sábado, 8 de mayo de 2021

VII. DEJA QUE TE CUENTE.

 

Los miembros del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela construyen microrrelatos, aproximadamente de 150 palabras, en las que deben incluir unos términos clave propuestos entre todos. El tema de la historia será libre, así que os garantizamos que leeréis relatos muy variados y originales, pero siempre incluyendo en la narración esas palabras comunes a todos. En este caso serán 10, una por cada componente del grupo y aclaramos que sustantivos y adjetivos pueden utilizarse en masculino o femenino, singular o plural; los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo o persona, o incluso en sus formas no personales; no se puede sustantivar un adjetivo, la palabra debe cumplir la función que originalmente se ha propuesto. Animaos en casa a practicar los ejercicios, podéis sorprenderos gratamente.

Sin más, aquí tenéis las palabras propuestas para este ejercicio: PUERTA, TERNURA, ZAFIRO, QUIETUD, DESASOSIEGO, NIMIO, ACENDRAR, CELEBRAR, RITUAL y SONRISA.

Deseamos que disfrutéis de la lectura, saludos.


Gema Frías Luque
SUENAN CAMPANAS
Aquella tarde, abrí la puerta y vi su gran sonrisa, sentí ternura en nuestro cruce de miradas, y de repente pensé: ¿quizá había algo que celebrar? La quietud de aquel pasillo se me hizo eterna, y desfilaron mil flashes en mi mente, ¿quizá debía acendrar mi carácter?, sentía preocupación por descubrir algo negativo, y daba el siguiente paso. Todo me producía desasosiego, hasta el chirrido nimio de mis suelas al caminar.
Nunca imaginé que tras llegar al salón estarían todos reunidos, como si de un ritual se tratase, y ella arrodillada con una pequeña caja en la mano, mi sorpresa fue cuando descubrí que era un zafiro.


Lourdes Sánchez Jiménez
LA JOYA
Al abrir la puerta, el olor a rancio le provocó un desasosiego, celebrando en su mente un debate sobre la decisión tomada.
Como si de un ritual se tratase, con una sonrisa forzada, apareció tras el mostrador aquel raro personaje con voz que provocaba dulzura.
_¡ Bienvenida a Jason Antiques! ¿En qué puedo ayudarle en esta espléndida mañana?
El olor y el aspecto de aquel hombrecillo bajo con orejas puntiagudas le provocó una inquietud en la voz tardando en contestarle.
- Buenos días, venía a acendrar una joya que ha pertenecido durante siglos a mi familia.
- Pues ha venido usted al sitio adecuado, señorita, tengo un nimio cuidado con dichos objetos.
Ella extendió su mano mostrándole un anillo con un zafiro incrustado, él la agarró pronunciando unas palabras en un idioma desconocido para ella, lo cual provocó que saliese de aquel anillo un intenso haz de luz.


Dori Calderón Ramos
ANIVERSARIO
Decidida a acendrar su reputación y no dejar el más nimio indicio de su relación con la desaparición del zafiro, esa tarde abrió la puerta y se encaminó a celebrar el puñetero aniversario.
Debía actuar como la amiga perfecta ante todos, hacía ya un año de la boda y ella seguía siendo la novia abandonada.
Encaró una falsa sonrisa para disimular su desasosiego, tenía que cumplir con el ritual de las felicitaciones, así que daría un abrazo lleno de ternura a Melisa, preguntaría por Carlos, su ex y marido de su amiga, se extrañaría de su ausencia y como todos los asistentes hablaría de la mala fortuna del robo de la joya.
Unas quemaduras inoportunas serían la excusa del vendaje en su mano, pues desde que colocó en su dedo el anillo no halló la forma de sacarlo.
En la quietud de la noche pensaría como deshacerse del cuerpo.


Mercedes Rodríguez Silvente
RECONCILIACIÓN
A pesar de que no fue el mejor padre, fui a notificarle que iba a celebrar mi boda. Cuando abrió la puerta, su quietud y silencio me provocó desasosiego, no sabía si era bien recibida. Pocos segundos después, una sonrisa asomó a sus labios y me calmó. Me invitó a pasar y con ternura me preguntó: ¿Te ha pedido matrimonio?

Enseñándole el anillo de compromiso con aquel hermoso zafiro, le respondí que sí.

Comenzó a contarme su historia, algo que me sorprendió, pues nuestra relación era casi nula, mientras proseguía con su charla, pensé, «¿estará acendrando su carácter?». Me contó que su boda fue un ritual, más bien nimio, ya que se casaron al quedarse embarazada, luego llegamos los demás hijos, y un día se marchó cuando yo tenía dieciocho meses, y se quedó con mis cinco hermanos. Ellos fueron creciendo y marchándose. A continuación, me dijo que por supuesto asistiría, me deseó suerte en mi matrimonio y se despidió de mí con palabras que me emocionaron; Te quiero hija.


Rafa Núñez Rodríguez
RITUALES
Tocaron a la puerta cuando estaba terminando de pintarse la sonrisa, siempre seguía el mismo ritual,
labios y mofletes con rojo carmesí todavía caliente.
En cada nueva ciudad buscaba la ternura de algún callejón oscuro, y el desasosiego de unos besos que se cambiarían por monedas, y entonces, un nimio corte en un cuello frágil, y la quietud de una mirada cristalizada por la injusta vida.
Eso sí, siempre les dejaba bajo la lengua un pequeño zafiro, para pagar por su esencia.
Se miró al espejo, unos ojos marrones y un rostro bañado por aquellos suspiros apagados, esos que le traían suerte, y le hacían sentir que con cada actuación estaba más cerca de acendrar su personalidad.
Entonces, fuera comenzó a sonar la cancioncilla que abría el espectáculo...
-Había una vez, un circo...


Mª Jesús Campos Escalona
ANGEL O DIABLO
El colegio de monjas acendró mi carácter, eso me decían continuamente. Celebrar cada tarde el ritual de las misas, me suponía una nimia tarea de lo más aburrida. Con desasosiego no veía el día de marcharme muy, muy lejos.
Un día, en la quietud de mi habitación, urdí un plan perfecto. Entré con cuidado en el dormitorio de la directora, abriendo la puerta con el máximo sigilo. Lentamente abrí un cajón y extraje un pañuelo que envolvía un zafiro. Metí la hermosa piedra en mi boca, tragándola con avidez. ¡Ya tenía en mi poder el salvoconducto para salir de allí!
Pero al salir me topé con el padre Luciano.
-¿Qué haces tú aquí, niña?
Con ternura, contesté:
-Padre, vine a tapar a nuestra hermana, para que el helor del atardecer no la despertara.
Él masculló algo y se fue. Una sonrisa pícara afloró al acariciarme la barriga.


Laura Pérez Alférez
EXILIADO DE SU PEQUEÑO UNIVERSO
Se encuentra a salvo en su burbuja, levitando libre en la quietud de aguas mansas. Una dulce melodía latiendo a su mismo compás le arrulla con ternura, se halla sereno y en paz.
En un momento todo su pequeño universo sin acendrar se tambalea, algo extraño está sucediendo, le empujan, le obligan a abandonar su zona de confort.
Se siente tan nimio y vulnerable que un gran desasosiego le llena de confusión, un simple cordón es el hilo conductor que le mantiene unido a la puerta de la esperanza.
Se siente desprotegido pero pronto encontrará a alguien en quien confiar, unos brazos amorosos donde acurrucarse y sentirse a salvo...
Su primera sonrisa al mundo es un destello de zafiro, comienza el ritual para celebrar el milagro de la vida.
Ha llegado el momento de conocer a mamá y a papá.


Benet da Silva
LA PUERTA
María caminaba a solas, sin referencia alguna de, hacía o por donde ir, en el intrincado camino que era ser madre soltera.
Una tarde, hacían los preparativos para celebrar el noveno cumpleaños de Susana y esta hizo la pregunta más temida por María.
—¿Mamá, por qué no tengo papá? —Por sus mejillas resbalaron dos pequeños zafiros.
A María aquella pregunta le provocó una nerviosa quietud y desasosiego, sin embargo, reaccionó, la miró con ternura y le preguntó:
—¿Podemos hablar mañana?
La tarde siguiente se dirigió a la habitación de su hija, dudó al ejecutar el minio ritual de abrir la puerta, pero estaba en juego acendrar el futuro emocional de esta, entró en la habitación, le dio el teléfono y dijo:
—Tu padre quiere hablarte.
—Yo no.
Cortó la llamada y brindó una sonrisa a su madre agradeciéndole que le dejara tomar a ella, la decisión de escucharlo.
—Solo quería saber si vivía —puntualizó.


Cande Molina Mostazo
PASEANDO ENTRE LAS NUBES
Allí estábamos los dos, celebrando el habernos conocido. La brisa le acendraba el cabello y yo la miraba con ternura. Su sonrisa, llena de emoción y miedo, me advirtió que era el momento. Entonces, justo cuando iba a arrodillarme como manda el ritual, se escucha un ruido y nos vemos inclinados hacia un lado, la puerta empezó a vibrar con el aire. Una voz, por el altavoz, nos intentaba calmar:
-Es un problema nimio, no os preocupéis, en unos minutos estará solucionado y podréis seguir disfrutando del paseo.
-Amor mío, no dejes que se apodere de ti el desasosiego. -Con mucha quietud, me arrodillo frente a ella y saco del bolsillo el anillo de zafiro -¿te quieres casar conmigo?
Me miró y me dijo:
-Sí, esto es justo como me lo había imaginado.- Un chasquido puso otra vez el teleférico en marcha.


Montse Martínez Serrano
EL RITUAL DEL CISNE
En el centro de la mesa había un tapete colorido y sobre él, un cristal de zafiro, una vela azul, dos monedas, una pluma de cisne, una copa con agua de manantial y la foto de una niña con un ojo vago y pecas en las mejillas. La puerta se abrió y un chasquido rompió la quietud de la habitación en la que Julia esperaba con desasosiego.
- Puedes pasar, vamos a celebrar el ritual– dijo la chamana.
Julia entró despacio, con los ojos taladrando el suelo, siguiendo sus pasos nimios como si fuesen ellos los que tuvieran que acendrarse. Cuando la chamana la tuvo en frente, levantó con ternura su mentón. Miró su sonrisa desdibujada y reconoció un patito feo entre bosquejos, En ese instante, la pluma de la mesa voló y la chamana supo qué hacer para sanar a aquella mujer.


Mª del Carmen Jiménez Aragón
UN PLAN PARA EL DÍA DE LA MADRE
En la quietud de la noche, su desasosiego se hacía casi palpable. Había llegado la hora de poner en marcha el ritual y los pasos que había ensayado tanto para llegar a ser madre.

Esperó a que todos durmieran y forzó la puerta trasera para acceder a la vivienda. Cuando localizó a su ansiado bebé, una sonrisa afloró a su rostro. Se le antojaba que aquellos dos zafiros acendraban toda fechoría solo con el brillo de su mirada y, con mucha ternura, cogió al niño y se largó con el máximo sigilo. Hasta el más nimio detalle lo había estudiado para que todo saliera perfecto. Por fin sería madre, aunque no lo pudiera celebrar por todo lo alto para no levantar sospechas en el sanatorio.

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