lunes, 26 de septiembre de 2022

XII. ME LO DICES O ME LO CUENTAS





     Hola lectores y lectoras del mundo, aquí tenéis un nuevo ejercicio de palabras en el que, utilizando algunos términos elegidos al azar por varios miembros del Club de Lectura y Teatro, elaboramos microrrelatos, reflexiones, microcuentos, incluso poemas, donde encontraréis originalidad, diversidad y muchas ganas de transmitir.

     El máximo de palabras utilizadas será de 160 incluyendo los términos clave, y sin contar las del título.

     Las reglas siguen siendo las mismas: los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo y persona, incluso en sus formas no personales; los sustantivos y adjetivos pueden usarse tanto en masculino como en femenino, y en singular o plural, según convenga; lo que no se debe hacer es utilizar una palabra cambiándole la función de debería desempeñar en el texto (el adjetivo "amable" no se puede sustituir por "amabilidad", porque entonces lo convertimos en sustantivo).

     En esta ocasión son diez las palabras propuestas para incluir en las historias: PEDERNAL, CAMALEÓNICO, PROYECTAR, YOLA, ENCLOCADO, ESTULTICIA, CLÁSICA, ORIGEN MOMENTO y HORDA .
      Animaos a practicar estos ejercicios en casa y si queréis hacer comentarios o mandarnos vuestra creación, no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Esperamos que disfrutéis de la lectura.


Benet da Silva
HISTORIA REPETIDA
Era el momento propicio para iniciar el viaje hacia un nuevo futuro. Pese a su edad, no se consideraba un hombre enclocado, sino más bien lo contrario, además, su camaleónica actitud le ayudaría a proyectarse en cualquier empleo que encontrara en su nuevo destino.

Días después, desde la orilla de una desconocida playa, observaba la clásica escena de personas intentando luchar contra las olas y cómo aquella yola, que fue el origen de su última esperanza, zozobraba.
La estulticia de la horda de comerciantes de la desesperanza, cuyo corazón era duro cual pedernal, con su avaricia, había provocado una nueva tragedia humana en el mar del caribe. De las sesenta personas que partieron de República Dominicana, tan solo pudo contar veinte supervivientes.

M Carmen Jiménez Aragón
SALIR POR PATAS
Cual chispa escupida por un ávido pedernal, relampagueó en su mente la siguiente resolución: si conseguía escapar de aquella horda de piratas con vida, cambiaría su clásico galeón de bandera negra por una tranquila yola para los fines de semana. No había nada más humillante que ser traicionado por los tuyos. Esos salvajes le habían hecho darse cuenta de que estaba caduco y enclocado. Había llegado el momento de reinventarse y proyectar su lado más camaleónico sobre el emergente negocio de las prótesis anatómicas, no era ninguna estulticia pensar en ello sabiendo que la mayoría de sus colegas achacaban el origen de sus dolencias a la “pata tiesa”, y deseaban retirarse también.

Pero antes debía averiguar cómo descolgarse de aquella palmera sin caer al foso de las serpientes.


Dori Calderón Ramos
NOVIO A LA FUGA
Estoy en la clásica situación en la que pasas en un instante de ser el héroe del día a ser un enclocado, y aquí me hallo, escondido en esta yola que encontré a orillas del río.
Por un momento pensé que esa horda de familiares, cuyas pupilas al mirarme se asemejaban al pedernal proyectando chispas, acabaría conmigo, pero aunque la carrera por el pueblo ha sido apoteósica, conseguí huir.
Aún no me explico cómo acepté casarme con la hija de los Bermúdez, esta estulticia iba a cambiar mi vida, pero ante el altar lo vi claro, por muy camaleónico que fuese ese cambio no merecía la pena cargar el resto de mi vida con aquella mujer, y ahora me siento liberado.
A la popa de la nao observo unos lienzos que parecen moverse, los levanto y encuentro al origen de mis problemas que me dice:
-¡Cariño, yo también he conseguido dar esquinazo a mi familia, ahora podemos huir y ser felices!


Jose A. Ortega Cuadra
CALMA
Le gustaba disfrutar de largos momentos navegando en su yola, aun después del paso de los años. Su apariencia era la de una persona enclocada, a veces de mirada triste y erosionada por el tiempo. Lo que la estulticia de sus contemporáneos no sabía, incluso aquellos de su misma generación, es que su porte y presencia eran las de una persona que había vivido innumerables vicisitudes.

Le gustaba proyectar estos viajes al milímetro. No quería encontrarse con una horda de navegantes, por lo que siempre procuraba llegar temprano al embarcadero. Su atuendo, con prendas clásicas, y la oscuridad que reinaba por las mañanas, le hacían volverse camaleónico. La embarcación que poseía estaba, a falta de noray, amarrada a un pedernal de origen desconocido para él, pero que le bastaba para conseguir dejarla bien sujeta.
Con esos viajes, solo buscaba la calma. El mar le daba la paz por la que había luchado durante tanto tiempo.


Rafa Núñez Rodríguez
PARECÍA IMPOSIBLE
Sueño que estoy encoclado, que una horda de plumas atraviesan mi cuerpo. Me inyectan la clásica tinta azul que lo mancha todo, proyectando mi estulticia a cada momento, y a toda esa horda de polluelos que me siguen sin cabeza.
Después, despierto sobre la cubierta de mi yola,... las llaves de la torre, algo de pedernal... y una antorcha usada. Mamá nunca me dejó subir solo a la torre, decía que me gustaba demasiado probarme las joyas.
Miro la imagen que quiere proyectar el Tamesis al verme, pero el agua no me tiene respeto. No sabe lo camaleónico que he sido siempre, y que ahora las joyas de la Corona me pertenecen, que seré el origen de grandes cambios, aunque todavía me cueste firmar sin mancharme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario