Saludos, lectores y lectoras del mundo. Aquí tenéis otro ejercicio de microrrelatos por palabras. Para quien no conozca las pautas a seguir, las recordamos:
-Elaborar un microrrelato de 180 palabras como máximo (sin contar las del título), en el que incluyamos diez términos, elegidos al azar por miembros del club.
-Cuando la palabra elegida es un verbo (amar, verter, salir...), puede utilizarse en cualquier forma, tiempo o persona.
Para este ejercicio los términos elegidos han sido: PASTEL, OZONO, CINTURÓN, GLOTÓN, ALQUITRÁN, CÚMULO, CICATRIZ, BIBLIOTECA, SILENCIO y FLAUTA.
Gema Frías Luque
MIL Y UNA FECHORÍAS
Desde su más tierna infancia un cúmulo de circunstancias lo comparaban con un glotón, y todo porque aquel día, en el silencio de la mañana, se tragó él solito todo el pastel que guardaban para la celebración del cumpleaños de su hermana. Tras la fechoría corrió hacia la biblioteca, pisando atropellado el alquitrán, tuvo que aflojar dos ojales el cinturón para no vomitarlo.
El cielo estaba cubierto de nubes grises ocultando el ozono y comenzando a sonar la flauta, sabía que le caería un buen castigo, pero no tenía miedo, pues ya había superado alguna que otra cicatriz.
Dori Calderón Ramos
EL DÍA DE LAS BIBLIOTECAS
Al salir del baño encontró un silencio negro como el alquitrán. ¡Habían cerrado la biblioteca con él dentro! Con el móvil que colgaba de su cinturón, se alumbró mientras discurría a quién pedir ayuda, un cúmulo de sensaciones se apoderó de él.
Algo corría por el suelo y entre los libros, y persiguiendo aquel ajetreo se topó con la estantería de la prensa, una portada sobre la capa de ozono cayó al suelo; asustado, un duendecillo corrió a cobijarse en la flauta de Hamelyn; Peter Pan apareció perseguido por Garfio con su cicatriz de bocado de cocodrilo; por un cajón verde repleto de cuentos trepaba el enanito más glotón de Blancanieves, seducido por el olor delicioso de la casita de chocolate; Gretel alertaba de que la bruja cocinaba un gran pastel para la fiesta de mañana...
¡Claro, será veinticuatro de octubre, día de las bibliotecas!
Encarni Navas
Akelarre
Cuando el silencio de la noche se apodera de la biblioteca, un cúmulo de energías invade su espacio haciendo que, atraídos por el sonido de una mágica flauta, libros y revistas salgan de los estantes para incorporarse a un baile que los lleva a girar, unidos, igual que si de un cinturón de asteroides se tratara.
Algunos, sin pudor y ayudados por múltiples corrientes de ozono, dejan ver su interior plagado de cicatrices de tinta y dulces grabados color pastel que harían las delicias de cualquier glotón devorador de fantasías.
Tras esta frenética danza y con las primeras luces del alba, todo recupera la normalidad, salvo por unas cuantas eles, úes y zetas que salieron por una ventana y sorprenden a la bibliotecaria pegadas en el alquitrán de la calle.
Mª Carmen Jiménez Aragón
UNA NUEVA AVENTURA
En una perfecta vertical, la lanzadera se separó del cohete y el alquitrán del asfalto se tornó rojo por la presión liberada tras la cuenta atrás. En segundos, una gran humareda lo cubrió todo.
—¡Directos al espacio, atravesando la capa de ozono! —dijo alguien en el puesto de mando.
Alcanzaron pronto un cúmulo de polvo estelar que difuminaba sus tonos pasteles a medida que el cohete lo atravesaba.
—Aún falta para que lleguemos al cinturón de asteroides —afirmó el comandante.
De pronto, el radar les advirtió de una presencia extraña a cierta distancia. La tripulación activó la alerta y se mostraron cautelosos.
—¡Shhh, silencio! —gritó la encargada de la biblioteca y Carlitos dejó caer la flauta que surcara el espacio con la ayuda de sus manos sobre la mesa.
—¿Merendamos? —Sugirió el glotón de la cicatriz en el labio. Todos aguantaron la carcajada.
Monse Martínez Serrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario