viernes, 30 de octubre de 2020

CUENTACUENTOS DE HALLOWEEN " NO TENGO MIEDO".



Biblioteca, Guadalinfo, concejales y vecinos de La Viñuela lanzan "No Tengo Miedo", cuentacuentos digital especial para Halloween.


Las responsables del centro Guadalinfo y la biblioteca de La Viñuela organizan cada año, por estas fechas, un cuentacuentos para escolares con el objeto de despertar su creatividad e interés por la lectura.

En este peculiar Halloween, la crisis sanitaria impide hacerlo de forma presencial, pero los y las niñas de la comarca no se van a quedar sin su cuentacuentos: hoy se estrena en las redes el vídeo «No tengo miedo».

Sus responsables son un grupo de adultos de La Viñuela y Alfarnate compuesto por la bibliotecaria, dinamizadores de Viñuela y Alfarnate y  concejalas de la localidad Mª Ángeles Fernández y Silvana Bazaga que han escrito, dirigido, interpretado, grabado, editado y publicado este contenido con el que esperan hacer disfrutar y despertar la creatividad y el interés por la lectura en los y las escolares a los que va destinado en un contexto tan complejo como el actual.

 HAN COLABORADO:

– Biblioteca Pública Municipal de La Viñuela.

– Ayuntamiento de La Viñuela 

– Centro Guadalinfo La Viñuela y Alfarnate.

– Colegio de La Viñuela.

A continuación podéis encontrar el cuento en el que se ha basado el video, para que disfrutéis de su lectura.


                LA FAMILIA DRACULINEZ

     En una ciudad no muy lejos de aquí, vivía una familia formada por la mamá y sus tres hijas, era la familia Draculinez. Eran unas chicas muy simpáticas a las que les gustaba vestir siempre de negro, y aunque a sus amigos al principio les parecía un poco extraño, en cuánto descubrían lo simpáticas que eran se olvidaban de su aspecto, y tanto la mamá como las hijas tenían muy buenos amigos y amigas en aquel lugar.

  Ocurrió que la familia Draculinez tuvo que cambiar de casa y hasta de ciudad, pues mamá cambió de trabajo, y ahora el nuevo trabajo de la Señora Draculinez se encontraba en otra ciudad. La pobre señora no sabía como explicar aquello a sus hijas, porque estaba segura de que las chicas no iban a tomarse el cambio que se avecinaba muy bien. Así que no tuvo mas remedio que armarse de valor y escoger un momento en que las tres chicas estuviesen en casa para hablar con ellas.

  Aquella tarde de viernes, mamá Draculinez aprovechó que las tres chicas estaban sentadas a la mesa del comedor y se acercó hasta ellas para decirles:

     -Chicas, escuchadme con atención, tengo que contaros algo… ¡Tengo un nuevo trabajo! Pero está en otra ciudad, así que tendremos que recoger todas nuestras cosas para mudarnos.

     La Señora Draculinez no se sorprendió de la mirada de sus hijas, era una mezcla de sorpresa, espanto y enfado a la vez.

     Lucifera, la hija mayor fue la primera en reaccionar:

     -¿A otra ciudad? Pero… ¿Estás loca, mamá?

     Bladimis, la hija mediana no tardó en contestar:

     -¡Yo, de aquí no me muevo! ¡Estoy “I love” con esta casa! ¡Jamás podré vivir en otra!

     La madre comenzó a suspirar cuando la pequeña Escarlata comenzó a gritar: “Yo no voy, no voy, no voy y no voy”.

 

     La mamá trató de tranquilizarlas diciéndoles...

     -Tranquilidad chicas, vamos a hablar tranquilamente y…

     No pudo terminar su frase, pues Lucifera comenzó a decir:

     -Pero...¿Tú te escuchas, mamá? ¿Marcharnos de aquí? ¿¿Ahora??

     Y Bladimis gritó tras su hermana:

     -¡Nunca estaré I LOVE con otra casa!

     Y claro, Escarlata no podía ser menos y comenzó a gritar:”Pues yo no voy, no voy, no voy y no voy.

  Mamá Draculinez dejó que las chicas sacasen su rabia y su miedo a los cambios que se avecinaban protestando de aquella manera, era lógico que estuviesen asustadas, ella también lo estaba, pero tenían que ser fuertes y ella les enseñaría que hay que ser valientes y no tener miedo. Por eso, cuando se calmaron les habló así:

     -Chicas, tenéis que ser razonables, tenéis que entender que tenemos que adaptarnos a la nueva situación. Tenemos que ser optimistas, después de un adiós siempre llega algo nuevo, cuando se pone el Sol sale la Luna, cuando se marcha el invierno llega la primavera, y estoy segura que cuando dejemos esta casa encontraremos una nueva casa bonita donde vivir y también encontraremos nuevos amigos a los que querremos como a los de ahora.

     Lucifera miró a su madre con lágrimas en los ojos mientras le gritaba:

     -¡Ni loca, mamá! ¡NI-LO-CA!

     La familia tenía miedo de decir adiós a sus amigos y no encontrar amigos nuevos, tenían miedo de que la nueva casa no les gustase, de que fuese oscura y fea, ya que la de ahora era luminosa y bonita, también pensaron en la posibilidad de que en la nueva ciudad no entendiesen su forma de vestir. ¡Y hasta podían reírse de ellas!.

Pero mamá con mucho cariño habló con ellas hasta convencerlas de que todo iría bien, y la familia al completo hizo las maletas, y tras despedirse de vecinos, amigos y de su querida casa marcharon rumbo a una nueva ciudad, incluso iban ilusionadas ante su nueva vida.

     Pero la ilusión cayó a sus pies cuando aparcaron su negro coche ante la nueva casa… 

¡¡¡Aquello más bien parecía un castillo embrujado!!!  

 

     Bajaron del coche sin decir palabra, y todas siguieron a mamá que abrió la puerta de la casa que crujió al abrirse. Entraron muy despacio, mamá la primera, las chicas cobijándose tras su madre se sobresaltaron al oír un búho que echó a volar mientras se escuchaban unas campanas sonar muy lentamente no muy lejos de allí.

                                            

 Grandes telas de araña caían desde el techo, una nube de polvo cubría todos los muebles y el suelo, todo estaba oscuro y tétrico…

     Las chicas comenzaron a llorar, a gritar y a patalear con un ataque de pánico, no podían creer que aquella casa espantosa fuese a convertirse en su nuevo hogar, y la Señora Draculinez, a pesar de estar tan consternada como sus hijas, hizo acopio de valor y trató de tranquilizarlas:

     -A ver, A ver… ¡TRANQUILIDAD! La casa está un poco sucia…, pero la limpiaremos, está un poco oscura…, pero la iluminaremos, huele un poco a humedad…, pero la ventilaremos, y haremos de ella nuestro nuevo hogar.

     -Pero mamá….¿Y los monstruos? ¿Qué haremos con los monstruos? -preguntó Escarlata.

     -¿Qué monstruos, hija?...Replicó la madre

     -Pues esos que  se oyen por toda la casa. ¿No los oyes?, -aclaró Escarlata.

     La madre, tranquilizando a sus hijas les dijo:

      -Chicas, en esta casa no hay monstruos, solo un poco de suciedad y desorden, cuando la limpiemos y coloquemos todas nuestras cosas, esta casa será perfecta. Los monstruos solo están en vuestra imaginación.

     -¿Seguro mamá?- Preguntó Bladimis

     -Segurísimo, el miedo a lo desconocido nos hace ver monstruos donde no los hay, sólo tenemos que decir fuerte, muy fuerte: ¡NO TENDO MIEDO!  ¡NO TENGO MIEDO! ¡NO TENGO MIEDO!

    




La familia Draculinez convirtió aquella casa en su nuevo hogar, encontraron nuevos amigos y amigas que las aceptaron tal y como ellas son, mamá tenía allí un trabajo estupendo y  fueron felices sin encontrar nunca  monstruos en ningún rincón de aquella casa, pues los monstruos se marcharon junto con el miedo de las chicas al abrir las ventanas y quitar el polvo.

 FIN

Un cuento de Dori Calderón Ramos.


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