sábado, 30 de mayo de 2020

El blog del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela supera las 10.000 visitas.



Nada hacía presagiar cuando, en el mes de junio de 2019, creamos este blog, con el objetivo de informaros de nuestras reuniones y actividades, en un intento de acercaros la cultura a vuestros hogares, que se convertiría en una herramienta fundamental para este Club de Lectura y Teatro de La Viñuela. 
Ha cobrado especial importancia, más aún, durante esta pandemia, ya que ha sido nuestra ventana por donde comunicarnos con el exterior. 
Nos ha permitido proponer actividades, y a su vez nos ha mantenido activos durante todo el período de confinamiento, actividad que nos ha hecho evolucionar y mejorar notablemente nuestra habilidad de escribir. 
Hemos participado en distintos concursos literarios y hemos enviado diferentes textos a diarios de la provincia, siendo publicados gran número de ellos. 
Tras la difusión de nuestros artículos en facebook hemos podido comprobar que tenemos un gran número de seguidores en nuestro blog. 
Estamos muy agradecidos de tener tantas personas que nos leen diariamente, tal es así, que en estos días hemos visto como nuestro contador de visitas se ha disparado vertiginosamente alcanzando la friolera de 10.000 visitas. 
Hemos decidido daros las gracias en este artículo y queremos animaros a que participéis de nuestras actividades y si os atrevéis a escribir algún microrrelato de algún tema sugerido en este blog podéis enviarlo a nuestro email clublecturavinuela@gmail.com. 
Haremos publicaciones con los relatos recibidos con la intención de fomentar y contribuir a la cultura.

miércoles, 27 de mayo de 2020

LO QUE ME CUENTA UNA FOTO. MUJER.



Queremos compartir con vosotros esta actividad que nos ha resultado muy constructiva. Se trata de elaborar un relato, sin límite de palabras, a partir de la observación de una fotografía, elegida al azar, y plasmar la historia que te sugiere dicha imagen, o hilar pensamientos que te provoquen,... en definitiva, dejar correr la imaginación y la creatividad literaria. Os daréis cuenta que cada persona al observar la imagen la ve con un matiz diferente, o se fija en un detalle concreto. Así cada escritor desarrolla una historia sorprendente y novedosa que nada tiene en común con la del compañero, salvo la imagen en la que está basada.
Esta es la imagen que hemos elegido en esta ocasión. Esperamos que disfrutéis de los relatos. 



Gema Frías Luque
OLOR A LIBERTAD
La guerra también me salpicó y me empujó al frente, quería alzar mi voz al viento y unirme a la lucha feminista. Sentía un fuerte compromiso con el mundo, con las personas y necesitaba entregar mi vida a los demás y revolucionar el futuro luminoso que doblegaba la dictadura. Necesitaba reivindicar y luchar por la figura difuminada y teñida de la mujer, dejar de ser pobres desvalidas, procreadoras y sometidas…
Con un arma en la mano esnifando el olor a pólvora me sentía más valiente y fuerte para luchar. No era el mejor momento realmente, pero no podría describir la fuerza de sentir en mis manos aquella frialdad que me propinaba el acero de mi fusil.
Algunas quedaríamos atrás, pero siempre muchas de nosotras venceríamos  y volveríamos victoriosas de saber que habíamos luchado por una causa justa, o eso quería pensar.
Los primeros días estaba impactada por el silbido de las balas, pero el miedo se congeló al ver al primer soldado luchando por respirar tras atravesarle varias heridas de metralla en el estómago.
Tras cuidar a los enfermos cocinábamos y nos manteníamos siempre en la retaguardia, haciéndonos cargo de la soledad, de la tristeza por los que sufrían, y de la pena por los que se iban para siempre.
Toda esa lucha tenía sentido si pensabas en la palabra libertad, ante la miseria y falta de alimentos, el olor a la muerte se respiraba cada día, pero agachabas la cabeza nuevamente y seguías pensando en tu libertad y la de los tuyos.

Rafa Nuñez Rodríguez
CAMINANDO HACIA LA SINRAZÓN
A veces una sonrisa se hace eterna, y el cielo la refleja de cuando en cuando.
Sus pasos son libres, enérgicos,  sabedora de la verdad y con la responsabilidad de demostrarla.
Sueña con la justicia, pero no con la que lleva al hombro, esa huele a pólvora y lamentos, con la que las hará iguales a todos. Ella camina hacia el infierno con la luminosidad de la razón,  gritos de libertad vuelan hasta el infinito azul,  y llenarán las nubes, que desagradecidas solo dejarán caer lágrimas.
Lágrimas y polvo, que taparan las bocas y ahogarán los sentimientos de esa sonrisa, que un día  caminó con orgullo, junto a sus compañeras.

Rafa Núñez Rodríguez
SONRIENDO A LA LIBERTAD
Se llamaba Patricia,  como su abuela. Sí, esa que ya no estaba, pero que siempre la tuvo mamando de su sapiencia.
Tenía el mismo brillo en la mirada,  la misma necesidad de luchar por lo que le parecía justo, y se veía en ella, pero su abuela no llegó a envejecer, se fue demasiado pronto.
Hoy la recordaba mientras de apretaba las correas del fusil, esperaba no tener que usarlo nunca, seguro que todo quedaría en una pequeña revuelta,  no podrían quitarles sus libertades, ella no entendía que hubiese gente que llenasen de sangre su odio.
Aunque un bastante nerviosa y asustada,  se sentía feliz de poder defender sus ideales.
El fusil le pesaba en el alma, pero bajó a la calle, ya la estaban esperando las demás,  comenzaron a caminar por el centro de la calle, con la cabeza alta, y entonces se cruzaron con quien le dio una sonrisa eterna, y mientras él las reflejaba en la memoria, ella le gritó:
-- Que se acuerden de Patricia, y de todas las que caminamos sonriéndole a la libertad.
Y siguió andando como tantas otras, y se perdió en el horizonte,  sobre el rojizo atardecer que se haría tan largo.


M. Carmen Jiménez
BALAS Y DISPAROS
Aquella mañana amaneció un cielo radiante. Nadie hubiera dicho que llevábamos meses sumidos en el caos más profundo y que los ánimos, al igual que nuestro estado físico, planeaba ya a un centímetro del suelo. Mientras recogía mi habitación caí en la cuenta de que aquella noche no me había despertado sobresaltada por el rugir aéreo como ocurría algunas noches desde que empezó aquella maldita guerra. Sobre nuestra ciudad nunca habían descargado los bombarderos, éramos políticamente insignificantes. Las bombas las reservaban para la capital, pero sí solían tomar la ruta que nos colocaba como población más cercana a su objetivo acercándose por el norte.

Sea como fuere, había sido una noche tranquila. Afuera ya se escuchaban las voces de mis hermanos pequeños sentándose a desayunar. Como no tenía que perder el tiempo vistiéndome (porque todos dormíamos con la ropa y los zapatos puestos por si había que salir corriendo), me incorporé inmediatamente a ellos. Mi madre servía la leche en los tazones y mi hermana mayor arrimaba un cuenco con cuscurros de pan. En ese momento irrumpió mi padre en la cocina vociferando palabras ininteligibles, inconexas. Estaba muy alterado. Cuando logramos calmarlo nos explicó que, mientras volvía de la fuente con el cántaro de agua, se  había encontrado con un reportero que no dejaba de sacar fotos y que aseguraba que la guerra había terminado, que pronto tendríamos a nuestros soldados en casa.

Mamá nos dejó ponernos la ropa de domingo y salir a la calle a celebrarlo, no sin antes obligarnos a rebañar de los tazones hasta la última gota. Así que me coloqué mi vestido de círculos blancos y negros, me recogí el pelo en dos pequeñas coletas y me cogí de la mano de mi hermana para salir a corretear las viejas calles. No tardamos en ver los primeros héroes que llegaban, abrazando a todo el que se encontraban en su camino. Nuestra prima Ana lloraba de alegría saltando sobre su prometido, que la sorprendía la doblar una esquina. Todo era júbilo e ilusión, y agradecimiento por tener de vuelta a un hermano, a un hijo, a un padre,… incluso a un vecino.

Entre risas y bromas los chicos nos dejaron probar sus gorras y empuñar sus armas. Entonces alguien se acercó inesperadamente y nos preguntó: “¿Os puedo disparar una?” Mi prima Ana no pudo aguantar la risa, pero las demás nos contuvimos como buenas guerreras.

Cande Molina Mostazo
MUJERES CON HISTORIA
Rosario siempre había sido una niña inquieta, su madre no paraba de regañarle y de pedirle que se comportará como una "mujer de su casa", quería que  aprendiera a bordar, a cocinar, a planchar bien las camisas y los pantalones para ser una buena esposa. Pero Rosario no había nacido para ser la criada de ningún marido por muy enamorada que estuviera de éste, ella siempre rebelándose contra su madre e incluso con su padre. Menudo atrevimiento el suyo, eso era impensable en aquellos años. Rosario no entendía por qué por el simple hecho de ser mujer no podía tener  los  mismos derechos que su hermano. Ella quería estudiar y dedicarse a los negocios de la familia y no podía comprender como sus padres, a los que amaba profundamente, desalentaran  sus sueños e intentaran cambiar sus pensamientos. Se prometió a sí misma que jamás se dejaría embaucar y no se iba a convertir en mujer criada, ni portadora de docenas de hijos.
Rosario era fuerte y su ideología era más fuerte aún, era una luchadora incansable por la igualdad entre hombres y mujeres y pronto se introdujo en las juventudes  socialistas. Cuando estalló la guerra civil española no parpadeo ni un segundo y se unió  a las milicias con sus compañeras de la fábrica para luchar por sus derechos y sus ideologías.
Aunque rebosaba el  miedo en sus ojos, su sonrisa iba derramando esperanza.
Así iban erguidas, con paso firme y sus gorros cuarteleros con su borla roja y su mosquetón al hombro. Ahí iban mujeres valientes, fuertes, deseosas de luchar y defender su libertad.
Pobres ilusas, a pesar de combatir en las trincheras como un hombre más, sus mismos compañeros de batalla no tenían su mente preparada para ver cómo la mujer podía realizar la misma labor que un hombre.
Siempre seréis mitos y heroínas de un país que siempre estará en deuda con vosotras.



Dori Calderón Ramos
MUJERES DE ARMAS TOMAR
La primera vez que la tuvo entre sus manos se sintió poderosa, con aquella arma defendería los derechos, la libertad y la vida de muchas mujeres y hombres con sus mismos ideales.
Llevar a cabo esa lucha junto a otras mujeres le hacía sentirse orgullosa, nunca pensó que fuese tarea fácil pero era necesario.
Por eso, cuando la primera de ellas fue detenida, rapada, paseada y humillada no supo si le pudo más la rabia o el miedo, y se enfrentó con esa rabia en su corazón al enemigo pero sin mostrar miedo alguno en sus ojos, aunque sabía que sería la siguiente. 

María Jesús Campos Escalona
UNA DE MÁS 
Mi abuela fue una de esas valientes mujeres que se unieron en la lucha por la igualdad y estuvieron en plena  línea de combate. Dejó  escritos varios diarios, y yo hoy, me deleito en leerlos una y otra vez. Cuenta sus miedos e incertidumbres; el dar ese paso le tuvo que costar  mucho. Tuvo que romper lazos familiares muy fuertes, su madre le lloraba con dolor para que desistiera de la idea y su padre no le miraba a la cara. Cuando cogió por primera vez un arma, le temblaban tanto las manos que le fue inevitable pensar si hacía o no lo correcto. Pero al momento le venían ideas de justicia, tolerancia  e igualdad  y la necesidad de luchar por un futuro más alentador la poseía. 
En el frente vio tantos muertos, que sus ojos muchas veces, se tuvieron  que  volver impasibles para poder soportar tanto dolor. Uno de los momentos más difíciles fue perder a su prima Carmen. Juntas, habían iniciado esa dura batalla y verla en una trinchera agotada y desangrándose... la imagen de sus manos haciendo  presión sobre la herida de bala y ver la sangre como manaba a borbotones  sin poder evitarlo,  la marcarían por siempre. 
En el diario también  cuenta,  lo enamorada  que estaba de Andrés,  un joven bien lozano, y cómo se miraban en la verbena del pueblo. Esa noche se prometieron amor eterno, y mi abuela se sintió  dichosa y feliz. Más  tarde cuando Andrés se enteró de sus ideas revolucionarias, su amor por ella desapareció de la noche a la mañana y se casó con Adela, la hija del boticario.
Y yo, que hoy suspiro  al leer la historia de toda una vida, no puedo más que postrarme a sus pies. Siento admiración, orgullo y respeto,  por todas esas mujeres valientes que rompieron estereotipos, creencias equivocadas y que crecieron en una sociedad que no entendió que sus ideales y su forma de pensar, iban mucho más  avanzados, a la época  en la que les tocó vivir. 
Fieles a unas convicciones alzarían sus armas por un mundo más justo, guerrilleras que marcarían para siempre, el reflejo de toda una época.


lunes, 25 de mayo de 2020

SEMANA CULTURAL DE LA VIÑUELA 2018.

Una de nuestras aficiones más constantes es la escritura y varios miembros del Club han sido merecedores de premios locales de escritura. Trataremos, a lo largo de estos meses, de transcribirlos en este espacio de modo que queden almacenados y tengáis acceso a su lectura. 
En esta ocasión recordaremos al ganador de la edición de 2018 del premio de Relato breve, organizado por el Excmo. Ayuntamiento de La Viñuela, con motivo de la Semana Cultural, Rafa Núñez Rodríguez, con su relato titulado "261" la temática propuesta  por la organización fue: LA VISIBILIDAD DE LA MUJER EN LA CULTURA Y EL DEPORTE.

"261"

Miro el reloj de la mesita de noche, aún faltan veinte minutos para las siete. No he podido dormir mucho esta noche, quizás los nervios empiezan a apoderarse de mi. Ayer estaba muy tranquila, fui a por el dorsal, puse mis iniciales, una firma y ahí estaba mi dorsal, el 261. Me atravesó un pequeño escalofrío y sin más me fui a la peluquería, tenía que recortar un poco mi melena, no es que la tenga muy larga, pero un poco había que quitar por si acaso. Veía como caían los pelos al suelo, a cada tijeretazo me acercaba más a mi sueño y al terminar me miré al espejo y una suave sonrisa surcó mi rostro. Pues me quedaba bien. Después me fui a casa, quería tener un día tranquilo, correr unas horas por la tarde y luego Tom se vendría para darme unos masajes relajantes, tenía que intentar descargar tensión.

Ahora ya es el día, Tom sigue dormido, yo me levanto y me voy a la cocina, una infusión caliente me vendrá bien. Miro por la ventana, los copos de nieve se agolpan contra el cristal, parece que huyan de la ventisca, habrá que abrigarse, me pondré el chándal gris con la capucha, espero que el viento no me deje la cabeza al descubierto. Escucho ruidos en el dormitorio, habrá que ir preparándose para la carrera.

Miles de personas nos apretujamos en la línea de salida, el frío cala hasta los huesos y me siento agarrotada, menos mal que estoy bien acompañada. Tom a un lado y al otro Amie, con esa eterna sonrisa, me da ánimos después de meses corriendo juntos. Hoy es la prueba definitiva, me hubiese gustado que también estuviese Roberta, la vi cuando veníamos hacia aquí, me saludó de lejos y me guiñó un ojo. Ella ya había finalizado la carrera un par de veces, es una corredora increíble, el año pasado hizo una marca de 3:37. Una marca imposible para mí, pero no la he podido convencer de estar aquí. Ella se une al grupo pasados unos quinientos metros, sale de unos arbustos de una esquina del parque y nadie repara en ella. Y si algún juez la ve no le hace mucho caso, al no llevar dorsal no cuenta para la organización.

El disparo me pilla de improviso y doy un pequeño respingo. Tom suelta una carcajada y comenzamos a movernos, al principio como una lenta ola de piernas que se mecen al unísono. Noto algunos empujones, codazos, todos queremos hacernos sitio en la calle para no tropezarnos y evitar problemas.

El cartel de kilómetro 5 ya queda atrás, llevamos un ritmo más bien tranquilo, a mis chicos los veo muy sobrados, pero hoy están aquí por mí y yo marco la velocidad. Ahora ya podemos estirar las piernas sin tropezarnos con las de otros corredores. Lo peor, por ahora, es el viento helado que nos abofetea la cara, vamos intentando resguardarnos corriendo en pequeños grupos.

Kilómetro 15, mantenemos el ritmo. Amie parece que va de paseo, a veces hasta me va dando conversación. Yo sigo concentrada en mi respiración y en el camino, alguna rápida mirada hacia el público. Es increíble como en este tiempo puede haber gente en la acera sin parar de animarnos, no sé quién tendrá más mérito. Vuelvo a centrarme en el corredor que llevo delante.

Hace un rato que pasamos el letrero de 30 km y ya comienzo a notar la fatiga. Al menos el viento ha amainado y no nieva desde hace rato. La capucha de la sudadera no para de jugar conmigo, dejando al desnudo mi sudorosa cabellera. Algunas personas me miran y me señalan extrañadas, por suerte los demás hombres vamos por la carretera diseminados, como una larga serpiente de sudores, respiraciones forzadas y ojos brillantes. A mi izquierda veo acercarse el autobús de la prensa y, cómo no, alguno comienza a señalarme y los flashes comienzan a dispararse, pero ya me es igual, yo sigo centrada en mi carrera. No escucho los gritos, o incluso algunas burlas machistas. Tom se acerca un poco más, noto casi su corazón latiendo a la par del mío. Bueno esto podía suceder, no puedo dejar que me desconcentre.

Kilómetro 35. El habernos cruzado con los periodistas parece que ha hecho que se extienda el rumor sobre una mujer corriendo la maratón de Boston. Muchas personas se fijan en mí y se hablan al oído mientras señalan. Entonces noto voces, gritos, a mi derecha. Un juez, creo que es uno de los organizadores, se acerca con el rostro encendido por la rabia amenazándome, exigiéndome que le dé el dorsal. Yo intento no parar en mi carrera, pero me está asustando, me dice que es su carrera e intenta quitarme el número. En ese momento se cruzan nuestras miradas y no entiendo porque solo veo odio. Sus ojos desaparecen, al igual que su rostro y todo su cuerpo, Tom le ha dado un empujón que lo ha mandado contra la fría acera. Entonces un grupo de corredores se unen a nosotros, nos siguen por detrás para evitar que el juez intente acercarse.

Kilómetro 45, ya estoy a punto de terminar mi primera maratón oficial. Me duele la cabeza, noto el corazón bombeando a mil por hora y las piernas muy cargadas, me está costando mucho esta parte final. Amie no para de darme ánimos, yo no sé si le sonrío o le hago una mueca de agotamiento con los labios.

Tom me marca con la mirada que estamos llegando a la meta, levanto la cabeza y es verdad, la veo, y cientos de flashes y cabezas cubiertas por sombreros nos miran curiosas en estos últimos metros. Tom me dice justo antes de cruzar la línea de meta que hoy voy a hacer historia y yo, mientras cruzo la línea, simplemente pienso que lo que quiero es poder terminar una maratón.

4h 20 min. Katy Switzer
19/04/1967


PREMIO DE FOTOGRAFÍA 2018 LA VIÑUELA


Aprovechando la ocasión que me brinda este espacio, recordar que nuestra compañera Gema Frías Luque fue la ganadora del premio de fotografía. Las bases del concurso proponía la temática de: LA VISIBILIDAD DE LA MUJER EN LA CULTURA Y EL DEPORTE.
Os mostramos la imagen ganadora a continuación.


FOTOGRAFÍA GANADORA

domingo, 24 de mayo de 2020

I EN SITUACIÓN

Damos otra vuelta de tuerca al método de elaborar nuestros microrrelatos. La clave, en este reto que hemos llamado "En situación", está en reflejar, de alguna manera en nuestros textos, cuatro premisas que fijamos previamente y que nos marcan el contexto, el lugar, el tiempo o los personajes incluso, que debemos incluir. Sin límite de palabras, pero sin olvidar que se trata de un microrrelato, trataremos de escribir historias originales y frescas. Terror, aventuras, amor, ciencia ficción, reales... Todo vale. Es la hora de salir de nuestra zona de confort y plantear actividades más atrevidas, que denoten que dominamos las destrezas que hemos estado trabajando en las últimas semanas. 
Esperamos que disfrutéis de su lectura tanto como nosotros lo hemos hecho con su redacción. Sin más, comencemos...
Premisas:-Noche oscura
                -Densa lluvia
                -Desorientada
                -Llegar a tiempo a una cita.


M. Carmen Jiménez Aragón
CRUDA REALIDAD.
Salió a la calle atropelladamente, inspirando ese aire que tanta falta le hacía. La visión algo nublada, las piernas temblorosas y desorientada, pero lograba mantenerse en pie y no dejar de caminar. La noche estaba oscura, como siempre, aunque le pareció más serena. Sintió que un coche aminoraba la marcha hasta casi detenerse junto a ella, pero intentó no escuchar las palabras que salían de su interior. ¡Qué ganas tenía de perder de vista aquellas ropas que la encasillaban.

Notó su cara mojada y pensó que era por la lluvia que había empezado a caer, pero mientras recordaba aquella cita a la que asistió hace tres años para informarse del trabajo que le ofrecían en España, se dio cuenta de que eran sus lágrimas las que empapaban su rostro. Sus lágrimas que, al igual que ella, volvían a ser libres.

Debía buscar ayuda, para ella y para las demás. Y deseaba dejar atrás las humillaciones, los abusos, el sometimiento, las jeringuillas y las palizas. No le importaba no saber donde se encontraba, lo importante era que estaba fuera.


Cande Molina Mostazo
CITA PREDESTINADA.

Cuanto más corría, más nerviosa me iba poniendo, me di cuenta que estaba dando vueltas por las mismas callejuelas. Definitivamente, estaba perdida y desorientada. ¡Qué desesperación! La angustia y el miedo se estaban apoderando de mí y empecé a respirar profundamente, no podía perder el control de la situación porque entonces entraría en pánico y ya no podría encontrar la salida. Con la noche cada vez más oscura, aún todas las plazas me parecían iguales, las calles empezaron a encontrarse vacías y la lluvia, que al principio era llevadera, se hizo cada vez más densa. Ahora sí que lo tenía difícil, no sabía dónde estaba, calada hasta los huesos, mi móvil sin batería. Entonces mi corazón empezó a correr y quería salir de mi cuerpo por más que yo lo intentaba calmar. Unos pasos se acercaban a mí y no adivinaba cuál era la calleja, es un laberinto lleno de pasadizos. Miro a un lado, miro a otro, me decido entrar corriendo en uno y doy un grito estremecedor al sentir unos brazos que me cogen y, cuando giro la mirada y veo a mi opresor, le guiño y le digo: "nunca me costó tanto llegar a una cita".

Dori Calderón Ramos
LO PRIMERO ES LO PRIMERO.
-¡Me cachis! ¡Pues no se ha puesto a llover! ¿Y ahora qué hago?
Eso pensaba Sabina mientras se relamía del banquete que se acababa de dar y daba descanso a su fatigada lengua.
Se cobijó bajo unos juncos y se acomodó para esperar a que escapase, llegaría tarde a su cita pero esto no le preocupaba.
Cuando decidió quedar con Camilo, lo hizo sin convicción, así que cuando pasó por aquella charca y encontró aquel festín de mosquitos, no dudó un momento en hacer una pausa y darse un atracón, la cita podía esperar, más vale mosquito en mano que ciento volando, además, no tenía ni idea de dónde la llevaría Camilo a cenar, así que una cosa hecha.
La noche comenzó a ponerse oscura y se sintió desorientada, pues no conocía muy bien aquella parte del río, el resto de ranas dejaron de croar para dormir y ella pensó en hacer lo mismo, pues allá donde fueres, haz lo que viernes, y Camilo puede esperar.

María Jesús Campos Escalona
PASOS.
Salgo del trabajo. Estoy muy cansada. Ha sido un día agotador. Me dirijo al aparcamiento. La noche está muy oscura. Empieza a lloviznar.
Oigo un ruido,  parece que alguien me sigue. Pensé que ya se habían ido a todos. Miro hacia atrás y no veo a nadie.
Con paso decidido me dirijo hacia mi coche, oigo nuevamente los pasos detrás de mí. Incluso puedo escuchar su respiración.  Me vuelvo esta vez rápidamente, pero no veo a nadie... Dios  ¿qué está pasando? ¿Es acaso esto una broma de mal gusto?
Miro hacia mi BMW y suspiro. Lo dejé al final de la inmensa hilera. Otra vez llegué con la hora justa al trabajo y esto me hizo aparcar en el sitio más alejado.
Algo confundida y desorientada, empiezo a acelerar el paso, estos zapatos de tacón no me están ayudando mucho. ¡Ay, qué dolor!
Oigo como la persona que me sigue acelera sus pasos también, esto parece una pesadilla.
Empiezo a correr, el miedo me invade, ¿dónde está el guardia de seguridad, cuando se le necesita?
¡Por fin, llego hasta mi coche! Entro rápidamente y echo el seguro. Arranco y a toda velocidad salgo del edificio.
La densa lluvia me hace poner el parabrisas a tope. Intento poner en orden mis ideas. No saco nada en claro. Pienso en Rafael. Esta noche hemos quedado para cenar. No sé si explicarle este episodio tan extraño. Quiero llegar a la cita, guapa y relajada.
De pronto suena mi móvil. ¡Uh! suena otra vez. Lo cojo y veo que aún me tiemblan las manos. Hay un mensaje de un número desconocido.
_¡La próxima vez será!.



Gema Frías Luque
BAJO LA LLUVIA.

Cuando salí del trabajo nada hacía presagiar que llovería tanto, era densa y oscura, tanto, que brillaba en el asfalto, hasta el punto de sentirme desorientada. No veía la forma de encontrar mi coche, miraba por todas las aceras de la avenida y sentía que todas eran exactamente iguales. Me resguardé unos segundos en uno de los portales que encontré de paso. Mi corazón latía acelerado, sabía que ella me estaba esperando y después de haber anulado varias citas no podía fallar una vez más.

Quizá me enamoró especialmente el miedo que reflejaba su mirada, la necesidad de sentir miedo a volver a empezar una nueva historia con una persona que no conocía más que de unas breves palabras en la red social de moda.

Es la tercera vez en mi vida que comienzo a intentarlo y quizá la lluvia me pone a prueba para valorar la decisión que he tomado.

A veces hago caso de las señales que alguien pone en mi camino, mientras reflexiono los pros y los contras, pero siempre llego a la misma conclusión, ¿y si es el amor de mi vida y lo pierdo para siempre? Ya parece que escampa, sigo corriendo en busca de mi destino. No quiero arrepentirme jamás de lo que no he hecho.


Rafa Núñez Rodríguez
CAMBIO DE CAMINO.
La lluvia parecía el reflejo de sus nervios, después de una pequeña eternidad,  por fin habían quedado, y ahora resulta que la noche se pone a llorar.
Sus tacones rojos comenzaron a teñirse del color del agua callejera, sintió un poco de angustia porque no reconocía ninguna fachada. ¿Por qué no le había dicho que la recogiese en casa? Claro, ella era muy independiente, o quería parecerlo, entonces por fin vio el letrero del restaurante, solo atravesar la calle.
Su pelo manaba agua cuando llegó bajo el letrero luminoso, “El Oasis…” y el sonido de un whatsapp le susurró "Hace mala noche, mejor lo dejamos".
Entonces por un momento la vida le pareció casi insufrible, pero dejó de llover, al menos a su alrededor, se giró y vio unos ojos que alumbraban un cachito de noche y un paraguas para dos.

lunes, 18 de mayo de 2020

X ACTIVIDADES DE CONFINAMIENTO.

Las actividades que nos hemos propuesto en esta etapa de confinamiento nos están aportando destrezas, habilidades y sobre todo soltura, en nuestro desarrollo literario. Este tipo de actividades nos ha reportado nuevas formas de dirigirnos al lector de manera más clara, correcta y concisa, sin perder el tiempo moviéndonos por las ramas. 
Hemos visto claramente nuestra evolución en estos dos meses y nos sentimos muy orgullosos de nuestro trabajo realizado. Sabemos que estas actividades pronto llegarán a su fin dando paso a otras de vital importancia para nuestro desarrollo que nos ayudarán a alcanzar nuevas metas.
Una vez más los miembros del club hemos trabajado en equipo para proponer palabras, al azar, y elaborar cada uno de nosotros un microrrelato en el que incluirlas todas. Historias originales e inéditas, tan diferentes como nosotros mismos, que deseamos que os trasladen por unos momentos y os ayuden a sobrellevar vuestro confinamiento.
Las palabras propuestas en esta ocasión son: DEMOCRACIA, BANDERA, GATO, SUBASTAR, CALAMARES Y FUNDAMENTO.

M. Jesús Campos Escalona
CONFIANZA
Me siento libre. Libre de pasear, libre de elegir. Libre de ver este bello paisaje y ponerme a pintar, sin pensar en todo lo que me queda por hacer. Libertad de vivir en democracia con lo que  quiero y porque lo quiero, sin tener que dar  mayores explicaciones.
Como con Kira, con ella  siento que todo fluye y que es una extensión  más de mí. Es mi fiel amiga, mi dulce compañera. La veo que camina por la orilla de la playa. La llamo para que  no se aleje demasiado. ¡Cuánta paz se respira! Y es que, vaya lujo el poder disfrutar  de todo esto, me siento  afortunada.
En la distancia, veo a mi padre  caminar. En un pequeño  cubo lleva la captura  de hoy. Me temo que para el almuerzo  degustaremos un grandioso  calamar.
El gato de la familia lo persigue sin cesar. ¿Qué querrá ese minino?
Hice bien en venirme de vacaciones aquí. Al subastar la casa, me vinieron tantos recuerdos. ¡Qué difícil, y a la vez necesario, poner punto y final a una parte tan importante de mi vida!
Ahora lo que  necesito es orientar  mi camino, ondear mi bandera, ¡sí, una bandera exclusivamente mía! Sin estereotipos, ni culpas, la bandera ficticia que necesita mi corazón. Sentir que me amo, que me elijo a mí y sólo a mí.
Que me quiero  y me cuido. 
Veo que Kira se aleja, la llamo y viene  hacia mí corriendo y chapoteando entre las tranquilas y serenas aguas.


Rafa Núñez Rodríguez
EL CALLEJÓN DE LAS DELICIAS.
Como cada viernes por la noche, se reunían los gatos alrededor de los cubos de basura de la pescadería. Hoy tocaban los restos de calamares y, como si fuese una democracia, les tocaba reclamar las sobras a los que tenían colores blancos, negros y a los del manto de la virgen. Hacía tiempo que dejaron de pelearse por la comida, ni tan siquiera la subastaban, un reparto equitativo que, con fundamento se habían dado cuenta, era la mejor opción.
Ronroneos y ligero chispear en sus ojos, algunos se acicalaban concienzudamente, otros miran distraídos los balcones llenos de banderas y escuchan en la lejanía algo que podría sonar como una cacerolada.
Entonces la puerta se abrió casi con indiferencia y un grupito de sombras comenzaron a restregarse sobre las piernas de aquel hombre. La mejor hora del día comenzaba al oscurecer.

Gema Frías Luque
LIBRE DE CULPAS
Sospecho, aunque sin fundamento, que la vida es una obra de teatro, donde el guion y los personajes ya existen milimétricamente. Siempre tuve la sensación de que muchas escenas de mi vida ya las recordaba sin haberlas vivido previamente. Siempre gocé de una libertad absoluta, aunque a veces tuve que subastar algunos pensamientos para no molestar a los demócratas de pacotilla. Nunca permití sentirme como gato enjaulado, la idea de mirar al horizonte, ondear mi pequeña bandera, llenar mis pulmones de aire fresco y gritar, era una afición que repetía a menudo para prohibirme a mí misma llorar.
Sí, llorar, de impotencia, de rabia, de dolor, por derramar en silencio mis las lágrimas, sobre el plato de calamares, sin encontrar el camino que me devuelva la paz, mi paz.


Dori Calderón Ramos
MISI, MISO
Sentada ante la mesa junto a sus hermanos miraba hacia los rincones de la casa buscando a Michino, su gato.
Su mamá tenía por bandera, alimentar a su familia con fundamento, en este aspecto no admitía la palabra democracia, así que los menús eran elaborados sin consenso familiar y hoy tocaba calamares, algo que odiaba.
Pensó en subastar su plato entre sus hermanos, cosa que solía hacer cuando tocaba la tediosa menestra de verduras o las abominables albóndigas, las ofrecía a cambio de realizar tareas como sacar la basura o poner la mesa, pero hoy eso no funcionaba, al parecer los calamares no eran del gusto de nadie.
Así que con discreción llamó al minino, el cual  se coló bajo la mesa, entre las piernas de los niños, encontrándose con cuatro manitas diferentes que le ofrecían 'pescaíto' frito... ¡Miauuuu, qué rico!

M. Carmen Jiménez Aragón
MALDITA DEMOCRACIA
Cuando supe que aquel cuadro se iba a subastar, jamás imaginé los problemas que me podía ocasionar su adquisición. Y es que tener sobre el sofá del salón a un calamar gigante, vestido con chaqueta y corbata, rodeado de otros más pequeños inclinados en reverencia mientras se abrían las aguas del mar, provocaron en Democracia todo un torbellino de sensaciones confusas, fundamento por el cual se quedaba extasiada horas con la mirada fija en el lienzo. Tengo que aclarar que Democracia es mi gata, bueno lo fue hasta que la obligué a mudarse a casa de mi hermana, después de haber clavado las uñas en el cuadro, rasgarlo y dejarlo hecho trizas, como una bandera queda frente a un huracán.


Cande Molina Mostazo
MI BANDERA
El otro día mi gato se tumbó a tomar el 'solecito' en la bandera que venía con el periódico, le habrían llamado la atención los colores tan vivos.
Mi vecino puso el grito en el cielo y me dijo: -vaya desfachatez, dejar que el gato se tumbe en la bandera de nuestro país, ¡vaya poco patriotismo!.
Sin duda mi vecino se dedica a mirar hacia mi terraza y a curiosear más de la cuenta, pienso que la desfachatez es suya y que no tiene ningún fundamento para dedicarme la retahíla que nadie le pidió y menos aún chafardear con tan poca discreción. 
Las banderas representan a los países del mundo y poseen un gran poder para unir a las personas, pero también para separarlas,  detrás de cada una hay miles de historias, triunfos, lágrimas... Pero un mundo sin banderas también sería bonito, donde ante todo seamos hijos de una misma nación, La Tierra.
Un mundo lleno de democracias con concordancias donde no se subasten la igualdad de los derechos de todos los hombres, sin importar la raza ni el color de la piel, y es que cada vez soy más fan de los calamares, seres llenos de inteligencia, adaptación, creativos y flexibles. ¡Cómo gustaría que mi vecino aprendiera de ellos!

sábado, 16 de mayo de 2020

Microrrelatos publicados en Diario Sur, sábado 16 de mayo de 2020.


El microrrelato nace de la urgencia de contar en pocas líneas algo trascendental que no deje indiferente al lector. Cada palabra es seleccionada con exquisitez, desempolvada con cariño y colocada con pinzas junto a sus compañeras.
El microrrelato busca sorprender desde el primer momento. No hay tiempo para desarrollar ideas o introducir personajes, por lo tanto la primera frase formará la base a partir de la cual se armará el resto. Esas primeras palabras han de captar la atención del lector para que quede atrapado. Las frases siguientes deberán llevarle cómodamente hasta el final, sin sobresaltos, sin giros bruscos que le dispersen. Lo que buscamos es hacerle bajar la guardia para sentenciar en el final con fuerza. 
Un microrrelato es como una montaña rusa: sólo te puede sorprender la primera vez que te subes en ella. Es por esto que no puede haber ninguna palabra que chirríe, ninguna palabra inoportuna que te haga descarrilar en la tan importante primera lectura. Si el texto ha gustado, habrá una segunda lectura más pausada que indague en los matices y recovecos que hayan contribuido a la sugestión del lector, a su predisposición mental hacia ese final.

Desde que comenzó el período de confinamiento en el Club de Lectura nos hemos propuesto participar en distintos concursos de ámbito nacional y local, reforzar nuestras destrezas y habilidades literarias y además fomentar la escritura en cualquiera que sea su forma o estilo.
Desde el comienzo hemos tenido la gran suerte de ver publicados en distintas semanas, un número considerable de microrrelatos de miembros del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela, recordemos que fueron Rafael Núñez y M. Carmen Jiménez los primeros, seguidos de Cande Mostazo y Gema Frías. En esta ocasión tenemos nuevas menciones y una muy especialmente.
A continuación os mostramos los relatos publicados el sábado día 16 de mayo de 2020.

Nos ha dado mucha alegría ver como gente de nuestra localidad también se ha animado a participar en este espacio del Diario Sur y que mejor manera que acompañarlo en este blog. Nos alegra que el Club sirva de ejemplo para animar a más gente a que se inicie en la escritura y desarrolle sus habilidades y cualidades. Nos sentimos muy orgullosos de ti, por tu respuesta siempre que hemos pedido tu participación en el Club, por la aportación de algún microrrelato en celebraciones realizadas y que te hayas animado a publicar tus escritos.

Modesto Fortes Pascual

Reflejos
Pienso que nos ponemos más gordos por tranquilidad. También por enfermedad, dejadez o puro miedo. También los hay que mueren de inanición, pero en el mundo moderno son los menos.
Y como en el mundo moderno mandan los números, ya que somos eso, números... me cago en ese momento en el que la inspiración, la musa se esfuma y te quedas como un lelo mirando tu reflejo en la pantalla del portátil.
¡Joder!, qué gordo me estoy poniendo.

Dori Calderón Ramos
El lirio y la mariposa
La bruma del amanecer le anunció que se acercaba la hora en que su amor le visitaba, con los primeros rayos de sol podía otear esas maravillosas alas que desprendían luz y alegría.
-¿Por qué te acercaste hasta mí, mariposa? Ahora soy mendigo de tu amor y quisiera volar contigo, más soy de la tierra y tú del aire. Pero me basta con esos instantes que te posas sobre mí, etérea y coqueta, mientras el resto de flores nos miran envidiosas y ya puedo mostrarme cual lirio esbelto y orgulloso mientras tú vuelves a volar libre y bohemia.


Rafael Núñez Rodríguez
Fantasía
Ella siempre fue especial, su mirada reflejaba a dinosaurios atravesando la bruma con sus uñas hambrientas, mientras frente a la costa un farero alumbraba al amanecer y le manda guiños de amor a su musa, esa bohemia con alas de mariposa y sonrisa de las que dan vida.
Y el capitán del barco otea las señales del faro y casi se ruboriza, nunca fue de mendigar cariño, pero se siente tan hambriento de abrazos, que no entiende que esas palabras sean para la sirena que lleva en sus bodegas, y ella llora, como quien mendiga por un trozo de pan sin verle sentido a la vida, entonces una voz retumba sobre todo ese mundo...

miércoles, 13 de mayo de 2020

IX ACTIVIDAD DE CONFINAMIENTO.


Una vez más los miembros del club hemos trabajado en equipo para proponer palabras, al azar, y elaborar cada uno de nosotros un microrrelato en el que incluirlas todas. Historias originales e inéditas, tan diferentes como nosotros mismos, que deseamos os trasladen por unos momentos a otro lugar y os ayuden a sobrellevar vuestro confinamiento.

Las palabras propuestas en esta ocasión son las siguientes: BOHEMIA, ALAS, AMANECER, OTEAR, MENDIGO, AMOR y BRUMA.

Cande Molina Mostazo
EL DESTINO
Como  mendigo de la  vida   iba persiguiendo sus  sueños, así era él,  bohemio enamorado del arte y de la música.
‌Pasear entre la bruma que le traía la mar algunos días de inverno le hacía renovar su alma, a veces se quejaba de que tenía demasiada soledad.
Un día, a lo lejos, la vio y quedó prendado de sus alas, quedó rendido a la esencia de su vuelo. Cada día iba a contemplarla danzar por la tierra y por el aire, observaba como se  perfumaba  de la fragancia de las flores, como reía y aprendía de cada aroma,  como se llenaba en cada verso y así estuvo respirando amor, día tras día, de su piel morena. Entonces una tarde de verano le llevó un amanecer entre sus manos y la muchacha de ojos grandes le propuso que otearan juntos miles de atardeceres.


Dori Calderón Ramos
EL LIRIO Y LA MARIPOSA
La bruma del amanecer le anunció que se acercaba la hora en que su amor le visitaba, con los primeros rayos de sol podía otear esas maravillosas alas que desprendían luz y alegría.
-¿Por qué te acercaste hasta mí, mariposa? Ahora soy mendigo de tu amor y quisiera volar contigo, más soy de la tierra y tú del aire. Pero me basta con esos instantes que te posas sobre mí, etérea y coqueta, mientras el resto de flores nos miran envidiosas y ya puedo mostrarme cual lirio esbelto y orgulloso mientras tú vuelves a volar libre y bohemia.


M. Jesús Campos Escalona
CUANDO TE CONOCÍ
Siempre fui un tipo bohemio  y ahora que vivo aquí,  en la cima de esta montaña, lo soy más  que nunca. Soy un hombre huraño, tosco, antisocial, introvertido. Y no me importa. ¡Ya nada importa! Pero hubo un tiempo, cuando  era joven, que  solo con verla mi corazón iba a mil. Parecía un ángel de grandes alas que cada mañana  se dejaba contemplar. Y, algo tuvo que ver en mí, pues sus ojos me prometieron amor eterno  y lo cumplió.
Cuando  reía, su risa me sabía a vida, a salvia nueva, a gotas de rocío,... y su forma  de moverse,  de hablar, de mirarme.... Suspiro enojado. 
Subo hasta la cima de la colina, allí puedo otear el atardecer y así canso mi cuerpo y callo mi mente. Desde aquí  puedo ver el mar. Empieza a refrescar, ya llega la bruma. Soy un mendigo, me digo para mis adentros. Un mendigo que vive de recuerdos y, aun así,  no los cambiaría por nada del mundo.


Rafa Núñez Rodríguez 
CIEGOS DE AMOR
Sus ojos se fueron enturbiando por la bruma,  ésa densa y pegajosa que llenaba de salitre los amaneceres. Ése era el primer síntoma,  sus aires de bohemio se habían transformado en el reflejo de quien mendiga algo de amor, a sabiendas de que su corazón ya no late, uno más. Abro las alas, éste ya no tiene salvación. Oteo el horizonte buscando su rastro, ella llena de noches a las almas ilusas y yo fui el primero. Ahora la busco, porque ella sigue cantando en mi oscuridad.


Gema Frías Luque
MENDIGANDO AMOR
Caminé incansablemente desde el amanecer para encontrarte y, tras divisar aquel pequeño monte, lo alcancé para otear el amarillento horizonte que tenía ante mí.
Siempre me sentí un poco bohemia en mis pensamientos, siempre hubo una parte de mí que me obligaba a desplegar mis alas entre brumas y sombras. Nadie cuidó mi corazón mejor que aquel mendigo, que paseaba cada día con sus manos vacías mendigando amor. 


M. Carmen Jiménez Aragón
OLAS POR DESCUBRIR
Aquella mañana el capitán se levantó con esperanzas renovadas. El amanecer traía una densa bruma de octubre y el tempranero aire hinchaba la velas cual alas desplegadas que habrían de llevarlo al lejano paraíso.
El resto de la nao aun seguía dormido y la quietud de a bordo contrastaba con las agitadas aguas, marejada que también perturbaba su corazón, mendigo en ocasiones de una vida más bohemia y tranquila.
Distraído, elevó su mano a la línea del entrecejo para otear en la incertidumbre y sin dar crédito a sus propias palabras, gritó: ¡Tierra, tierra! Ahora recordó que el amor por la aventura no le abandonaría nunca y menos cuando sus tres calaveras habían de hacer historia.

domingo, 10 de mayo de 2020

VIII ACTIVIDAD DE CONFINAMIENTO EN ANDALUZ.


El andaluz es una modalidad lingüística  del Español hablada principalmente en Andalucía, Ceuta y Melilla. Posee unas características y unos matices muy especiales, con una sola palabra podemos decir mucho. Aquí os mostramos una selección de palabras, algunas de ellas no aparecen en el diccionario de la RAE, o por lo menos no con la denotación que los andaluces quieren mostrar al decirlas,  por lo que añadimos el significado para que disfrutéis aún más de los textos que hemos escrito.

SABORÍO (Soso, antipático, sin gracia), LACIO (Sin gracia, desganado), MALAJE (Desagradable, con mala sombra), (TRAN)- FULLERO (Tramposo, liante), DESCASTADO (Que siente poco apego por la familia), JARTIBLE (Pesado, cansino, insoportable), CHOCO (persona poco agraciada), VAINA (Persona de poco aprecio y solvencia), FATIGA (Que es un ansioso, acaparador), CARAJOTE (Zoquete, tonto).

A continuación os mostramos los microrrelatos que hemos elaborado utilizando estos términos de nuestra tierra. Cada uno de ellos muestra una historia y una situación diferente, deseamos que disfrutéis leyéndolos tanto como nosotros lo hemos hecho escribiéndolos.


María Jesús Campos Escalona

AHORA O NUNCA.
María lleva largo rato esperando a Manuel. Él es un hombre poco decidido, que todas las tardes la visita y de ésto hace ya más de un año. María lo que ansía es dar un paso más en su relación.
Tocan a la puerta suavemente. María se persigna y se dice en voz baja: de hoy no pasa.
-¿Se puede?-Pregunta Manuel.
María es una mujer talentosa y con mucho temperamento y ve que esta relación no la lleva a ningún lado.
-Buenas tardes, señorita María. Aquí está un 'servió' de 'usté'.
María lo acompaña al salón y los dos toman asiento. Ella coloca su silla muy cerca de la de él y con mirada apasionada, se humedece los labios y sutilmente lo mira a los ojos. Manuel comienza a sudar y se afloja torpemente el nudo del pañuelo.
-¡'Osú que caló ma entrao', señorita María!
-Déjese de tanto "señorita, señorita", que 'ere' un saborío y llámame María.
-Es que se me 'hase mu raro está tan pegao'.
Ella lo mira queriendo matarlo y contesta:
-Qué lacio 'ere, mi arma'. No sé como pude fijarme en un malaje como tú.
-¡Vaya, señori.... quiero 'desí' María! No me diga 'esa' cosas, que uno también tiene su 'corasonsito'.
María, que pretende ir a por todas, le dice:
-Anda, descastao, ¡bésame!
Manuel empieza a tartamudear y no consigue articular palabra.
Se levanta rápidamente, se sirve un vasito de vino y se lo bebe de un trago.
-Bueno, ¿entonces hay beso o no hay beso? -Le pregunta María con impaciencia.
Manuel se vuelve, se afloja nuevamente el nudo del pañuelo, se repeina con las manos y muy nervioso le responde:
_¡'He soñao con este momento desde er primé día en que la vi'!



Dori Calderón Ramos

RASCA QUE RASCA
Mari Puri entro en el patio, venía lacia, 'desganá', llevaba 'toita' la noche rascándose el cuerpo, había dormido poco y su aspecto choco llamó la atención de su tía que la esperaba cosiendo unos trapillos.
-¿Pero niña, que 'ta pasao'? ¡Pero si traes cara de malaje!
-¡Ay Tita, que no he 'dormío'! Y estoy lacia 'perdía', tengo el cuerpo saborío, 'toita' la noche rasca que rasca, que las pulgas del tío Pepico se 'man colao' en la cama y vaya nochecita que 'man dao'.
-Pero chiquilla, yo tengo 'pa' eso una solución, tengo yo unos polvillos que van 'mu' bien 'pa' las pulgas.
-'Pos' dígame 'usté' como se ponen esos polvos, tita, léame 'usté' el prospecto a ver lo que explica.
-'Ozú niña, esto está escrito 'mu' raro, yo creo que en inglés, aquí dice: 'Cogi li pulgui, abrili boqui, echeli polvi y pulguili muerti'.
-¿'Pos sabe usté lo que yo he pensao', tita? Que me voy a 'seguí' rascando

M. Carmen Jiménez Aragón
¡A MÍ CON ESAS...!
Pillé camino 'pa' casa más pronto que canta un gallo, porque digo yo que 'pa' estar escuchando 'patochás' de un tonto saborío, siempre hay tiempo. Y es que cuando me soltó aquella fresca me dejó lacio. Pues no me dice el vaina:
-¡'Quillo', no seas malaje, préstame tu burra que quiero llevar a 'la María' a Vélez, que 'el Ángel' ya le ha 'avisao' que llega el niño!
Ese se piensa que estoy 'apollardao', como si yo me fuera a creer que la historia se va a repetir otra vez.

Rafa Núñez Rodríguez
ESE PAR DE ZAPATOS.
A ver, que desde que se conocieron estaban juntos, sí, y no parecían una pareja muy saboría, incluso la ama salía a pasear mucho con ellos.
Pero claro, eso fue al principio, iban a fiestas y bailaban hasta quedarse lacios, luego unas caricias y como nuevos.
Después pasó lo típico, la ama se fue cansando y cada vez quedaban menos. Claro, así comenzaron los malos pensamientos: que si es una descastá, que si tenía más malaje que un puchero sin 'yerbabuena', y aquel trío se fue separando casi sin darse cuenta.
Lo que no se iban a imaginar es que esa tranfullera de la amistad, sí ella, se acordase de ellos y les pidió un favor. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir, que dijeron que sí  y dieron un nuevo paseo, uno de los más glamurosos. Y justo cuando doña Ilu pensaba subir al escenario, una parte de aquella pareja, sacó tanto la lengua que más bien parecía un zapato con la suela 'despegá'. Total, que quisieron hacer que pareciese que la bibliotecaria estaba 'apollardá'.

Cande Molina Mostazo
A MI NO ME GUSTA HABLAR.
-¡A las buenas tardes! Digo, lo bien que estáis al fresco.
-Buenas, siéntese usted un ratito también, ¿qué se cuenta, hay alguna novedad por el pueblo?
-Pues mira, ahora que lo dices... ¿Os habéis enterado que la niña del Frasco se ha ido con el novio?
-¡Anda, no me digas!  Y yo no sabía ni que tenía novio. ¿Y quién es el novio, es de aquí del pueblo?
-Si, es el hijo del 'la Esparraguera'.
-Bendito sea, y ese muchacho parece que está apollardao. Yo siempre lo he visto como muy 'atontaillo', sin mucha 'habiliá'. Pues mira, se ve que está apollardao para algunas cosas, porque mira que 'espabilación' para llevarse a la novia.
-Y 'el Frasco' está contento, se creía que se le iba a quedar soltera, pero para disimular dice que como agarre a ese mala vaina se va acordar por robarle la honra a su hija .
-Osú, me he quedado de piedra. Y digo yo, con lo 'cortao' que es, ¿cómo habrá sido capaz de decirle algo?

Gema Frías Luque
LAS MALAS LENGUAS.
Las malas lenguas lo tenían encasillado, aunque él aparentaba ser un poco saborío. Era lacio, pero era parte de mis sentimientos y yo, a esas alturas, ya sentía que lo quería. No paraban de decirme que lo dejara, que no me convenía, que podía buscarme un rico y apuesto novio que me tuviera envuelta de seda. Nadie se tenía que meter en mi vida, en lo que yo sentía, era mi carajote y aunque era un vaina yo me sentía como una princesa de cuento de hadas.