martes, 20 de octubre de 2020

I. A MI MANERA


Nuestro reto literario más emblemático ha dado un giro y ha ampliado horizontes. En nuestro afán de crear historias teniendo como base unas palabras clave que entre todos los miembros del club de lectura proponemos, nos hemos marcado el reto de crear algo, ya sea microrrelato o poema, en el que incluirlas. Así cada uno puede expresar, a su manera, lo que esas palabras le trasmiten. En este ejercicio hemos mantenido la norma de condensar esas historias en un máximo de 150 palabras, pero quién sabe si un día nuestra imaginación no pueda contenerse y se desborde inundando páginas enteras.
Los términos clave en esta ocasión son: ENERGÚMENO, HUMILDAD, ACOMODAR, AMAPOLA, GLORIETA, ASTRÍFERO y PRONOIA. Y aquí tenéis el resultado de este nuevo ejercicio. A nosotros nos ha parecido muy enriquecedor y lo hemos disfrutado. Esperamos que os guste.

Cande Molina Mostazo
¡LA INFUSIÓN PERFECTA!
Me acomodé bien el asiento, comprobé el espejo retrovisor y me coloque el cinturón de seguridad. Ya estaba lista para hacer el temido examen de conducir, con toda pronoia sabía que iba a superar la prueba con éxito, porque la infusión de María me había dejado muy relajada.
Yo miraba la calzada y veía un manto de amapolas iluminadas por un cielo astrífero brillante, entonces entré en la glorieta y por más vueltas que le di no podía salir de ella. 
El unicornio me saludaba en cada giro, pero no me indicaba la salida, entonces un energúmeno empezó a gritar: "Pare el coche, pare el coche", y yo anonadada y flipando con la brillantez del salpicadero, le dije: "Un poquito de humildad que no hay puerta".

Mª Carmen Jiménez Aragón
¡MARIANO, QUÉ TE PIERDES!
Con las mejillas rojas como una amapola y los ojos más brillantes que el más astrífero firmamento, encontraron los agentes a Mariano, dándole vueltas a una glorieta interminable, a paso de bólido picapiedra y con una rosca de pan entre las manos a modo de volante.
El energúmeno motorista que se cruzó de frente con él gritó tan alto que lo hizo desconcentrarse y no saber qué salida tomar. Por eso, al ver a la benemérita darle el alto, hizo acto de presencia su habitual pronoia y, con humildad, les pidió que lo escoltaran hasta la tasca más cercana. Y con la misma educación y parsimonia, los agentes lo invitaron a que se acomodase las esposas (ya tenía práctica en eso) y a llevarlo, ellos mismos, en coche oficial. Pero antes pasarían por comisaría.

Gema Frías Luque
CALLE AMAPOLA
Era una preciosidad de veinte pocos años, se paseaba cada noche por un astrífero cielo, con aquellos zapatos de aguja que le regaló su madre para Nochevieja. Allí, junto aquella glorieta, aguantaba que de madrugada algún que otro energúmeno la engañara a cambio de nada. Ella siempre se sintió como una dulce amapola que ondea los verdes campos y, aunque su vida conspiraba para ser diferente, su pronoia subsistía nítidamente en su mente para acomodarse en sus pensamientos. Su humildad y buen corazón no la dejaba ver más allá de la maldad imperante en ese terrible mundo de la calle.

Dori Calderón Ramos
LA REINA ROJA
En el inmenso trigal
destaca una estrella roja,
y no deja de brillar
ni ante la astrífera alfombra.
Luce altiva, sin humildad,
mirando de frente al Sol
y con soberbia a la Luna.
Cree la Amapola en su propia pronoia,
que las espigas levantan sus lanzas
contra el aire con valentía,
la protegen y ella se acomoda
sabiéndose reina y señora.
¡Ay Amapola ufana!
No advertiste el enfado de Eolo,
que como energúmeno enfurecido,
dobló las espadas y abrió caminos
hasta una glorieta,
donde tú, sola y desvalida,
despojada de tu rojo vestido,
quedaste desnuda y triste,
ante tu ejército de trigo.

Mª Jesús Campos Escalona
GIGANTE
Nunca pensé que le tendría tanto cariño a aquel pequeño gigante. Pero su humildad y su trasparencia me conquistaron. Se acomodó en mi corazón como si tal cosa, con la inocencia y la pureza de un niño grande. Su gran cara rojo amapola, me hacía sonreír y seguía todos y cada uno de mis pasos.
Hasta que un día nos vieron caminar juntos por la glorieta del pueblo, bajo el astrífero cielo de abril. Los energúmenos paseantes le increparon con miradas feroces, burlas y risas. Entonces la pronoia que lo envolvía explotó en mil pedazos. Sintiendo la realidad atravesándole la piel. Se sintió acorralado, abatido y con miedo. Me miró con ternura y desapareció a través de la noche.

Rafa Núñez Rodríguez
ELLA
Ella es la esencia de un suspiro,
una amapola solitaria,
de esas que le baila al viento.
Ella es quien enmudece la voz de los energúmenos,
la que tiene la razón
cuando aprieta el puño.
Y mis sueños, sueños son.
Son sus pecas pequeñas glorietas,
que mis dedos acarician
haciendo giros sin cesar,
locura de mis momentos cuerdos.
Ella refleja un astrífero cielo,
que se pone celoso
cada vez que se queda dormida.
A veces se acomoda al arrullo de las olas,
y otras siente la pronoia
del universo que gira para ella.
Y yo la miro,
y pinto de colores ese universo,
ese que no conoce,
ese que yo siento,
desde la lejanía de los sueños anhelados.
Ella solo es la humildad en las palabras bondadosas.
Ella, en definitiva , solo es ella,
tan simple y normal
y, sin embargo, lo es todo.

Laura Pérez Alférez
CAÍDA LIBRE
Se encontraba al borde del acantilado, al frente el horizonte rojizo amapola de un astrífero amanecer. Abajo, girando en una glorieta de espumas, la inmensidad del abismo de un energúmeno mar embravecido.
Sería como volar sin alas planeando sobre el precipicio.
Le gustaba percibir ese chute de adrenalina recorriendo sus venas, esa excitación que te pone del revés sin un ápice de humildad antes del salto, en la pronoia más absoluta.
Disfrutaba con ese único pensamiento, esa obsesión tan deseada por experimentar un breve instante la sensación de lanzarse al vacío. Allí..., ahora.
Se acomodó sobre las puntas de sus pies descalzos, Inclinó todo su cuerpo hacia delante, tomó impulso y a volar...
"Si quieren buscarme que miren hacia el cielo"
Sobrecogedora caída libre a la eternidad.
El sonido del despertador en la mesita de noche la sacudió, las 8:00 horas de la mañana.
Aterrizó de golpe de su increíble aventura onírica.

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