martes, 20 de abril de 2021

V. DEJA QUE TE CUENTE.

 


Los miembros del Club de Lectura y Teatro de La Viñuela construyen microrrelatos, aproximadamente de 150 palabras, en las que deben incluir unos términos clave propuestos entre todos. El tema de la historia será libre, así que os garantizamos que leeréis relatos muy variados y originales, pero siempre incluyendo en la narración esas palabras comunes a todos. En este caso serán 10, una por cada componente del grupo y aclaramos que sustantivos y adjetivos pueden utilizarse en masculino o femenino, singular o plural; los verbos pueden utilizarse en cualquier tiempo o persona, o incluso en sus formas no personales; no se puede sustantivar un adjetivo, la palabra debe cumplir la función que originalmente se ha propuesto. Animaos en casa a practicar los ejercicios, podéis sorprenderos gratamente.

Sin más, aquí tenéis las palabras propuestas para este ejercicio: NUNCA, LIDIAR, OJAL, ASERTIVO, ACRÍLICO, SALUDOS, INSULSO, TIZA, ILUSIÓN y BODA.

Deseamos que disfrutéis de la lectura, saludos.


Montse Martínez Serrano
LA GUINDA DEL PASTEL
El sonido de la tiza en la pizarra amorteció su insulso día que había comenzado con una tostada integral con queso fresco y un café con leche descremada. Nunca más saborearás el azúcar o la sal, se infligía asertivo en cada comida. Lidiar con arterias obstruidas y la diabetes de tipo 2 era aún más ingrato que enseñar estadística a alumnos acrílicos de marketing y publicidad. Al terminar la clase se despidió con saludos destilados e ilusión marchita. Regresó a casa andando y al pasar por la iglesia se detuvo retenido por los invitados de una boda. Esperó a que se disipara la muchedumbre y cuando los novios salieron, el ojal de la camisa que quedaba a la altura de la abombada barriga del novio reventó. El botón salió disparado y le golpeó con saña en la cabeza. Sin lugar a dudas aquel era un gran final para un profesor desnatado.




M.ª Carmen Jiménez Aragón
LA LEVITA
Insulso y vacío se sentía él, incapaz de lidiar con los sentimientos que luchaban por escapar de su agujero negro.

Desde que, dibujado a tiza sobre aquel firmamento acrílico, se le reveló cuál debía ser su destino, lloró lo indecible por su único ojo al pensar que lo unirían para siempre a un ser regordete y sin chispa. Nunca se acostumbraría a esa relación, aunque sabía que su actitud asertiva en aquella boda concertada era obligatoria.

Pero entonces sucedió que toda su tristeza existencial se tornó ilusión cuando vio acercarse, levitando, la pura imagen de la belleza, liviana y delicada, elegante cual rosa ruborizada, y supo que su destino había terminado de escribirse en aquel momento. Ella, tímida pero con convencimiento, le habló:

-Saludos, señor ojal, si no le importa me acomodaré junto a usted en esta solapa.




Gema Frías Luque
LA BODA DEL AÑO
Nunca imaginé que llegaría tan pronto el día de mi boda, era mi ilusión, desde que tenía uso de razón, taché con tiza aquellos últimos días del calendario. Siempre había tenido que lidiar con aquella leyenda que pesaba sobre mí, las malas lenguas urdieron un plan insulso para desprestigiar mi prometedor ascenso en la vida. Era pura envidia, estoy segura de ello. Sus miradas asertivas, cuchicheaban a mis espaldas, mientras el novio se enfundaba su traje acrílico grisáceo y abotonaba uno a uno los ojales de su camisa, todas miraban expectantes a que yo saliera con mi traje de novia.

Mientras les enviaba saludos, ellas solo miraban mi barriga de ocho meses.


Lourdes Sánchez Jiménez
LA JUSTA
Sabía que aquel asertivo momento decidiría su boda con la Princesa, no quería parecer un insulso, pero era bien sabido por aquellos feudos que lidiar contra aquel rival no sería nunca una misión fácil.

Se llenó de ilusión y valentía, se rehízo el traje, el cual parecía estar hecho de materiales acrílicos por el modo en que sudaba dentro de él, y bajó la visera de su yelmo quedándose con una visión igual que si mirase por dos ojales.

Tras los respectivos saludos al Rey, ambos esperaban a que éste diese comienzo a la justa, en la cual el ganador tomaría la mano de su hija. Volvió a mirar a su rival, afianzando la lanza bajo su brazo cuando, de repente, escuchó el chirrido que hace una tiza en una pizarra y la voz de un hombre gritándole ¡otra vez durmiendo en clase!


Dori Calderón Ramos
TARDE INCÓMODA
Pasó el último botón de su vestido por el ojal y ante el espejo comprobó como el tejido acrílico se ajustaba a su cuerpo y realzaba sus pechos.

Pensó que debería habérselo puesto el día anterior cuando acudió a la boda de su amiga, sabía que allí encontraría al insulso de su jefe y cualquier oportunidad era buena para tratar de conseguir su ilusión de ascender en el trabajo.

Entre los saludos se las arregló para conversar con él, y tuvo que lidiar toda la tarde con su conversación asertiva, en la que habló sin tapujos de su aversión hacia los homosexuales. No recordaba haber pasado nunca una tarde tan incómoda.

Preparada ya para comenzar la faena, tachó con una tiza una de las tareas de la pizarra, y antes de iniciarla metió una mano entre sus piernas y estiró la faja que le aprisionaba los testículos.


Rafa Núñez Rodríguez
LA TENTACIÓN VIVE ARRIBA
Con la tiza blanca pinto una gran equis en el suelo, la ilusión hace temblar mis manos, nunca se me pasó por la mente que llegaría este día, el día de mi boda.

Siempre tuve que lidiar con críticas hacia mí, que si mi corazón era una bola acrílica y grisácea, que mi carácter era insulso y además nunca era asertivo.

Pero ella supo ver cómo soy en verdad, desde el primer encuentro en blanco y negro.

Y aquí estoy mandando saludos a las personas que me miran desde las aceras con una sonrisa en los labios, mientras se van acercando las sirenas de varios vehículos que, posiblemente, nos lleven a la iglesia.

Miro al cielo y me coloco el clavel en el ojal, blanco como su vestido.

Espero que Marilyn vea la señal y no tarde en bajar.



M.ª Jesús Campos Escalona
ENREDOS
Nunca supe lidiar en esto de los amores. Mi forma de ser distante y poco asertiva siempre me trajo de cabeza.

Y ahora aquí me veo, vistiéndome para una boda, donde mi mayor ilusión es que caigan chuzos de punta y este circo insulso se anule. Me ahorraría todos los saludos. Cada ojal de este esmoquin parece que va a reventar en cualquier momento. Es lo que tiene pedir prestado ciertas cosas.

Con la única tiza que encuentro a mano, apunto algo en la pizarra acrílica. ¡Esto no pinta, jolines!

De repente, alguien entra sin ninguna pinta de ser el cura y me dice:

- Octavio, ya es hora de la medicación.


Laura Pérez Alférez
BRUMA DE RECUERDOS
Corrían por la arena riendo a carcajadas. Huyeron de la boda cargados de ilusión, no les apetecía lidiar con ningún insulso deseo de felicidad eterna con efusivos saludos, por poco asertivo que pareciese.

Al llegar a la orilla, la rodeó con sus brazos y ambos se dejaron caer, rodando abrazados, el clavel abandonó el ojal y el velo acrílico acabó jugando con las olas.

Notaron el frescor del agua aliviando el calor de sus cuerpos. Dejaron de reír mirándose con ternura, él acarició su mejilla y sus bocas se fundieron en un intenso y apasionado beso.

Todo desapareció cuando la desconocida vestida de blanco le dijo algo que nunca entendió, no sabía por qué sonreía, ...él ya lo había olvidado.

...Después recordó que buscaba la tiza que guardaba en el lapicero verde del colegio, pero lo olvidó... y volvió a dejar su mirada perdida buscando qué buscar…


Benet da Silva
ARMISTICIO
Santiago trató de lidiar con el hartazgo que le produjo aquel insulso conflicto, nunca inclinó la balanza con su intervención a favor de ninguna de las partes, manteniéndose asertivo en su neutralidad. Pero ya se alargaba en demasía.

Habían transcurrido tres años y aquella mañana, tras afeitarse, ajustar su prótesis dental y comprobar que el acrílico de esta se asemejaba en color a una tiza blanca, se puso el traje, colocó los gemelos en el ojal de la manga, ajustó la corbata y, después de mirarse en el espejo, se dirigió al restaurante.

Una vez en el local, se enfadó al verlos divididos en dos grupos. Repartió saludos entre los asistentes, después se dirigió al lugar de la ceremonia.

—«A pesar del tiempo que ha pasado…», pensó.

Vio frustrada la ilusión de que su boda con Laura fuera la puesta en escena del armisticio entre las dos familias.

Cande Molina Mostazo
SANTA RITA, RITA, LO QUE SE DA NO SE QUITA
Me siento en el sillón y me saco el botón del ojal, este pantalón cada día me aprieta más, debería dejar el chocolate, pero es que el café sin dulzor me está tan insulso.
No puedo dejar de pensar en el cuadro de Manolo Valdés, la pintura a la tiza y acrílica resulta una técnica tan asombrosa.
A ver cómo lidio yo con esta lagarta farsante.
Estimada señorita Rosan: Con la presente le ruego proceda a la devolución del regalo que le fue entregado con mucha ilusión con motivo de su boda, tras la anulación de la misma, reclamo la pintura por su gran valor sentimental y familiar, de la forma más asertiva le pido solucionar dicho conflicto amistosamente y espero no verme nunca obligada a tomar medidas legales.
Saludos de su ex suegra.
PD: El que avisa no es traidor.

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