jueves, 10 de noviembre de 2022

I. A CUATRO BANDAS

    Os presentamos un nuevo formato de ejercicios, A CUATRO BANDAS. Las reglas: introducir los cuatro elementos que se consignan, ya sean mencionándolos o haciendo alusión clara a ellos; crear una historia lo más breve posible y plasmarlo ya sea en prosa o en verso y pasarlo bien mientras se aprende.
    Los cuatro elementos que debemos incluir en nuestro relato son:
    -Salero (sal)
    -Tabasco
    -Monedas
    -Grupo de amigos
    Animaos a escribir algo, a ver que historia sale.

Laura Pérez Alférez
C'EST LA VIE
    Un petit café en París, una reunión de amigos, de fondo la voz de Piaf, marquesinas y un aire de decadencia que añade belleza a lo que antes era hermoso.
    Desorientarse estando orientado es un placer al alcance de pocas personas. Yo a veces lo consigo por breves instantes.
    Sentado en la acera, vuelvo a mi realidad, un bote de tabasco y una bolsa con sal entre los pies; ya me falta menos para el perrito caliente. 
    -Señor, unas monedas, por favor...


Jose A. Ortega Cuadra
NOCHE DE CHINCHÓN
    En la reunión de esa noche, de "Los Cuatro Amigos", había decidido inventarse un cóctel.
    Era la noche del chichón y siempre quedaban para echar unas horas todos los miércoles, desde hacía cuarenta años.
    Tantos años cargados de historias, que reflejaban toda una vida. Eran solteros cuando empezaron este ritual, ahora alguno se quedó viudo, otro divorciado y vuelto a casar y dos, entre ellos él, seguía con su primera pareja. Tal vez se habían perdido algún miércoles de partida, pero en momentos muy puntuales e importantes.
    Las monedas con las que jugaban eran las mismas de siempre. Uno de los amigos era carpintero, "...seguiría siéndolo hasta la muerte" dijo alguna vez, y las hizo de madera, de diferentes tamaños.
    Mientras esperaba que llegaran los amigos fue preparando el cóctel. Hoy quería que fuera especial, nada de ron o whisky. Esta vez sería un buen cóctel con tequila, tabasco, jugo de limón y sal, bien servida en un salero.

Lidia Molina Zorrilla

    Las fiestas en la universidad no diferían mucho de un fin de semana al otro. El grupo, con más o menos los mismos amigos, se reunía en el piso de alquiler de alguno. Pedían unas raciones para picar, esas bravas con la receta de tabasco eran una delicia, aunque te hacían enjugar alguna lágrima. Jugaban a juegos de beber tirando unas monedas a los vasos y terminaban bailando en algún garito del centro buscando no volver solos. Ningún fin de semana conseguían su propósito, pero esa noche, en mitad del juego, la moneda fue a quebrar el salero de cristal que disponían en la mesa para los chupitos de tequila, ¿cambiaría aquello su suerte?

Mª Carmen Jiménez Aragón
ADEREZOS Y PROPINA
    Por fin se quedaban solos. Ya pensaban que aquella comitiva de amigos no se marcharían nunca.
    —¡Hay gente cansina y glotona en el mundo, habrase visto!
    —Ay, que salero tienes, mi alma. Arrímate, que te has quedado muy lejos —le dijo el otro con intención.
    —Tú siempre tan picantón, que corra el aire que tienes el rojo subido al cuello.
    —¡Ssshhh! Vosotros, callaos, ahí viene otro grupo. Y traen libros en la mano, estos vienen para quedarse rato también. Menos mal que a nosotras nos llevan a caja, a descansar. Si es que la que vale, vale —dijo la de cincuenta céntimos.


Rafa Núñez Rodríguez
TORTURAS
    Se me viene a la mente ese podcast que hablaba sobre las torturas: tabasco en los ojos, sal en las heridas... ¿Qué sabrán ellos? ¿...Y palpar las cuatro monedas que me quedan en el bolsillo mientras el grupo de amigos me echa en cara que hoy me toca pagar a mí?


Gema Frías Luque
RISAS Y LÁGRIMAS
    Llevaba toda la tarde deseando un campero de kebab, en casa de Miguelín son los mejores. Aprovechando la ocasión, tuve la osadía de enredar a mis compañeras del club de lectura.
    Teníamos cosas que celebrar, entre otras, el cumpleaños de Dori, una buena excusa para salir.
    Tras prepararnos la mesa el camarero y hacer la comanda dimos unos sorbos a la bebida y me ausenté durante unos minutos yendo al baño, al volver ya estaba la mesa servida, dando gracias por la rapidez, pues tenía mucha hambre.
    Di con tantas ganas el primer bocado que en mi mente ya podía describir el placer de disfrutar de mi bocata, solo pasaron tres segundos cuando escupí con determinación aquel pedazo de pan que picaba como el veneno.
    Todas riendo a carcajada limpia y yo sin saber lo que estaba pasando, no podía parar de toser. Las muy tunas habían vertido la botella de tabasco y parte del salero. Con mal genio salí corriendo sin ni siquiera dejar unas monedas.


Dori Calderón Ramos
RECOGIENDO PARA EL HORMIGUERO
A una reunión de amigos
mil hormigas acudieron
qué curiosas, ya les digo,
toda la mesa invadieron.
Entre risas, voces y abrazos
los amigos se despiden,
sueltan monedas y de un plumazo,
marcharse de allí deciden.
Recorriendo toda la mesa,
las hormigas sal encontraron,
portandola sobre su cabeza,
porque en azúcar pensaron.
En una mancha de tabasco,
algunas metieron sus manos
y pensaron con mucho asco...
¡Están locos estos humanos!

Montse Martínez Serrano
A LA CARTA
Tardaron varios minutos en traerme el pedido que pagué con las últimas monedas que me quedaban. Cuando me lo entregaron había dos muchachas insulsas y dos chicos ñoños. Descarté de inmediato irme de copas con el grupo de amigos recién comprado, así que saqué el salero para espolvorear a las chicas mientras que a los muchachos los rociaría con Tabasco. Al menos, aquella noche, no me iría a la cama con el estómago vacío.




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