido en la empresa y ella quiere contribuir a la economía familiar, pero todo son pegas: “en ese horario no puedo; mejor por la mañana, no quiero que me anochezca; de cara al público no, prefiero no tener que hablar con nadie…” Algo no me cuadra, creo que me esconde algo.
     Efectivamente, ese algo sale a la luz cuando, sin darse cuenta, sube sus mangas por el calor. Ese hematoma me da la clave del siguiente paso que debo dar, aunque será difícil que se atreva a aceptar un piso de acogida.
M Carmen Jiménez Aragón



ANTONIO, MALTRATADOR
     La última copa. Le prometí que hoy no bebería, pero es que si no bebo no sé imponerme, me ningunea y hace lo que quiere.
    La quiero a morir, es mi vida, creo que la quiero más que a los niños. No podría vivir sin ella, necesito que sea solo mía, que viva para mí... ¡Y eso es tan fácil..... que no entiendo por qué no puede ser así!
    ¿Por qué se empeña en salir sin mí? ¿Por qué se arregla y sale sola? ¡Provocando!
     Hasta el vecino la miró ayer con ojos melosos, ¡No lo soporto! ¡Me hierve la sangre!
     Solo ella tiene la culpa de que yo me ponga histérico, de que pierda los estribos y se me vaya la mano. ¡Cabrona! ¡Si es que me vuelve loco! ¿Por qué me hace esto?
     Es hora de volver a casa, espero que hoy la encuentre sumisa, cariñosa. Si no.....lo arreglaré.
Dori Calderón Ramos



VECINO DE CARMEN
     Miro el reloj, las diez y veinte, hoy parece que ha llegado antes, lo mismo se ha peleado en el bar y ya llega caliente. Que cansancio, seguro que pronto comenzarán los gritos y los lamentos de siempre. ¿En qué hora me compré el piso aquí? Las paredes parecen estar hechas de papel mojado y, últimamente, hasta el hijo pequeño parece quejarse. Voy a cerrar la puerta con llave, no sea que les dé por salir corriendo y quieran meterme en un lío.
     Con lo bien que me cae Antonio, y que mal beber tiene, seguro que está pasando una mala racha, desde que se quedó en paro está algo nervioso, pero será pasajero, pronto lo tendrán olvidado, a ver si le sale algo, porque vaya cómo iba la mujer esta mañana, debería quedarse en casa, son ganas de dar de que hablar a gente. ¡Ostras! Ese golpe ha sonado fuerte... ¿Dónde habré puesto el mando a distancia…? Bueno, me tendré que levantar a darle volumen a la tele, espero que se cansen pronto, o no me dejarán dormir bien, otra vez.

Rafa Núñez Rodríguez



JULIA, AMIGA DE CARMEN
     “Me da miedo, Julia", fue lo último que le dijo Carmen antes de colgar. Llevaba años curando una y otra vez las heridas que Carmen tenía en cuerpo y alma y nunca antes le había hablado así de Antonio. Le recordó a la Carmen peleona de la universidad, aquella que se fue menospreciando con insultos y arrebatos. Entre lágrimas le había contado que Diego había golpeado varias veces a un compañero de clase y que Nerea se negaba a quedarse en casa a solas con su padre. El miedo se apoderó de Julia, ¿y si Antonio no la deja ir? ¿Y si hiciese daño a los niños? ¿Y si estuviese abusando de Nerea? ¿Y si matase a Carmen? Un retortijón la hizo ir al baño corriendo. Vomitó. Aún con sabor de bilis en la boca, cogió el teléfono y marcó: “Hola. Necesito ayuda, mi mejor amiga es víctima de violencia de genero y se quiere divorciar".

Montse Martínez Serrano



HIJO DE CARMEN
     Era así desde que me acuerdo, antes solo eran los fines de semana, pero ahora cada día es una ruleta rusa. ¡Malditas botellas!
     Hoy, domingo por la tarde, nos han enviado al cine a Nerea y a mí, nos gusta ir juntos, disfrutamos y, durante un rato, nos olvidamos. Aunque salimos de casa con cierto temor, al igual que cada vez que lo hacen. Sin embargo, la incertidumbre al volver se apodera de nuestro pensamiento, dudamos si aligerar el paso o retrasar la respuesta a la pregunta que siempre nos hacemos al regresar: «¿Qué cenaremos hoy, risas o llantos?».
Benet da Silva



MADRE DE CARMEN
     Desde hace tiempo Antonio no está bien, nunca me gustó este chico, pero mi hija se encaprichó y aquí está el resultado. Mi niña se merecía otra cosa, algo mejor, pero ella que es cabezona, decidió casarse con él.
     Y mira que se lo digo, no le enfades, los hombres son así, las mujeres somos las que tenemos la obligación de mantener la familia unida aunque tengamos que aguantar.
     Un día me insinuó la posibilidad de separarse, que locura, sería un escándalo para la familia. Y mis nietos, angelitos, hijos de padres divorciados. Como decía mi abuela: "la cuchara que elijas es con la que has de comer".
     En el fondo Antonio no es tan malo. Ay... qué sabrán estas jóvenes lo que es aguantar.
     Suena el teléfono, son las cuatro de la madrugada.
     - Mamá ven, llama a una ambulancia.
Laura Pérez Alférez



HIJA DE CARMEN
     Él, a pesar de la escasa economía, ya que está en paro, no perdona su visita a la tasca del barrio, y suele llegar ebrio. Mi madre se echa a temblar en cuanto escucha la cerradura y nos manda a nuestra habitación.
     Una noche, oímos un golpe, mi hermano dijo: «ya está aquí», ni siquiera nos inmutamos, estábamos acostumbrados. Llevábamos un rato escuchando sus gritos, ya no pude más, salí del cuarto y me la encontré tirada en el suelo con la cara ensangrentada, «menudo hijo de puta», pensé. Me dirigí a su habitación y comencé a golpearlo, él llamó a la policía. Cuando llegaron, nos interrogaron y después, para mi sorpresa, me dijeron: «que sea la última vez que golpeas a un hombre ebrio». No podía creer que, en pleno siglo XXI siguieran existiendo individuos como aquel. Había una única solución; abandonarlo. Me costaría convencerla.
Mercedes Rodríguez Silvente



CARMEN
     Llevo todo el día muy nerviosa. Esta tarde, cuando los niños se vayan al cine, voy a preparar unos bolsos de ropa, en cuanto tenga ocasión nos marchamos.
     Me siento tan sola, no tengo apoyo ni de mi madre. También es comprensible, ¿cómo un chico tan educado y atento con todos, va a ser el marido que yo digo?
    Julia es la única que me entiende, pero yo solo le cuento lo mínimo para desahogarme, me da tanta vergüenza, ¿qué pensará de mí?
    La trabajadora social fue muy amable, pero no fui capaz de contarle la realidad y creo que ella no se dio cuenta.
    Ayer cuando le levantó la mano a Nerea, mi corazón roto en pedazos se detuvo por un momento, no puedo consentir que le ponga una mano encima a mis hijos y tampoco que ellos estén viviendo este infierno.
     Hay mañanas que desearía no despertar, lo único que me mantiene viva son mis hijos.
      Suena la puerta, Antonio viene como loco.
     – ¿No me crees hombre para mantener mi casa? – De un gran golpe caí al suelo.
Cande Molina Mostazo



PADRE DEL MALTRATADOR
     Suena el teléfono, miro el reloj de la mesita de noche, 4:57h. ¿Quién será a estas horas?
     – Nerea, ¿qué pasa? Tranquila cariño, vamos ahora mismo para allí. ¡María, vístete! ¡Carmen está muy grave en el hospital!
     Mientras conducía camino al hospital, no podía dejar de pensar lo tonto que era mi hijo, esta vez se había pasado… Yo siempre le aconsejaba que las sesiones no fuesen muy fuertes, para que fuesen creíbles… que si se había caído al tropezar, que si se había dado con la esquina del mueble alto de la cocina en el ojo,… Pero desde que estaba en paro no controlaba tanto. Él siempre había visto cómo yo lo hacía con su madre, no entiendo cómo esta vez había llegado tan lejos, algo haría ella…, como siempre…, es que todas son iguales. Tienen que estar atadas cortas.
Lourdes Sánchez Jimémez



MÉDICO DE URGENCIAS
     4:30h de la madrugada, una ambulancia acaba de trasladar al servicio de urgencias a una paciente de 45 años, inconsciente y con múltiples contusiones en todo el cuerpo, además de una fuerte hemorragia nasal.
     Al momento llega su marido, con dos menores, y me facilita todos los detalles de cómo se cayó Carmen de la escalera cuando colocaba unas cortinas.
     La paciente va a ingresar en la UCI, tiene traumatismo cráneo encefálico. Antonio y los niños esperan, nerviosos, el primer informe completo, y no pueden dejar de llorar pensando en lo peor.
     Cuando me acerco a la sala de espera, y los veo tan hundidos, no encuentro las palabras adecuadas. Es el pequeño el primero en romper el angustioso silencio, que cabizbajo y tembloroso, murmura “te grité que la dejaras en paz.
     Se activa el protocolo.
Gema Frías Luque



PADRE DE CARMEN
     ¿Cómo he podido estar tan ciego tanto tiempo? Lo peor es que no es la primera vez que pasa y lo vengo a descubrir ahora. ¡Maldita sea!
     ¡Mi hija!, ¡La luz de mis ojos, mi niña...!
Creía que era una buena persona cuando lo conocí. Todos los hombres hemos discutido con nuestras mujeres, gritado, insultado, golpeado la mesa, levantado la voz o la mano. Pero yo nunca he pegado a mi mujer.
     Y este desgraciado, este malnacido, ha mandado al hospital a mi hija.
     Sus hijos han estado presentes, viendo como su padre le daba una paliza a su madre... ¡mi hija!
     ¡Lo mato, juro por Dios que lo mato! Dejaré huérfanos de padre a mis nietos, pero se que en el futuro lo entenderán. ¡Son tan pequeños! No se merecen pasar por esto.
     Tal vez no aprendan el amor de un hombre hacia una mujer, pero aprenderán el amor de un padre hacia su hija.
     ¡Lo mato!
Jose A Ortega Cuadra


MADRE DEL MALTRATADOR
     La sala de espera es fría y solo refleja rostros desangelados, suenan sirenas y pasan médicos a toda velocidad. Y nosotros sin noticias.
     Lo llevé en mi vientre durante nueve meses, lo parí con mucho dolor, lo he educado lo mejor que he sabido y, ahí está, mi hijo, un diablo ingobernable.
     No sé qué hacer, ni qué decirle ya, he hablado con él mil veces, pero no hay manera. Incluso a mí me ha levantado la mano..., yo, que soy su madre y lo daría todo por él.
     Lo amo, lo adoro, pero sé que necesita ayuda para salir de ese pozo, y esta vez no seré yo la que saque las castañas del fuego. Se me rompe el corazón, pero si lo ha hecho, que lo pague.

M Jesús Campos Escalona


domingo, 14 de noviembre de 2021

V. ME LO DICES O ME LO CUENTAS



      Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

      Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son once las palabras propuestas para incluir en las historias: VERSO, ESPERMA, AGENCIAR, PAPAHUEVOS, EMPONZOÑAR, ADIESTRADO, FRUSLERÍA, EXHIBICIÓN, TEATRO y DESTILADO.

     Esperamos que disfrutéis de la lectura.

Cande Molina Mostazo
NI UNA NOCHE MÁS
     Aquí estoy, maquillando mi cara y llenando el escenario de fruslerías para otra nueva exhibición. No hay noche que no me pregunte lo mismo, ¿cómo he podido acabar aquí? ¿Para esto me han servido las clases de teatro y danza? Menudo porvenir me he agenciado. Me juré que sería solo por unos meses y ya llevo dos años.
     Me miro al espejo y me digo: ¿en qué momento emponzoñaste tu vida?, ¡cómo puedes soportar a esos papahuevos babear cada noche, como espermas adiestrados a la caza de sexo fácil y barato!
Salgo a la terraza, necesito un poco de aire, miro al cielo, es un verso hecho imagen.
Vuelvo a mirarme en el espejo, ahora veo mi rostro destilado, me pongo mi chaqueta, cojo mi bolso.
     -¡Ana, cinco minutos y sale tu baile! ¡Ana!, ¿pero qué haces? ¿Dónde vas ? -Yo solo sonrió.

Montse Martínez Serrano
TRUHAN 2.0
     Aún con esperma sobre mi vientre, me agencié su móvil. No soporta el olor a sexo recién hecho, ni que andemos con abrazos y fruslerías postcoito, así que lo cogí cuando se fue al baño. Entré en instagram y abrí la conversación más reciente. El primer mensaje era un verso de amor de él a ella. El mismo que me escribió a mí en una servilleta cuando nos conocimos. Hijo de puta, pensé mientras me limpiaba con rabia la barriga con la sábana. Seguí leyendo y vi cómo las mismas palabras bonitas y adiestradas emponzoñaban a una nueva víctima. El segundo chat incluía, además, una exhibición de selfies eróticos. Mientras me vestía descubrí que, con la tercera mujer, folló en los baños de un teatro. Los últimos mensajes de la cuarta estaban sin responder. Tiré el teléfono por la ventana y saqué la servilleta de mi monedero, en el reverso escribí “Papahuevos, la próxima vez bloquea el teléfono”.

Mª Carmen Jiménez Aragón
ENSAYOS
     Sobre el dintel de la puerta se leía el verso ‘Todo Es Teatro’, y al cruzar el umbral me encontré con la escenificación de un comedor: sopa fría en el plato, velas de esperma de ballena encendidas, cubiertos correctamente adiestrados,… Una exhibición magistral de decoración isabelina que transmitía un destilado olor a rancio.
     El papahuevos del conserje me había informado, por teléfono, que la actriz principal había sufrido un infarto durante el ensayo y, acatando mi orden, no tocaron el cuerpo, que aún permanecía sentado presidiendo la mesa. No pasé por alto la fruslería de que la cuchara estaba ya manchada de carmín, debía agenciar cuanto antes todos los indicios y comprobar si habían emponzoñado la comida. Pero al acercarme descubrí una fina hebra saliendo de la boca de la difunta y, justo al tirar de ella se escuchó un estridente grito:
      –¡Cooorten!

Lourdes Sánchez Jiménez
LA ACTUACIÓN
Una noche más, allí estaba frente al espejo, bebiendo otro destilado trago de aquella pesadilla que la vida había preparado, especialmente, para ella, desde que llegó de su país para trabajar como actriz de teatro.
Se retocó los labios rojo carmín y, tras colgarse aquella fruslería de pendientes se armó de valor y salió a protagonizar su mejor exhibición en aquel prometido escenario. Tras agenciar la barra de striper con sus piernas, comenzó a contonearse como verso en un poema, tenía que hacerlo como si estuviese adiestrada para ello, ya que el asqueroso papahuevos proxeneta de su jefe la vigilaba, copa de whisky sin emponzoñar en mano, detrás de esa siniestra sonrisa de dientes dorados y saliva reseca color esperma en las comisuras.


Dori Calderón Ramos
ENGAÑADA
     Un sábado más volvió a poner una excusa para estar fuera de casa.
     Desde que descubrí que mi marido me engaña y cada sábado agencia interminables mentiras para excusar su ausencia, mi corazón se siente emponzoñar y odio sus palabras soltadas como verso autómata y fruslería barata, como si no le importásemos, puedo aceptar que haga esto conmigo, pero no con los niños.
     Esta tarde habíamos prometido llevarles al teatro, a ver el payaso con su perro adiestrado que vimos alguna tarde en el parque, aún no sé cómo ese papahuevos consiguió actuar allí, pues poca gente le echaba alguna moneda.
     Pero aquí estamos, ante la exhibición de este destilado personaje con el que mis hijos disfrutan inexplicablemente.
     Sentados en primera fila mis hijos aplauden entusiasmados y el payaso se acerca hasta ellos con una vela repartiendo esperma por el suelo, les guiña un ojo y mis hijos gritan: ¡¡¡PAPÁ!!!

Mercedes Rodríguez Silvente
DESEO MATERNAL
     Mi mayor deseo era ser madre, pero aquel papahuevos no era la persona adecuada, rompí con él. Por lo cual decidí ir a un banco de esperma, ya rozaba los cuarenta. Tenía una perrita bien adiestrada y pensé «con ella y un hijo me sentiría acompañada». 
     Aquella tarde me propuse ir al teatro, hubo una parte de la función donde los actores recitaron versos que me emocionaron, aquella exhibición me relajó. Cuando llegué a casa con una fruslería para Dori me extrañó que no viniera a recibirme, observé que estaba bajo la dama de noche, no respiraba, llamé al veterinario y me dijo que habían emponzoñado su agua. Pronto me agencié otro cachorro, deseaba que mi hijo se criara con un animalito.
     Llené la plancha con agua destilada y planché las sabanitas de mi bebé. Pasaron los siete meses restantes de mi embarazo y nació mi hijo, me sentí la mujer más feliz del mundo. Le puse de nombre Raúl. Dori y él se criarán juntos.

Jose A. Ortega Cuadra
EL DESTILADO DE LA MUERTE
     Por fin pudo preparar el destilado que llevaba días intentando agenciar. Un líquido que debía utilizar para emponzoñar el vino que compró, como regalo, para envenenar a aquella persona que hizo de su vida una tragedia, igual que aquellas que solía presenciar, siempre que podía, en el teatro.
     Su verso favorito en la vida siempre había sido el mismo, no hagas lo que no quieras que te hagan. Pero este papahuevos, que ni adiestrado podría haberlo sido más, pudo conseguir que su vida fuera todo un calvario y no podía aguantar más.
     Y fue una noche, a la luz de las velas, viendo caer el esperma de estas, cuando, harto de sus fruslerías, de su continua exhibición de riquezas y poder, decidió dedicar su presente a encontrar la mejor forma de acabar con la vida de semejante individuo y librar así al mundo de la irritable existencia de un ser tan aborrecible


Rafa Núñez Rodríguez
NO ME GUSTAN LOS LUNES
Su vida era como un verso de aquellos que escupían los poetas malditos, rancio esperma haciendo emponzoñar hasta a sus hastiadas sábanas, una vida destilada por las gotas que quemaban sus venas.
     Cada día necesitaba agenciarse un gramo, o más, entonces se veía fuerte y no se sentía como el papahuevos adiestrado, ese del que se reían en los pasillos del instituto.
Pero hoy sería diferente. Aunque sabía que él solo era una fruslería en el teatro de la vida, hoy lo recordarían.
    Miró el reloj, estaba a punto de mostrar una exhibición de puntería.
Sonó el timbre de cambio de clases y mientras se abrían las puertas de las aulas, él amartilló su arma.

Mª Jesús Campos Escalona
LECCIÓN DE VIDA
     Una buena mañana de verano me agencié un décimo de lotería sin saber que,  en esos momentos,  cambiaría mi vida. Aparecieron muchos papahuevos vestidos de chaqueta y corbata haciendo exhibición de teatro barato para llevarse mi dinero, pero ninguno lo consiguió.
     Mis sobrinos recordaron que existía y, con verso más que aprendido, intentaron manipular mi conciencia, pero mi adiestrado corazón los echó a patadas.
      Hasta que un día apareció ella. Isabela. Mi avaricia, el no poder confiar,...  No dormía tranquilo y, una mañana, dejó todas sus fruslerías sobre la mesa y se marchó. Jamás supe anteponer el amor al dinero.
     Ahora que soy viejo y la soledad emponzoña mis huesos por entero, me siento como un destilado olvidado en el fondo de la bodega y contemplo con tristeza el esperma que cae lentamente de una manida vela. Observo y pienso que quizás el premio nunca estuvo en el décimo.

Laura Pérez Alférez
PAPAHUEVOS
     Había encontrado una pequeña cala solitaria, un rinconcito tranquilo que podrían compartir.
      Eligió un menú fresquito y ligero, se agenció un par de copas y la botellita de anís destilado que le gustaba. Resultado, una cesta de lujo, no era una exhibición de caprichos gourmet, pero estaba hecho con amor.
     Se sintió decepcionada y furiosa al leer su mensaje: "Llegaré tarde, me ha surgido un imprevisto".
Improvisó un audio: "No te preocupes. No pasa nada, lo dejamos para otro día". Su voz adiestrada sonó convincente, sin duda sus ensayos de teatro le habían fomentado nuevas capacidades.
     Pensó guardarlo todo y prepararse cualquier fruslería, pero no estaba dispuesta a que aquel papahuevos emponzoñase su merienda y decidió darse el merecido premio que con tanto mimo había preparado.
Saboreó un atardecer mágico, donde las olas le regalaron versos de espermas de espuma en un paisaje que la enmudecía de asombro.
Disfrutó de una comida estupenda y de la mejor compañía. La suya.

Benet da Silva
EL DONANTE
     Su pareja aceptó la proposición. No sabía la razón, pero intuía que en aquel viaje conseguiría el propósito común.
     Programó el viaje a Fuerteventura, pensaba asistir al festival de teatro; ver sus famosos desfiles de gigantes, comprar algunas fruslerías. Aunque su objetivo principal; lo dejaría en manos del azar. La primera tarde, mientras contemplaba un divertido pasacalle, en una de las paradas, justo delante de ella, se detuvo uno de los cabezudos, sus miradas se cruzaron. Por la noche, entretanto disfrutaba de una copa de ron, destilado de forma artesanal, se le acercó un joven. Reconoció al instante aquella penetrante mirada, sonrió invitándole a sentarse. Los días posteriores, fueron una exhibición de las dotes seductoras del isleño, incluso le recitó algún verso, demostrando ser un adiestrado galán. Ella se dejaba llevar, quería cerciorarse de que era el donante de esperma adecuado.
     Dos meses más tarde al comprobar que iban a ser madres y que nada podría emponzoñar su relación, las dos se abrazaron llorando de alegría. El azar y aquel papahuevos cumplieron su cometido.


sábado, 30 de octubre de 2021

MIEDOS de Rafa Núñez


Cualquier excusa es buena para ponerse a escribir o leer, a decir verdad no hacer falta tener ninguna excusa. Pero lo cierto es que, aprovechando la celebración de Halloween, que tanto ha arraigado en nuestro calendario, nuestro compañero, Rafa Núñez, ha escrito un texto de lo más terrorífico y sobrecogedor. Para que ahondara más en nuestras entrañas la semilla horripilante del miedo, nuestra compañera, Montse Martínez, se ha encargado de narrar, de viva voz, ese texto y ponerle música y efectos sonoros. El resultado ha sido espeluznante. Y para compartirlo con todos vosotros y que disfrutéis de este espectáculo agónico y paralizante, Mª Carmen Jiménez se ha encargado de añadir unas imágenes y elaborar este aterrador video.
El Club de Lectura y Teatro de La Viñuela os desea un macabro y sangriento Halloween. 

viernes, 29 de octubre de 2021

Presentación de la novela "La dama dormida" de Daniel Clavero Toledo.

 







29/10/2021 - Club de Lectura y Teatro de La Viñuela

Hoy, a las 18:30h, ha tenido lugar la presentación de la novela de Daniel Clavero titulada "La dama dormida". El acto ha estado presentado por Rafael Núñez Ruiz en la Biblioteca Municipal de Periana.

Un nutrido grupo de asistentes se ha encontrado cara a cara con el autor y, con la ayuda de su presentador, han podido desentrañar todas las dudas que contenía su lectura.

Su autor ha argumentado que han sido, principalmente, recuerdos de su infancia y juventud lo que inspiraban sus ideas y escenas para la novela, en donde mezcla datos reales con una imaginación prodigiosa.

Ha sido una cita muy esperada tras el parón por la covid-19 y tenía  un público entregado que esperaba con ganas el momento. Intervenciones, material audiovisual y la interactuación de los asistentes han conseguido una presentación dinámica y amena.

Recomendamos, sin dudarlo, la lectura de esta novela llena de misterios, secretos familiares, mucha leyenda popular y giros sobrecogedores. Y, cómo no, deseamos a Daniel Clavero toda la suerte del mundo, mientras esperamos ya, con ansiedad, su próximo libro.

lunes, 18 de octubre de 2021

DÍA INTERNACIONAL DE LAS ESCRITORAS.

 


Hoy se celebra el Día de las Escritoras 2021, conmemoración puesta en marcha por la Biblioteca Nacional y asociaciones de mujeres de carácter cultural y empresarial, en el año 2016, con el objetivo de reivindicar la labor y el legado de las escritoras a lo largo de la historia. Como en ediciones anteriores, la fecha elegida es el lunes más cercano a la festividad de Teresa de Jesús, que se conmemora el 15 de octubre.

Así pues, celebramos este lunes 18 de octubre, desde el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela, el tesoro que nos dejaron, y siguen dejando, tantas escritoras. Aportamos con una pequeña contribución para dedicar a todas ellas nuestro reconocimiento y orgullo.

Varios miembros del club han querido festejar este día con distintos poemas y escritos dedicados a este día que, para nosotros, es tan especial.

Rafa Núñez Rodríguez
ESCRITORAS
Como una caracola que absorbe todo un océano,
para después dejarlo escapar
como un susurro de aire y sal.
Así son ellas,
una amalgama de palabras, momentos, historias por nacer,
y otras moribundas,
esperando el punto final.
Manos manchadas de tinta,
antaño escondidas bajo guantes del poder varonil.
Hojas en blanco que brillan en sus miradas,
esbozos de cambios cumplidos,
de pasos que igualar,
y estanterías que llenar.
Mentes que gritaban en silencio,
que escribían a escondidas
ante la indiferencia de la sociedad.
Suerte que escribieron a oscuras,
que no partieron los lápices, ni quemaron las plumas.
Nombres de mujeres que se escriben con las mayúsculas,
de la libertad,
de la igualdad,
de la necesidad de desarrollar
las palabras que manan de sus corazones.
Escritoras,
que llenan las páginas,
de momentos eternos
y otros eternos como un parpadeo,
pero libres para escribir
y regalarnos sus palabras.


ELLAS
El lápiz se posó con ternura sobre el papel
y no fueron letras agrupadas y,
quizás algo atolondradas, lo que apareció.
El papel se vistió de sueños,
algunos terroríficos,
con un hombre especial, nacido de la muerte,
y lleno hermosos sentimientos en su mudo corazón.
O se escuchan sonrisas de esas cuatro hermanas
que sueñan con la vida,
con los sueños que se reflejan en las nubes
que inexorablemente siguen sus caminos.
Tertulias de filosofía entre poemas
que las llevan a la Gloria de las carcajadas
y los bonitos sentimientos.
Y se llenan las hojas
que ramifican sobre las miradas de los ávidos lectores.
Historias, vidas,
todas ellas siempre llenas por la esencia femenina,
llenas de sentido y sensibilidad.

Mª Carmen Jiménez Aragón
LA BATALLA DE LAS LETRAS

Desenfundó su pluma
y alzó la voz
para derrotar a los gigantes
y allanar el escalón.
Palabras y sentimientos salieron
disparados a discreción,
colándose en calles oscuras
o en grandes historias de amor.
Viajando por todo el mundo,
sembrando la confusión,
ella iba descargando
en el papel su munición.
Y eran muchos al principio
los que ansiaban acallarla,
el menosprecio y la injusticia
de sus letras se burlaban.
Pero lo que es, es.
Y no hay mas vuelta que darle,
el talento no tiene sexo
ni exclusiva autoría el arte.
Ardua batalla ganó
la literata de antaño
para ver sus obras escritas
y seguir vivas mil años.

Montse Martínez Serrano
ABRAZOS DE ESCALERA
     Escribo y borro a continuación. Ya son siete veces las que repito el proceso y no paso de un par de insulsas líneas. “Maldito puntero parpadeante, deja de mirarme”. Cierro el ordenador. Ayer pensaba que tenía un buen título para una historia. Como cada mañana, bajo las escaleras de casa, con mi hijo tomado en brazos. Y bajando el primer escalón extiende sus bracitos, apoya su cara en mi cuello y me abraza. La felicidad en 16 escalones. Pero a mitad de camino una punzada en el corazón me avisa de que un día aquello acabará. Entonces le susurro lo mucho que lo quiero y lo aprieto contra mi cuerpo queriendo grabar el instante en nuestra memoria recordable. Llegará el momento en que te hagas mayor y no podré cogerte en brazos, tu no recordarás nuestros abrazos de escalera y yo quizá los haya olvidado, pero entre libretos, ficheros y carpetas, encontraremos lo que hizo que se rompiera la página en blanco.

Dori Calderón Ramos
MIS SUEÑOS EN UN PAPEL
     Cada tarde vuelve del colegio a saltos, tirando de la cartera y soñando que ella es una guerrera que subirá en su caballo en cuanto llegue a casa.
     Sus trenzas saltan al unísono de sus pies y su imaginación vuela al compás de su mirada.
     Merienda con prisas para salir a jugar a la calle con los niños, pero alguna tarde sus travesuras le valen un castigo, pero lo que no saben en casa es que las tardes castigadas son las mejores.
    Esas tardes en vez de correr por las calles vuela por mundos imaginarios con un lápiz y un papel, viaja en un barco hasta Júpiter y se baña con las olas de un mar de Venus.
     Oye la voz de mamá con un poco de culpa por el castigo que la llama a cenar... ¡Pobre mamá, no sabe aún que ella será escritora!


Mª Jesús Campos Escalona
A FLOR DE PIEL
     No sé si soy una escritora mala, buena o regular. Solo sé que me gusta escribir, que siendo una niña ya llenaba renglones con historias de fantasía que me iluminaban la sonrisa. Y más adelante, sentí la necesidad y la comprensión de que entre páginas y lápices encontraba mi mejor refugio. Un refugio calentito donde guarecerme de la lluvia.
     Hoy, que me ha envuelto el fino manto que te da la madurez, sigo reconfortada escribiendo; me da paz y alegrías cuando la inspiración me llega a borbotones, y dolores de cabeza cuando la busco y no la hallo.
     Y a pesar de todo..., ¡te amo incondicionalmente! No sé si soy una escritora buena o mala..., solo sé que te llevo en mis adentros.

IV. ME LO DICES O ME LO CUENTAS


      Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

      Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son once las palabras propuestas para incluir en las historias: AUTOCONTROL, PERSEIDAS, CARTA, VETAR, ESPLIEGO, SUSPENSIÓN, TELA, VITÍLIGO, CACHORRO, SOBRE y DELEITE.

     Esperamos que disfrutéis de la lectura.


Benet da Silva
¿A ELLOS O A NOSOTROS?
     Aún resonaban en su cabeza, le vetaron el deleite de observar la lluvia de perseidas que alumbraban la noche y el olor a espliego que desprendía la hoguera. El autocontrol y frialdad que mostraban las palabras de aquel niño le impresionaron, e hicieron que se preguntara: “¿A quién debemos educar?, ¿a ellos o a nosotros?”
     Tras leer la carta, decidió dejar sus vacaciones en suspensión y viajó hasta Mali. Su camarada lo esperaba junto a varios muchachos del poblado. Comenzó a repartir algunos juguetes. Intentó darle uno a un chico que mostraba síntomas de vitíligo y vestía una túnica de tela, pero este lo despreció, le preguntó algo en idioma propio y se marchó. Unos minutos después regresó, dejó sobre la mesa un fusil y dijo algo en su lengua.
     A continuación, su compañero le contó que, aquel infante fue uno de los cachorros de las milicias, los llamados “niños soldado”, además, tradujo la pregunta y posterior respuesta del chaval.
     Según él, aquella peonza no servía para defender a su familia, en cambio el fusil, sí.


Cande Molina Mostazo
ESENCIAS
     Suspiró con deleite mientras contemplaba las perseidas tumbada en la hamaca. Justo en ese instante mágico pidió un deseo, lo escribió en un trozo de tela y lo metió dentro del sobre. A pesar de sentirse en paz no pudo evitar que sus ojos negros llorarán como los de un cachorro triste y asustado.
     No estaba pasando por su mejor momento, fue suspendida en su trabajo y las facturas se acumulaban. Para vetar a sus miedos, cada mañana se ponía unas gotitas de aroma de espliego en el cuello. Y con todo el autocontrol del que disponía se dirigió a la entrevista de trabajo. Cuando escucho “gracias, ya le llamaremos”, se remangó la manga del jersey, dejando ver su vitíligo en la parte superior de su brazo, y le entrego una carta.

  Se despidió muy amablemente y se marchó. Justo a los diez minutos sonó su teléfono, mañana debía ir para firmar su contrato de trabajo.

    Todo el mundo le pregunta que había escrito en esa carta y su respuesta siempre es la misma: “a veces los deseos se hacen realidad”.


Mª Carmen Jiménez Aragón
MI VIDA ES MÍA
     Cuando observó que el autocontrol de aquel indeseable brillaba por su ausencia, decidió poner sus cartas sobre la mesa y pasar a la acción. Con las vaporosas telas bailando en suspensión y el incienso de espliego haciendo su trabajo, el borrachín se sumió en el placentero deleite de Morfeo, momento que aprovechó la bailarina para sustraer el sobre de su chaqueta. Con los documentos en su poder, tendría a los peces gordos cogidos por el cuello y podría vetar la entrada a esa mafia explotadora.
   Y mientras él soñaba con las perseidas, ella lo miraba, comparándolo con un rechoncho cachorro dálmata, por los rastros de vitíligo que asomaban por sus manos, y se decía:
     -Perro que come perro, es porque aprendió la lección a hierro.


Lourdes Sánchez Jiménez
LA CARTA
     Metió la carta dentro del sobre, posándola en la almohada junto a un tallo de espliego.
     Por fin nadie la votaría nunca más, porque ahora, ella y solo ella, tripulaba y tenía el autocontrol del barco de su vida, una vida llena de mareas y tempestades. Por eso, llegó el momento de navegar hacia la libertad, provocándole un deleite, el cual hacía mucho tiempo no vivía. Allí estaba, tumbada, viendo a los lejos las Perseidas, cuando un frío invadió su cuerpo, como el que siente un cachorro recién nacido al salir, en pleno invierno, del vientre de su madre.
     Escuchó el desgarre de las telas de su camisón y sentía la presión intermitente de unas manos en su pecho, marcado por el vitíligo como si la sal del mar de su vida lo hubiese marcado.
     Una paz la invadió y, tras la suspensión de aquéllas manos en su pecho, supo que había llegado el momento de su ansiada libertad.


Dori Calderón Ramos
EL GRAN HOMBRE
     Disfrutaba mirando las perseidas desde su cama, perdiéndose entre las telas de las sábanas para embriagarse del olor a espliego con el que su madre las aromatizada, allí se sentía como cachorro mimado.
     Hallándose en este deleite recordó que hoy mostraría gran autocontrol ante el comité de dos empresas que pretendían unirse, vetando esta fusión por no ser beneficiosa para el consorcio con el que trabajaba.
     Redactó la carta que presentaría esa mañana ante los socios, pensando que sería ardua tarea la suya, pero la fuerza de su voz y su dura mirada no dejarían opciones a sus interlocutores.
     Subió los veinte pisos en ascensor y entró en la acristalada sala donde lo esperaban, entregó el sobre con la propuesta a una desagradable mano con vitíligio y oyó el sonido de un mensaje de su móvil.
     -Te quiero en casa a las dos, - leyó
     -Si mamá, - contestó.


Mercedes Rodríguez Silvente
MOMENTO MÁGICO
     Con un gran deleite decidí escribirle una carta donde le explicaba mi marcha, la introduje en un sobre y la deposité en su mesita.
     Corría el mes de agosto, me senté bajo aquel espliego que había frente a mi casa. Era de noche, pude contemplar una lluvia de luminosas perseidas. Mis pensamientos se quedaron en suspensión, fue un momento mágico.
     No estaba en la mejor época de mi vida, vivía con mi padre y no teníamos buena relación. De pronto vi un cachorro junto a un contenedor, me di cuenta que padecía de vitíligo, a pesar de ello lo llevé a casa y lo arropé con una tela. Mi padre me vetó quedarme con aquel animalito. Mi autocontrol me ayudó a no discutir.
     Durante la noche tomé la decisión de quedármela y llamarla Dori. La mañana siguiente cogí a mi cachorrita, mis pertenencias y comencé mi nueva vida. Aún hoy tras cuatro años sigo disfrutando de su compañía y sus cuidados.


Jose A. Ortega Cuadra
VISITA AL TEIDE
     Tenía preparado el sobre y solo necesitaba escribir la carta para contarte mi última aventura en el Teide. Demasiadas expectativas, mitigadas con ejercicios de autocontrol, aunque tal vez exageraba un poco.
     Llevaba tiempo planificando esta excursión. Fui con mi cachorro envuelto en una tela, al que llamo Viti, por unas manchas en el contorno de los ojos, vitíligio que afecta a personas y animales en su piel.
     Quería ir temprano para no encontrarme con retenciones o la posibilidad que pudieran vetar el acceso al parque por masificación en el mismo. No quería arriesgarme a la suspensión de la aventura.
     La excusa para la visita al parque nacional era la luvia de las perseidas. En realidad, quería encontrar algún ejemplar de espliego. Había averiguado que, aun siendo de la familia de la lavanda, las propiedades entre ellas son totalmente opuestas. Para mi deleite, pude encontrarla. Lo siguiente era disfrutar de la lluvia de estrellas.


Rafa Núñez Rodríguez
CORAZONES
Me duele el corazón derecho,
sí, ese que suele estar en silencio,
el que te servía de almohada
cuando apoyabas tu cabeza en mi pecho.
Ese que notaba el placer de las yemas de mis dedos
navegando sobre tu cuerpo,
disfrutando de la palabra vitíligio nacida en tu piel,
rozando tus parches blancos
para luego adentrarme en tu universo de piel oscura,
y buscaba perseidas bajo tu ombligo,
incluso cuando me vetabas el camino,
yo te miraba como un cachorro añorando tu cariño.
Ahora, el espliego de la ventana secándose,
la tela de la sábana en suspensión para no tocarme,
las cartas se vuelven amarillas, las pocas que llegan,
mientras yo sigo llenando un sobre
con el poco olor tuyo que queda en casa.
Hoy por fin me veo con suficiente autocontrol
y me atrevo a salir a la calle.
Abro la puerta y observo, con extraño deleite,
que gran parte de los caminantes,
van con la mano izquierda apretando su parte derecha del pecho.
Y entonces pienso, mientras busco tu mirada,
que hoy también me duele corazón derecho.


Mª Jesús Campos Escalona
GUERRERA
     Mi autocontrol me hace ser fuerte. Soy una mujer decidida y valiente que veta la entrada a su corazón, a todo aquel que osa pegar en la puerta. Me gusta dejarlos en vilo, en suspensión, para que luego caigan al infinito vacío, sin sentir ni un ápice de piedad.
     Pero no siempre fui así. Recuerdo que hace muchos años me sentí como un cachorro, necesitada de cariño. En silencio, me deleito con aquella tarde de verano, el olor a espliego y romero inundándome los sentidos. El anochecer nos trajo miles de perseidas que iluminaban tus ojos y cómo acabó todo con una simple carta. Un sobre en blanco que marcó mi destino. Estaba embarazada.
     Hoy, arropo a mi niño con telas de amor propio y confianza. ¡Cómo ha crecido mi príncipe! Acaricio con ternura su piel llena de manchas, el vitíligio va en aumento. El camino no se presenta fácil. Pero aquí está tu reina, le susurro, para guarecerte de toda tempestad.


Laura Pérez Alférez
PIROMANÍA
     Mientras quemaba unos viejos sobres de cartas con ramitas de espliego seco, descubrió que el fuego está vivo y que siempre tiene hambre.
     Le gustaba mirar cómo ardientes lenguas bailaban hasta apagarse, pero la sequía había dejado demasiado matorral seco y una lluvia de perseidas en suspensión prendieron la hojarasca. La tímida danza de una pequeña hoguera se convirtió en una frenética coreografía de cachorros en llamas, que brincaban por la maleza seca, rugiendo, devorando, avanzando sin parar con furiosa alegría.
     La voracidad del fuego le hipnotizaba, perdía el autocontrol hechizado en el vaivén de agitadas telas de lumbre. Cada vez sentía más placer, ocasionar un incendio se convirtió en un deleite imposible de vetar.
     Ahora, tras unos barrotes, observa con nostalgia el vitíligo de sus manos, pensando en la mejor forma de hacer arder la cárcel.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

III. ME LO DICES O ME LO CUENTAS

Ya conocéis uno de nuestros ejercicios más populares, os presentamos este nuevo apartado en el que, utilizando algunas palabras elegidas al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

El máximo de palabras estará condicionado al número de términos clave a incluir en el texto, pero oscilará entre las 150 y las 180.

Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "la amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

En esta ocasión son diez las palabras propuestas para incluir en las historias: TIEMPO, ZANJAR, ENEBRO, HOLLAR, PEONZA, PREGUNTAR, VENTANA, TRANSEÚNTE, VACACIONES Y SOMBRA.

Esperamos que disfrutéis de la lectura.


Laura Pérez Alférez

TE ECHO DE MENOS

     “Siempre te querré, pero no podemos estar juntos”. La contradicción le hizo girar como una peonza, se asomó a la ventana y preguntó por ella a los indiferentes transeúntes.
     Una sombra amarga afligió su gesto, ante el inesperado revés que hollaba su verdad. Creía que iba a esperarlo siempre, pero al volver de su último viaje ella se había ido.
     Cuatro míseros garabatos en un papel zanjaban media vida compartida de sentimientos que agonizaban desde hacía tiempo.
     Aderezó su soledad con un gin tonic, aplastó dos bayas de enebro y las dejó caer en la copa.
     Los efluvios del alcohol le regalaron, en su desvarío, una esmeralda de esperanza, tal vez se había tomado unas vacaciones.
     El teléfono, impertinente, vibró entrometido.
     “Es ella”. Pensó que se había arrepentido, que le pediría perdón y asumiría su parte de culpa. Volvería, e irían al teatro de vez en cuando, compartirían series y pizza para dos.
     Agarró el teléfono y este dejó de vibrar.
     “La empresa prescinde de sus servicios, su contrato ha finalizado".


Cande Molina Mostazo
¿QUÉ PASÓ?
Y te pregunto:
¿Qué pasó,
te has cansado de escuchar mi voz?
ya no noto el roce de tu piel,
ahora somos transeúntes de un amor
que se quedó en la estación de tren.
Bésame,
quizás sentirnos nos haga recordar
cuando nuestra vida estaba en eternas vacaciones,
cuando un café compartido
nos hacia hollar a la luz de la luna.
¿Qué pasó?
te has cansado de bailar a mi lado,
ya no noto tus giros acariciándome las manos.
Ahora somos peonzas de un tiempo pasado,
y aquí sigo, esperando verte
bajo el enebro de la ventana.
¿Qué pasó?
Te has cansado de dormir a mi lado,
ya no tengo el abrazo de tu cuerpo,
zanjemos las malas sombras
que destruyen nuestra historia.
¿Qué pasó?
¿Dónde se fue nuestro cielo azul?


M.ª Carmen Jiménez Aragón
GIRO AL CORAZÓN
     Bajo la sombra del enebro, comenzó a zanjar la compactada tierra a toda velocidad, no tenía tiempo que perder si no quería que algún transeúnte lo sorprendiera allanando una propiedad privada. Por los dueños de la casa no tenía problema, sabía que Sonia estaba de vacaciones con sus padres.
     El agujero no tenía que ser demasiado grande, bastaba con poder esconder algo del tamaño de un corazón. Se apresuró a meter la cajita en el socavón, no sin antes cerciorarse de que estaba cerrada con llave. Arrojó tierra encima y holló firmemente. Mientras se iba, miró hacia la ventana que cada noche le revelaba la imagen que lo hacía enloquecer, y se preguntó si habérselo pedido directamente a ella no funcionaría mejor, que el conjuro de la peonza danzante, para que lo eligiera como pareja en el baile.


Dori Calderón Ramos
¡DE VACACIONES!
     Como cada año llegan a la gran casa de vacaciones, el enebro plantado junto a la piscina crece sin reparos, sin dar demasiada sombra a cambio de los cuidado que acapara.
     Los niños gritan como locos quitándose la ropa para entrar en el agua.
     El marido descarga el equipaje mientras pregunta a María qué comerán a mediodía y qué maleta trae su bañador.
     La abuela se acomoda en su hamaca y pide a su nuera el pastillero y una infusión, pues el viaje le sentó mal.
     María ya se siente como peonza girando en torno a la familia, transeúnte en unas vacaciones sin descanso.
     Aquella tarde, mira a su familia tras la ventana de la cocina y decide que hace tiempo debió zanjar esta cuestión y no dejarse hollar una vez más.
     Salió por la puerta de atrás dejando una nota que decía: "Nos vemos a la vuelta de vacaciones".


Mercedes Rodríguez Silvente
UN PARÉNTESIS
     Debía zanjar aquel asunto con mi pareja de una vez por todas, me tomé unas vacaciones en un apartamento cerca de la playa, las necesitaba. Decidí hacerlo el mes de septiembre, mi favorito para tomarme un descanso.
     Me gustaba asomarme a la ventana y contemplar a los transeúntes caminar por el paseo marítimo. Aquella tarde cogí la toalla, un libro y la sombrilla, después me dirigí a la playa, abrí el quitasol y puse mi libro a la sombra. Hollé la arena hasta la orilla, me apetecía un baño. Aquel día tuvo un efecto relajante y me facilitó otra perspectiva.
     Por la noche Emilio me preguntó si había tomado una decisión, le respondí que aún era pronto.
     Al día siguiente salí a dar un paseo, me encontré con varios niños jugando a la peonza, esto me recordó mi niñez. Seguí caminando y tropecé con un gran enebro, me senté bajo él a meditar mi relación con Emilio, la situación lo requería, no sé cuánto tiempo transcurrió. Lo que supe es que no quería continuar con esa relación tormentosa.


Jose A. Ortega Cuadra
NUESTRO CAMINO
     A veces pienso en el paso del tiempo. Nos hacen creer que es infinito y nuestra vida está llena de caminos a los que hollar, sin pensar que, por más vuelta que le demos, cual peonza, llegará un momento en que el tiempo, y no el camino, se acaba.
     Somos un simple transeúnte que deambula, siempre con una sombra pesada, sobre la carretera de la vida. Debemos tomarnos nuestra existencia como unas vacaciones y no preguntarnos qué significado tiene (la existencia), sino disfrutarla al máximo.
     Podemos contemplar, como a través de una ventana, el pasar de los años y esperar algo que nos cambie. Pero es mejor avanzar, tal vez descansar a la sombra de un enebro durante un rato, y zanjar cualquier duda que aparezca en el momento que surja. No hay que dejar que esas dudas sean la guía de nuestro camino.


Rafa Núñez Rodríguez
NIEVE
     Su mirada cuenta que había un bosque de enebros, donde los transeúntes cantaban y giraban, cual peonzas recién huidas de su cordel.
     Entre risas y reflejos de flores silvestres, pasaban los días, como en unas vacaciones, unas de esas en las que había tiempo hasta para contar estrellas. Recordaba el hollar tierno sobre piedras envueltas en musgo, las carcajadas del arroyo al tirarse cascada abajo y llegar a casa viendo el rostro de ella asomado a la ventana.
     Hasta que llegó aquella sombra y se fue apoderando de su pequeño mundo, sin preguntar, sin pedir permiso y todo aquel paisaje se fue cubriendo por una gran nevada.
     Y pasó el tiempo, hasta que un día decidió apartar las ramas del miedo y zanjar el olvido de sus ojos.
     --¿Entonces, doctor, cuando me quiten las cataratas, se derretirá la nieve que ahora me llena la vida?


M.ª Jesús Campos Escalona
CARA O CRUZ
     Mi tiempo se acaba. Debo zanjar todas las cuentas pendientes. Abro la ventana y el viento frío de la mañana me azota con crudeza el rostro. Me siento como peonza que no puede dejar de dar vueltas, girando una y otra vez, sobre sí misma.
     El enebro ya tiene cubierto las primeras ramas con la nieve. Me acomodo en la mecedora y pienso que nunca supe lo que eran unas vacaciones. Me imagino ser un transeúnte que espera el tren que me lleve por fin a mi destino. Un lugar donde no vuelvan jamás a hollar mi alma, ni mi cuerpo, con golpes, patadas y puñetazos.
     Veo como una sombra se acerca. Me tiemblan las manos, ya está aquí. El corazón se me quiere salir del pecho, empiezo a sudar, un escalofrío me paraliza. Una corriente eléctrica sube por mis piernas hasta llegar a mi cabeza. Siento como un líquido caliente me baja por las piernas llegando a mis tobillos.
     Entra en la estancia y, como siempre, me grita. Yo empuño el arma, cierro los ojos y aprieto el gatillo. Cae al suelo, la sangre sale a borbotones. Ya todo se ha acabado.